Sí, sé que es una cuestión polémica, pero si no se tocan estos temas, más y más gente seguirá confundiéndolos y cuantos más aficionados tengan claro este error, mejor se llevarán con sus caballos y sus caballos.
Esta frase me preocupa cuando viene de un aficionado que está teniendo problemas en el manejo diario de su caballo. Curiosamente, aunque no por casualidad, los problemas de los caballos de quienes me suelen decir una determinada frase son debidos a la falta de respeto o atención al humano por parte del caballo.
La frase es esta: «No me gusta pedirle que haga las cosas o corregirle, porque no quiero que me tenga miedo«
En esta frase está el GRAN problema que tenemos con nuestro caballo (y lo pongo en GRANDE porque, si no logramos entender esto, nos pondremos en peligro). Este problema hará que pasemos miedo muchas más veces de las que nos gustaría, y no es necesario. El miedo forma parte, pero ponernos en peligro gratis es algo que no necesitamos en este deporte que ya de por sí tiene su peligro. El GRAN problema del que estamos hablando es: confundir la disciplina con el abuso.
Es verdad que a los profesionales quizás, no les sueles ver poner los límites, o no se notarán demasiado pero eso no significa que no lo hagan. (Eso los discretos, porque los otros curiosamente aprovechan cualquier monada del caballo para levantar la voz, la fusta o la mano.)
Si un caballo que yo llevo de la mano deja de atenderme y se va, se llevará un tope antes de que se vaya por completo. Si me rebasa quizás también se encuentre con un tope. En el primer caso puede ser la cuerda que no cede y en el segundo caso puede ser mi codo que está «en medio del camino».
Un caballo no va contra una pared, tampoco irá contra un codo y si lo hace, lo hará una vez. Y aprenderá.
Nadie aprende sin sentir una necesidad de aprender.
Hemos de introducir en los caballos la necesidad de aprender a hacernos caso y a saber estar en nuestro ambiente, ya que ellos no lo harán porque sí. Tenemos que ser interesantes para ellos, si no, pasarán de nosotros.
Llevo 35 años entre caballos y te garantizo que un ser humano se hace interesante para un caballo cuando sabe poner límites, normas y al mismo tiempo les transmite que les protege y cuida, eliminando casi del todo, el papel de presa al que, instintivamente, pertenece el caballo.
Esto le hará cada vez más dócil y menos asustadizo.
Si ves que los profesionales no ponen topes es porque ya los han educado para que les respeten y eso no se hace con palabras bonitas, se hace con topes y resistencias, presión y relajación cuando hay respuesta adecuada, etc. Es todo un proceso que utiliza un lenguaje que ellos entienden (muchísimo mejor que las palabras) que lleva a un objetivo:
Sutileza en las ayudas para pedir a los caballos de forma que entiendan.
Pero es un objetivo. Y hay trabajo que hacer hasta llegar allí. Las cosas no aparecen de la nada:
Estamos hablando de lo que se enseña en el curso online «Cómo utilizar el LENGUAJE EQUINO en tu día a día con el caballo» que, si tienes este problema o sabes de alguien que lo tenga, recomiendo que lo hagas cuanto antes. Allí estaré, dentro, para echarte una mano con lo que necesites.
Si te fijas, cuando va un potro delante de su madre y la madre quiere que el potro vaya hacia determinada dirección se lo pide suave con el morro y si el potro no hace caso le pegará un mordisco y el potro saltará hacia delante.
¿Lo ha traumatizado? No, le ha dicho «¡Eh, chico, atiende que para eso soy tu madre y tienes que aprender!». Eso no es malo.
El problema viene cuando se abusa de ese poder. Cuando se utiliza esa ventaja que tenemos sobre ellos cuando llevan una cabezada, una cuerda o unas riendas y las utilizamos para disfrazar un peligroso complejo de inferioridad sembrando miedo, agresividad alegando que a eso se le llama autoridad.
Utilizar esa ventaja que tenemos sobre ellos de forma responsable, hará que las relaciones caballo-jinete se transformen en espectaculares. De estas relaciones está hecha la equitación, según mi modo de ver.
Espero que esto ayude a tener una perspectiva diferente sobre la idea de que el caballo se encuentre un tope cuando se va a comer y no se lo quieres permitir. No hará de ti una mala persona, hace de ti alguien que es responsable de su caballo porque si ese caballo se va y la lía por ahí, hace daño a alguien, se hace daño él, le hacen daño o le atropellan, tendrás un peso mayor en tu conciencia.
Es absolutamente necesario encontrar un equilibrio sano entre los límites «No te puedes ir a comer ahora porque tenemos que ir ………… o porque me pierdes el respeto cuando puedes » y darle la comida en un momento en que sí podáis hacerlo siempre que el caballo respete tus indicaciones y sepa siempre, que cuando hay que irse, se acabó la comida. Y decisiones tales como esta última, hay que tomarlas con la responsabilidad de que hablábamos hace un momento para no caer en un abuso.
Encontrarás ese equilibrio en el curso online «Cómo utilizar el LENGUAJE EQUINO en tu día a día con el caballo». Te veo del otro lado 😉
Si quieres empezar por entender si tu caballo realmente está teniendo problemas de educación y de respeto contigo te sugiero que te descargues esta guia con 15 Normas Esenciales de Educación Equina. Después de la guía te mandaremos una serie de clases por correo que te llevarán por un camino hacia una equitación inteligente, sugeriremos procesos que te pueden interesar, y te mandaremos información sobre cursos online o presenciales que te podrán ser de gran utilidad en la comunicación con tu caballo: