¡Ayuda!¿Cuándo podemos dejar que el caballo haga un poco lo que quiera?

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La Confianza del caballo versus Abuso…

Podemos dejar que haga siempre lo que quiera para que sea un caballo “feliz”, para ello le podemos dejar suelto en el campo y no interactuar con ellos.

Pero si no es ese el caso, si queremos interactuar con ellos, cuidarlos y protegerlos, no podemos dejar que hagan siempre lo que quieran. Sí se les puede dejar hacer cosas, pero dentro de unos límites que tenemos que establecer nosotros y nadie más.

Cuando conocemos a una persona y le damos libre acceso a hacer un poco lo que quiera en nuestra relación con ellos, sin poner ningún tipo de límites, pueden pasar dos cosas:

  • Que la persona sea educada y sabe donde están los límites de los demás y tiene en cuenta nuestro espacio personal. Aquí estaremos hablando de una educación general.
  • Que no tenga en cuenta los límites de los demás y empiece a ganar terreno. Y creo que todos sabemos por donde estoy yendo. No hace falta poner ejemplos. Esa persona, si no se le ponen límites, acaba por quitarnos todo lo que tenemos si le dejamos.

En ambos casos, nosotros estamos actuando de forma equivocada.

  • En el primer caso, por mucha educación que tenga la otra persona, no nos conoce. Y la única forma de conocernos es que de vez en cuando le dejemos entender lo que sí y lo que no nos gusta que haga cuando estamos juntos. Nadie es adivino y nadie ha nacido para complacer a otra persona, por mucha educación que se tenga. La relación puede ir a peor sólo porque uno no comunica lo suficiente sobre lo que sí y lo que no permite. Y puede haber malentendidos constantes por culpa de ello. Sintamos la diferencia entre: “Si si, estás en tu casa, soy tu amigo, haz lo que quieras.” O, “Sí si, estás en tu casa, soy tu amigo, pero esto no me gusta, y esto prefiero que no lo toques, etc”.
  • En el segundo caso, estamos lidiando con una persona que además de no haber aprendido los límites, está acostumbrado a conseguir lo que quiere de personas que no ponen límites. No hay confianza. Hay abuso. Y si no le paramos los pies a tiempo podemos estar metidos en un problema grande. Es mejor no hacer cosas serias con estas personas o si lo hacemos, ponerlas en orden a la mínima que veamos que están ganando terreno. (Por experiencia, cuando se ponen en orden, se apartan y se van a intentar ganar terreno con otras personas.)

Volvamos a los caballos, que aunque sigo siendo alumna en la equitación,  de las personas tengo aún mucho más que aprender 😊

Un caballo al que tenemos educado que sabe lo que sí y lo que no puede hacer en términos generales, no tendrá ningún problema si le dejamos que coma aquí o allá en un paseo relajado. O le damos comida de la mano. O dejamos que se mueva un poco cuando nos subimos de vez en cuando, o dejamos que se tumbe cuando no toca, etc. Siempre y cuando, se le recuerden las normas de convivencia cuando sea necesario. Generalmente con un gesto sutil ya han entendido que por allí pueden o no pueden ir.

¿Por qué?

Porque estos caballos saben perfectamente que a la mínima que se les llama la atención para seguir trabajando o atendiendo,  lo harán sin poner más problemas. Son los caballos con educación. Y de vez en cuando hay que recordar: “Sí sí, soy tu amigo, pero espera, esto no te lo permito.” Generalmente son caballos seguros de sí mismos, no sufren de ansiedad, son atentos y de espíritu relajado.

Los caballos que no han aprendido límites no son caballos con confianza en sí mismos cuando están entre humanos. Les dejamos hacer un poco lo que quieren y al ratito ya no aceptan que les llamemos la atención, hay que “tirar constantemente de ellos” para que nos atiendan, nunca están de acuerdo con una orden firme y a la mínima que nos despistamos nos han ganado terreno y nos tenemos que poner más firmes y serios. Suelen ser caballos inseguros, atentos a todo menos a nosotros, suelen tener querencia y tienen tendencia a resistirse a las peticiones. Estos caballos muchas veces también son causadores de problemas cuando vamos en grupo con otros caballos y cuando están sueltos con otros pueden ser los problemáticos del grupo.

Espero que esto ayude a reflexionar un poco sobre lo que hacemos con nuestros caballos.

Si aún no te has descargado la Guía con 15 Normas Esenciales de Educación Equina, puedes hacerlo en el siguiente formulario. Después de la guía recibirás una serie de Clases-correos especialmente para ti que eres de los nuestros, que te equivocas a caballo y quieres aprender más. Te ayudarán a mejorar la comunicación con tu caballo en el día a día practiques la disciplina que practiques:

 

Caso práctico. Cómo hacer la equitación más segura.Parte I

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Vamos a hablar de un caso práctico en el que aplicamos los cinco pasos del libro de una forma muy clara. Una situación vivida durante un curso, una amazona muy sensible y simpática, con un carácter fuerte y con muchas ganas de aprender, nos trajo su caballo. Esta publicación va dedicada a nuestra amiga Marina con Coco 😉

Les faltaba un poco de entendimiento en cuanto a la distancia que mantenían entre ellos pie a tierra, había alguna confusión montada cuando el caballo se ponía ‘burro’ y ella no terminaba de verlo claro en algunos momentos..

Vaya por delante que este caballo que es un caballo muy noble, aunque de naturaleza dominante y cuando les dejamos dominar, se vuelven inseguros y pueden tener reacciones que pueden resultar peligrosas para nosotros. No es el papel que deben asumir cuando están entre humanos. Una misma reacción puede ser normal entre caballos, pero puede resultar peligrosa para nosotros y es por ello por lo que hay que prestarles atención y corregir y educar al caballo en ese sentido. No quiero que se me malinterprete cuando digo que un caballo que tiene reacciones peligrosas sea un caballo peligroso, pero sí puede llegar a serlo si no lo corregimos o no sabemos interpretarlas.

Siempre junto a su compañero, esta vez bajó a la pista solo. Y cuando se sintió encerrado (acostumbrado a pasear por el campo junto a su amigo), hizo pasar a su dueña un momento un poco complicado. Me di cuenta de que no podríamos dar una clase como es debido sin antes trabajar otras cosas. El caballo nunca se mostró peligroso porque no tenía reacciones bruscas (aunque tampoco esperamos a ver si esto ocurría…).

Esta forma de comportarse no había ocurrido anteriormente, apareció al estar en una situación completamente distinta a la que está acostumbrado. Por lo tanto preferimos cambiar de estrategia y hacer una paso atrás en la evolución del caballo y de la amazona:

Veamos de la combinación de factores que estamos hablando en esta situación, y lo veremos clarísimo al final porque el resultado se lo lleva la amazona a casa para siempre:

  • El equilibrio de la amazona está muy por detrás del equilibrio del caballo. Eso en sí,  no está creando directamente la situación de relinchar y estrés en el que el caballo se encuentra en este momento, pero no logra obtener su atención, su control, esa posición es más un asiento de dejarse llevar por lo que ocurra que no de solucionar. Y cuando interviene (porque debe intervenir y tiene toda la razón en hacerlo), la forma de estar sentada a caballo no deja que sea sutil en las ayudas, por lo que agrava todo el momento de estrés. El caballo se siente más inseguro aún y la cosa puede escalar hasta puntos peligrosos que no llegaremos a ver porque cambiamos de estrategia antes de que algo ocurriera.

El paso uno del libro duró dos vueltas y un poquito de trabajo anterior de la mano que no vemos aquí pero que solemos hacer para ayudar a identificar el tipo de caballo y el tipo de situación que tenemos. Hicimos el diagnóstico, vimos el tipo de control que podría tener la amazona sobre el caballo en situaciones de conflicto, vimos que en más momento menos momento la situación podría ser desagradable y empezamos a actuar.

En el próximo post veremos lo primero que hicimos.

¿Te sientes identificado? ¿Te ha pasado alguna vez? Cuéntanos tu experiencia y dudas, es importante que sepamos cómo te sientes y cómo te gustaría que fueran las cosas, si lo has superado, también nos gustaría saber tu experiencia! De esto aprendemos todos los días, ¡ayúdanos a divulgar nuestro trabajo y dar la posibilidad de que todos aprendamos de nuestros errores y experiencias!

Durante los cursos cuando esto ocurre, trabajo al caballo en el sentido de demostrar a su jinete que es posible mantener un orden en el caballo, dejarle claras las normas y devolverle la seguridad, y luego trabajo con el jinete, cambio lo que creo necesario en el asiento y aplicación de ayudas y re-conecto el caballo a su jinete de una forma más segura y más eficaz a largo plazo.  Si tienes un problema parecido y quieres asistir con tu caballo a uno de nuestros cursos, puedes contactarnos y lo organizamos.

Comparte si conoces a jinetes aficionados a mejorar su equitación y la relación con su caballo!

¡Ayuda!¡No siento conexión con el caballo! Parte3 con vídeo

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Si no has visto la parte uno pincha aquí

Si nos has visto la parte dos pincha aquí

El caballo no engaña y no se puede engañar a un caballo…podemos querer poner hierros, quitar hierros, poner collares, quitar collares, montar con cabezada, sin cabezada, con silla o sin ella, trabajarlos a la cuerda con serretón, sin serretón, con jáquima, con un hilo de seda en la boca, o inventar mil formas y artilugios de trabajar a los caballos tocando en determinados puntos, con el clicker o con zanahorias para que haga piaffé durante tropecientos trancos seguidos, espaldas adentro infinitas y cambios de pie sin parar…si no hay conexión a esos tres niveles, el caballo lo demostrará 😉

Cuando durante cualquier trabajo que hagamos con el caballo, sentimos al caballo primero, luego pedimos, esperamos por una respuesta, insistimos, logramos una respuesta, cedemos, volvemos a pedir, volvemos a esperar por la respuesta, el caballo cede con más ganas, cedemos y le damos una voz gentil de agradecimiento y sentimos que por el caballo pasa una satisfacción genuina que se traduce en un pequeño gesto de cabeza o de dorso parecido a una pequeña alegría y acto seguido sigue en el ejercicio aún con más brillo que antes, no hay hierro, o collar o silla que sea la razón de la sensación maravillosa que en ese momento transmite el binomio. La consecuencia natural de esta conexión será que cada vez necesitaremos menos ayudas y menos artilugios debido a que el equilibrio mejora, la mecánica mejora, la conexión física con el jinete mejora y la comunicación fluye a un nivel que ya poco tiene que ver con las ayudas mecánicas que damos.

Cuando queremos que hagan un piaffé al tocarles en determinado punto, y no dejamos de pedir hasta que haga doce mil trancos, algunos buenos y otros malos, sin gran diferenciación por nuestra parte y sólo con el objetivo de que haga un piafé, estamos haciendo de los caballos unas máquinas que responden a ciertos estímulos haciendo determinados “trucos” para una selfie, para una competición, para nuestro placer, etc.  La consecuencia natural de este tipo de entrenamiento es, que cuando los necesitamos de verdad, cuando de repente pedimos que nos den más tranco, más expresión más brillo, más ritmo o nos ayuden en un obstáculo difícil en el que hemos perdido la rienda o el estribo o simplemente no hemos visto la distancia, no tendremos caballo disponible puesto que simplemente no sabrá qué hacer ya que no estará acostumbrado a colaborar, estará acostumbrado a obedecer órdenes.

¿Sientes la diferencia? El objetivo de esta publicación es que sientas realmente esa diferencia y la sientas a partir de ahora cuando veas diferentes jinetes practicando equitación. No para criticar, si no para tener la sensación de cómo te gustaría que fuese contigo y con tu caballo, cómo preferías que fuese. Una vez sabes cómo quieres sentirte montando, sabrás qué buscar, y empezarás a buscarlo viendo jinetes que realmente transmitan lo que quieres sentir y no lo que debes lograr porque sí.

Ten en cuenta que no siempre lo sentiremos, pero lo que es realmente divertido es encontrar formas de sentirlo, montar hacia esos tres o cuatro trancos más en que sentimos esa real conexión,  acortar y hacer una ligera cesión a la pierna para que el caballo ponga uno u otro pie mejor debajo de la masa, el caballo se pone cómodo,  pedir un aumento gradual en el que de repente le disparan las manos hacia delante y hacia arriba porque la espalda subió y se siente capaz de darlo todo, sentir esa explosión de libertad para luego apreciar el momento en el que acortamos y el caballo responde de inmediato al pedirle que alargue de nuevo, nos reímos por no esperarnos tal respuesta de nuestro amigo y le damos rienda larga para que respire y disfrute también del momento… O…Aumentar el nivel del recorrido y las alturas porque hemos logrado esa conexión durante gran parte del recorrido,  sabiendo que somos capaces de lograr esa conexión al nivel siguiente también… Sentir que después de una combinación de saltos con una distancia un poco delicada, tú y tu caballo de repente lo pasáis sin falta y sientes realmente que el caballo “crece un palmo” y va con orgullo al salto siguiente sabiendo que estás ahí, que sois dos,  que no es sólo porque el caballo sepa saltar, sino porque está recto, está fuerte, está flexible y conectado a tu equilibrio y flexibilidad de ayudas…

Esto es lo divertido de la equitación, y busco esa conexión todos los días que monto, todos los días que trabajo a un caballo sea el caballo como sea, de quien sea, el nivel que tenga, sea la raza que sea. Y cuando me equivoco, al instante siguiente, sigo buscando de nuevo esa conexión perdida. Esa conexión es como un GPS que me va diciendo, por aquí sí, por aquí no 😉

Durante los cursos trabajo muchas veces en libertad con algunos caballos. No porque lo encuentre estrictamente necesario (que en algunos casos se me ha revelado que sí lo es por razones varias), pero para:

  • Demostrar que este tipo de conexión es posible a distancia
  • Que es, claramente, la base «educativa» que necesitamos para montar después y evitar accidentes innecesarios.
  • Que es la base que trabajamos para lograr que el caballo ponga los pies donde debe ser para que todo el caballo conecte
  • Que adaptamos nuestro asiento para que esta base de comunicación pueda fluir al montar y al trabajar después los caballos.
  • A distancia podemos empezar a ver y sentir cómo y cuándo se pierde la conexión con quien está trabajando y nos podemos dar cuenta dónde  hemos pedido demás o no hemos cedido para que no responda, (o exagere en la respuesta) a cierta presión o cierta relajación. Nos daremos rápidamente cuenta de si el caballo está condicionado a ciertos estímulos o si conecta de verdad con nuestras peticiones.

Uno de los módulos de los cursos de corrección de asiento, empieza precisamente con una pequeña teórica sobre:

  • Identificación de los problemas comunes de comunicación jinete-caballo de los participantes
  • Como aprende el caballo y cómo pide/enseña el jinete, simplificado en un paso a paso
  • Respuestas que debemos esperar de nuestros caballos
  • Efectos de la tensión negativa del jinete y distinción entre reacciones positivas y negativas del caballo para el trabajo
  • Cómo debe ser la comunicación con nuestro caballo
  • Conexión entre la comunicación y nuestro asiento
  • La importancia de la intención en la comunicación
  • ¿Cuál es la sensación que debes tener en tu mano mientras pides o enseñas algo a tu caballo?
  • Ejercicios en grupo para relacionar nuestro equilibrio a nuestro asiento a caballo

La parte práctica está orientada a cada participante con su caballo de forma individual, valorando posibles problemas de conexión (de los que hemos hablado en esta publicación) y buscando la mejor forma de progresar.

Puedes ver en el siguiente enlace, un vídeo de Kronenbourg,  durante la clase que dimos en el Centro Ecuestre la Abadia donde buscamos establecer una conexión más seguida para que luego se pueda aplicar esa conexión durante los ejercicios de vaquera que es para lo que se está preparando este caballo de seis años.

Hago el trabajo al paso únicamente, nada de espectacular ni ejercicios espectaculares. Sólo «monta de bastidores».  Debemos cuidar siempre de utilizar nuestra mano conforme el contacto que el caballo nos esté dando, si retenemos constantemente con la mano encogemos el cuello del caballo, volvemos los movimientos más cortos, el dorso se «divide» y los pies dejan de funcionar. Ahí, en vez de tener un caballo, tenemos varias partes de un caballo que no conectan entre sí. Este vídeo demuestra cómo obtener la conexión con el caballo al paso mediante ejercicios simples y claros para el caballo. Es muy importante distinguir el trabajo de competición y el trabajo que se hace en casa. En los bastidores, no se compite, se entrena la flexibilidad, la pisada correcta, la conexión para que pueda haber una comunicación fluida más tarde, en competición:

Estamos preparando unos vídeos de Dante, mientras se hace un trabajo muy parecido pero al trote y al galope. También subtitulado para aclarar cosas que a lo mejor no se ven con tanta facilidad. Dinos si este vídeo te ha servido y compártelo para que podamos hacer más de este estilo!!

¿Por qué mi caballo va duro de la rienda izquierda y no va por donde quiero? ¿Como remediarlo? Parte 2

This entry is part 2 of 4 in the series Mi caballo tira de la rienda izquierda!

Ahora vamos a intentar hacer un círculo, y pido por favor que nunca desprestigiemos este ejercicio, porque el círculo nos permite trabajar múltiples conceptos con nuestro caballo y es lamentable sentir que al montar algunos caballos que están haciendo ejercicios de gran premio, de doma o de salto,  cuando se les pide un círculo empiezan a salir miles de problemas por todos lados: en la entrada, en la salida, durante el círculo, al querer alargar en la salida, al querer enderezar, al intentar cerrar el círculo, al intentar abrirlo, al querer ceder a la pierna exterior dentro del círculo, o a la pierna interior….en fin, millones de problemas que, para caballos de nivel gran premio, nos indican durante un «simple» círculo que físicamente no están preparados para ese nivel y que tarde o temprano (más bien temprano) se romperán por algún lado debido a excesiva tensión en las articulaciones. ¿Quieres evitar las lesiones? Enseña a tu caballo a hacer un círculo en condiciones.

Dicho esto, sí que podemos seguir:

Para realizar un círculo, y vamos a hacerlo a la izquierda que es donde muchos tenemos más problemas,  hay que trazar el círculo en el suelo delante nuestro; si tenemos puntos de referencia los utilizaremos, pero siempre mirando y calculando desde lejos por donde vamos a pasar para que quede redondo, (nada de ir mirando el cuello del caballo),  y entramos con el caballo en el círculo que hemos planificado.

A medida que hacemos que el caballo pase por el círculo trazado en el suelo, o por nuestros puntos de referencia, ¿qué problemas van surgiendo? ¿Nos da contacto en las dos riendas o sentimos que necesitamos constantemente agarrarnos de la rienda izquierda para que el caballo vaya girando? ¿Si soltamos la rienda izquierda, el caballo pone la cara fuera y la espalda parece que se viene adentro mientras la cara está fuera y el círculo sale de cualquier forma menos como lo habíamos planificado? ¿Si volvemos a recoger la rienda izquierda parece que aún se viene más adentro y cierra el círculo aún más?¿Corre y precipita el aire? ¿Nos apetece ahora pasar nuestra rienda izquierda por encima del cuello del caballo para «empujarle» la espalda hacia fuera y el caballo de repente pierde todo el movimiento hacia delante? Sé honesto contigo mismo que por esto pasamos todos;)

Cuando sentimos que hay mucha tensión en la rienda izquierda (si el caballo no tiene problemas de cojera en el pie izquierdo) y cada vez que agarramos esa rienda parece que tira aún más, es porque la grupa está a la derecha y cada vez que tiramos, se la desplazamos aún más.

Cuando queremos incurvar a un caballo derecho y flexible hacia la izquierda no existen grandes problemas, las riendas actúan, las piernas también y está incurvado.

Cuando el caballo está torcido y empezamos a querer doblar el caballo hacia la izquierda con la rienda izquierda (en ese momento, generalmente nos olvidamos de que la rienda derecha existe), la grupa empezará a salir hacia la derecha, nos hará fuerza en la rienda izquierda, tiraremos más, y en la vida nos podremos creer que la solución es:

 Con la rienda derecha, sacamos al caballo de la «supuesta incurvación» que llevamos, lo sacamos del círculo para enderezarlo, pedimos movimiento de grupa hacia la izquierda con la pierna  derecha y, una vez derecho,  podemos volver a pedir incurvación y podemos volver a entrar en nuestro círculo.

¿Lo sabías? ¿o creías que hay que subir la mano izquierda hacia dentro para obligarlo a incurvar y poner pierna de dentro apretando mucho para que se doble?

Así es, los caballos no nacen sabiendo hacer un círculo incurvados hacia un lado y hacia otro, eso se lo enseñamos nosotros y si nuestro caballo tiene tendencia a ir torcido como la mayoría de caballos (unos más, otros menos), no nos queda otro remedio que enseñarles lo que es la rectitud dentro de cualquier ejercicio que se haga con ellos.

¿Empiezas a entender también el por qué no debemos hacer «zig zag» con las manos de forma que el caballo vaya diciendo que no todo el rato con tal de que  el caballo vaya cerrado? Aunque ese sea otro tema, puedes empezar a reflexionar sobre ello, porque necesitamos nuestra mano para ayudar a nuestro caballo a enderezarse más que para cerrarlo;)

Puedes probarlo ahora que ya sabes la corrección y me cuentas cuáles son los problemas que sientes para ver si se puede explicar mejor y dar más pistas para que puedas enderezarlo en círculo (y en otros ejercicios si lo deseas, porque la base es la misma para todos los ejercicios y para todos los caballos).

Cuando hablamos de enderezar caballos durante los ejercicios, también estamos hablando de hacer cuesta arriba, cuesta abajo, andar por caminos, andar en línea recta por caminos, etc. La base es para todas las disciplinas, incluyendo el trabajo por el campo y el paseo.

Antes de ir al post siguiente, un pequeño aviso para la corrección anterior y para cada vez que hablemos del  trabajo del caballo para flexibilizarlo:

No vale perder movimiento hacia delante, sí vale venir un poco a menos durante la corrección para que ponga los pies y la espalda en su sitio, pero acto seguido debemos reponer hacia delante la energía que nos falta para volver a entrar en un círculo en equilibrio. Sabemos de sobra que sin movimiento hacia delante y sin independencia de las ayudas, no hay riendas ni piernas que actúen de forma correcta, así que, si tienes problemas con tu posición, puedes contratar el servicio de comentar vídeos de posición para que veamos qué debemos solucionar primero y cómo hacerlo para que, aproveches al máximo las ayudas que estés dando al caballo durante el trabajo.

En el post siguiente daremos la explicación al argumento que seguro que se te está ocurriendo ahora mismo y ya nos lo han dicho varios de nuestros seguidores:  «¡Pero siempre he entendido que la corrección es con la pierna interior y la rienda interior! ¡Esta nueva corrección parece contradictoria a lo que veo hacer a los buenos jinetes!»

Recuerda que cada post sale de tus dudas, preguntas y comentarios con la finalidad de responder a lo que sea capaz de responder y dar ejemplos de lo que estemos hablando para que puedas mejorar, esa es la finalidad de estas publicaciones, ayudarte, así que aprovecha y comenta cosas!