Como prometido en el post anterior, aquí va el vídeo resumen de lo que aprendimos;)
Disfrútalo y nos dices si te gustaría participar en un curso así, puesto que estamos ya organizando el próximo!
De los caballos que trabajamos pie a tierra, no conocía a ninguno con anterioridad. Tenía las informaciones necesarias para mantener las cosas seguras durante el curso, desde luego, pero no los había trabajado nunca. A los peques los había visto en los espectáculos, se portaron todos de maravilla y aprendimos un montón de ellos!
Una
jornada fantástica. ¡Diferente y divertida donde además aprendemos un montón!
El
caballo tenso es un caballo que no escucha, que no entiende lo que se le pide y
que puede responder con actitudes peligrosas para nosotros. Durante el curso
vimos 5 situaciones en las que suelo poner a los caballos para identificar el
tipo de tensión con el que estamos lidiando. Eso nos ayuda a dirigir el trabajo
y encaminarlo hacia una atención constante hacia nosotros. Como resultado, nos
quedamos con un caballo libre de ansiedad o por lo menos un poco más relajado y
atento que antes. En una jornada y dos sesiones no lo hacemos todo, pero
establecemos una base sobre la que podemos trabajar en el futuro.
¿Con ponis?
Los ponis nos ayudaron a entender muchas cosas, imponen menos que los caballos grandes y para ello los elegimos para el curso. Primero hay que trabajar con confianza y adquirir las herramientas necesarias para aprender a disipar tensiones que son normales y comunes en caballos. Vimos que realmente son comunes y aplicando mediante un paso a paso, los ejercicios de la base de la educación equina de la misma forma que se aplicaría a un caballo grande, nos dimos cuenta de cómo funcionaban las cosas sin sentirnos en peligro. Los ponys del Centro se portaron a la altura de todos los objetivos que teníamos para este clínic 😉
Aprendimos
que la tensión puede provocar tensión, pero que con la tensión y presión bien
aplicada podemos disipar tensiones…parece contradictorio, pero es así. Debemos
aprender a aplicar la presión justa para corregir o “incomodar” a un caballo
que está teniendo una respuesta que no fue la pedida, y así hacemos que busque
otras respuestas. También aprendimos la importancia de ceder en el momento en que
el caballo ha encontrado la respuesta adecuada.
Sí, pie a
tierra y del ramal.
Si lo
sentimos desde el suelo mediante el contacto a través del ramal, cuando
aprendamos a hacer el trabajo en libertad, sabremos qué sentir y a caballo
sabremos qué buscar con el contacto físico.
Claro que a caballo necesitamos un asiento que nos permita sentir, pero esa es la fase siguiente ;). También nos hemos preocupado de ello este fin de semana. El domingo trabajamos con algunos jinetes en su asiento y la aplicación de ayudas. A veces puede parecer que no se avanza porque estamos trabajando en el asiento…no estamos galopando, ni saltando, ni haciendo juegos a caballo….pero cuando sentimos esas pequeñas cosas conseguimos que se nos queden para siempre, y si practicamos lo suficiente formarán parte de nuestra forma natural de montar…Es en ese momento cuando nos damos cuenta de lo mucho que hemos avanzado y que estamos mejorando. Las sonrisas al final de las clases lo demuestran…Ya sabemos que a caballo no me engañáis 😉
Transmitiendo el funcionamiento de la comunicación con los caballos al futuro de la equitación 🙂
Disipando tensiones antes de subir 🙂
Transmitiendo diferentes formas de sentir al caballo que pueden ser más seguras para el jinete …
El futuro de nuestros jóvenes jinetes está en la disciplina con ellos mismos para lograr educar a sus caballos en un lenguaje que ambos entiendan, está en el cariño y el respeto por el caballo y en una sesión hay momentos para todo.
Y además
del curso…
Con nuestros alumnos particulares habituales, hemos aprendido que menos es más. Que cuando estamos educando a un caballo no hay nada peor que preguntas a medio hacer y respuestas a medio dar….
Hablaremos de ello en algún otro post, de momento, nos quedamos con que si constantemente pedimos cosas a medias y aceptamos medias respuestas, cada vez que necesitemos pedir algo de verdad habrá que ponerse serio. Siendo así, habrá que ponerse serio muchas más veces con un caballo y no es lo que pretendemos, pretendemos que nuestras ayudas sean cada vez más sutiles, no al revés. Me recuerda a los niños…Como siempre ;).
Dejo un pequeño ejemplo que algunos me fulminarán con sus miradas cuando la lean, pero es la realidad:
Si apretamos una vez la pierna, esperamos una respuesta y no la hay, es mucho mejor para la educación del caballo recibir un toquecito con la fusta con la pierna apretada (si no hay fusta, una patadita o movimiento de pantorrilla con el objetivo de que responda) y relajar la pierna una vez nos haya respondido, que no que le estrujemos tres vueltas enteras con las dos piernas y la única respuesta que obtengamos es venir a menos y encogerse porque le duelen las costillas desde hace tres vueltas. Si la madre le pide a su potro que ande y se ponga delante suyo se lo pedirá suave con el morro. Si no responde, a la segunda le pegará un mordisco en el culo. Lo dejo ahí, para que reflexionemos.
Son los mejores alumnos del mundo, hacen los deberes, nos vemos de tanto en tanto pero entre viajes, les comento vídeos, aplico correcciones dirigiendo el trabajo para seguir avanzando y doy deberes a distancia, y ¡la evolución es magnífica! Sé que a veces nos estancamos y tenemos que insistir en esto o aquello durante un tiempo, pero una vez se van superando las dificultades de asiento y aplicación de ayudas, la evolución es alucinante. Me encantó veros bien sentados a caballo, aplicando bien las ayudas, haciendo las cosas con calma y cariño pero con firmeza, con disciplina en vuestro trabajo y empezando a pedir ejercicios nuevos… Orgullosa no, lo siguiente 😉
El paso trote a veces parece muy fácil y muy simple…pedirlo correctamente ya es otra cosa;) Y sentir donde van los pies del caballo durante la transición es otra cosa más 😉 Mantener la pierna en su sitio pidiendo lo justo para que responda, el contacto constante, sentir el movimiento de los pies hacia delante y mantenerse ligero, todo en un círculo bien trazado ya es motivo para una gran sonrisa 🙂 Como siempre, poco y bien mejor que mucho y mal.
Desde hace mucho tiempo, considero que no hay un círculo bien hecho sin un buen asiento y un piaffé o un recorrido a 1,30 sin asiento es un auténtico desastre, un dolor de ojos para quien está viendo (y para el caballo, un dolor de dorso y boca).
En el próximo post dejaremos el vídeo-resumen del curso. Como siempre, no será sólo un vídeo, tiene explicaciones, imágenes y momentos de los que puedes aprender y sacar alguna conclusión.
Para terminar, todo el mundo salió con deberes para arreglar los problemillas que tenían con sus caballos en casa para que puedan trabajar hasta el próximo curso o particular, donde los veremos evolucionando con sus propios caballos 🙂
Ya sabes que puedes contactar por mensaje, facebook, etc para reservar tu plaza para el próximo curso, pedir información o ayuda con alguna cosa que te esté preocupando con tu caballo, intentaremos ayudarte en lo que podamos. (Avisamos que a veces, debido a estas cosas que tiene la informática, los mensajes se nos quedan en spam, o perdidos así que si no contestamos, por favor, insiste o pregunta por facebook lo que sea para que te atendamos en cuando podamos ok?)
Si aún no tienes la guía con 15 Normas Esenciales de Eduación Equina aquí la tienes:
Mientras
estamos trabajando al caballo, nuestras emociones fluyen queramos o no. El sólo
hecho de que el caballo se mueva debajo de nosotros, ya supone un desequilibrio
a todos los niveles. Lo que es cierto es que el equilibrio emocional y físico es
importante, no podemos dudarlo. Sin esto, no hay equitación: o se vuelve muy
forzada, o se vuelve muy peligrosa.
El caballo no miente…revela, sin tener que utilizar palabras, nuestras emociones y las dificultades que ellas representan en nuestro día a día. De ahí que los cursos se transforman en días tan especiales. Cuando logramos conectar a través del caballo con alguien a quien no conocemos, dejando que el caballo nos transmita sus “conflictos emocionales” sin tener que utilizar para ello palabras, logramos una conexión especial sin que llegue a ser invasiva….No hemos dicho nada, el caballo lo va revelando conforme le vamos pidiendo cosas.
¿será que la palabra «NO» es algo complicada en nuestra vida?
¿será
que tenemos una necesidad un poco irracional de controlarlo todo?
¿será que tenemos algún miedo de situaciones desconocidas y nos encontramos intentando retener el movimiento hacia delante casi de una forma constante para que lo desconocido «no llegue»?
¿será que ese miedo se ha transformado ya en alguna rabia y frustración y se nos nota en la mano algo dura y rigidez del mensaje que le estamos transmitiendo?
¿Será que esa frustración ya lleva bastante tiempo en nuestro subconsciente y arrastramos nuestros problemas encima del caballo no logrando asumir la gestión del movimiento del caballo con nuestra pierna y asiento, de ahí que nos equilibremos con la mano?
¿o será
simplemente que tenemos el equilibrio en el sitio equivocado encima del caballo
y el mismo movimiento del caballo nos descoloca y sentimos tendencia a
controlar con las riendas el movimiento hacia delante para que el caballo no se
“mueva excesivamente”?
Lo que haya, el caballo lo revelará tarde o temprano 😉 Y cuando lo revela, concentrarnos en poner al caballo a trabajar en determinada función nos ayudará a disipar todas esas emociones y transformarlas algo positivo. Unos ejemplos: dejar que un caballo asustado descanse con las manos encima del remolque pero mirando recto hacia delante y se relaje en esa posición, cuando montamos a un caballo tenso que nos tensa a nosotros también cambiar la colocación de la cabeza, cambiar de dirección, pedirle que ponga un pie u otro debajo de la masa o hacer unas transiciones condicionando al caballo a que reaccione sólo con nuestra intención. Bien hecho eso disipa las emociones tanto en el caballo como en el jinete y en el curso dimos el paso a paso para lograrlo.
Este
fin de semana, además, hemos visto que estos posibles conflictos emocionales
pueden ser debidos a una serie de reflejos que, o llevamos mal integrados desde
siempre, o algún evento menos positivo en nuestra vida (entre otros factores)
ha hecho que dejasen de estar integrados. El miedo paralizador es uno de ellos
y es interesante ver cómo funciona y en qué situaciones funciona sin tener
control sobre ello. Pie a tierra hay una serie de ejercicios y terapias que nos
pueden echar una mano integrando esos reflejos y en consecuencia, facilitar el
trabajo una vez estemos a caballo.
Seguramente, repetiremos la experiencia de juntar las dos técnicas, la ecuestre, y la integración de reflejos fuera del caballo. Haznos saber si estás interesado en pasar un fin de semana entre estas dos técnicas y prepararemos otro fin de semana parecido. Así, si has estado este fin de semana, podrás seguir evolucionando con nuevos deberes que te daré a caballo y con los ejercicios que te dio Felicidad (para la integración de reflejos o para reforzar tu equilibrio mediante los ejercicios de Equipilates).
Para
mis queridos alumnos que ya repiten la experiencia estoy muy muy agradecida por
la confianza que depositan en mi trabajo movilizándose cada cierto tiempo hasta
donde estoy dando el curso para poder trabajar conmigo, y muy muy orgullosa del
trabajo que logran hacer con las herramientas que vamos dando en cada curso
durante el tiempo que no estoy…es algo con lo que nunca hubiese soñado, único y
verdaderamente satisfactorio.
Para
los que ya no es la primera vez que vienen de oyentes, espero que los fines de
semana sigan siendo amenos, que esto de la equitación es muy extenso, hay
siempre cosas nuevas que aprender y nunca me cansaré de teneros presentes, las
preguntas, las dudas, las risas y buen ambiente hacen de los cursos algo
maravilloso para todos.
Para
los que habéis estado por primera vez…muchas gracias por el voto de confianza,
me ha encantado conoceros, nos reímos, aprendimos y desde luego que conectamos
a través de los caballos, espero haber colaborado con mi granito de arena en
vuestro trabajo diario con vuestros profes, que desde luego muestran el buen
trabajo que vienen haciendo hasta ahora ;). ¡Es todo un placer poder colaborar
en vuestro camino ecuestre de vez en cuando!
Atreyu
merece una mención especial. Ese gordito
que nos dio dos horas para cargarlo en el van el viernes…con él aprendimos
mucho. Se puso de todos los colores a nivel emocional, la tensión y la
relajación fue tan evidente en tantas ocasiones durante el curso, que todos le
cogimos cariño y aprecio. Cargarlo el
domingo resultó tan satisfactorio que me hizo saltar de alegría. (Cosas que
afortunadamente también pasan con las emociones ;)). Isa, fuiste muy valiente
en querer que el caballo revelase todo lo bueno y lo malo que puede tener un
caballo cuando se le cambia de ambiente y es un poco inseguro y claustrofóbico.
Prueba superada, enhorabuena 😉
El próximo curso: Cómo aprender a gestionar las
tensiones del caballo para sacar mejor rendimiento en el entrenamiento.
En este curso haremos unos ejercicios todos juntos en la pista con los caballos. Ha llegado el momento de aprender mediante paso a paso gestionar sus movimientos (pie a tierra, a la cuerda o montados) para que el nivel de tensión nunca llegue a pasar de los límites en los que perdemos el control sobre ellos y para que podamos enseñar y pedir las cosas de forma que aprendan a largo plazo.
Si
quieres participar, envíanos un mensaje o comenta abajo diciendo que estás
interesado y te mandaremos la información en cuanto tengamos las fechas.
Un error frecuente: Analizar demasiado sus reacciones y actuar dejándonos llevar por las emociones (muchas veces sobre actuamos o no actuamos en absoluto…tanto una cosa como la otra son peligrosas)
Los caballos con algún carácter y sangre se desestabilizan emocionalmente cuando no entienden quién es el que realmente pone las normas y se preocupa de que nada le pase con los peligros que ven y sienten, pero que para el entorno humano no son una amenaza para ellos.
Generalmente son caballos tranquilos que nos muestran su inestabilidad en momentos de conflicto. Por ejemplo, algo les asusta y vienen a buscar refugio en nosotros, pero, resulta que nosotros, de repente, empezamos a ocupar nuestra cabeza con emociones como: “Pobrecito, qué mono, tiene miedo y se viene corriendo conmigo!! “ . (¡¡El que no lo haya pensado alguna vez que levante la mano!!)
En este caso emanamos emociones negativas: la pena y la preocupación. Y estas emociones llevan una energía que el caballo interpreta como sensación de inseguridad y puede hasta asumir el papel de macho dominante y ponerse a protegernos a nosotros del peligro que, a su vez, también le asusta…
Y en medio de esa inseguridad, nosotros seguimos interpretando: «¡OH mira que mono!! ¡¡¡Nos protege del peligro!!!» Mientras de nuevo emanamos una energía extremadamente insegura para un caballo que realmente lo que le pasa es que NO SABE QUE HACER con relación a ese peligro para mantenerse a salvo a él y a estos seres que parecen aún más inseguros que él. Quizás los tiene que proteger pero no tiene ni idea de cómo hacerlo. Se da la paradoja de que, si hace algo, es posible que le caiga una bronca enorme (que también pasa), así que, si también le ha pasado eso, la inseguridad aún es mayor en relación con lo que puede y no puede hacer en ese momento…
Conforme vas leyendo ¿logras sentir el nivel de energía negativa que hay en el aire ahora mismo? Pues si lo notamos nosotros mientras lo explicamos o leemos, imaginemos cómo se siente ese caballo que no está entendiendo nada y además hay un verdadero LEÓN listo a comérselo (aunque sea una bolsa de plástico, una bicicleta, o la moto ruidosa. Algo para nosotros es algo tan normal).
Y por si no tenía suficiente,
De repente entra alguien en su espacio con ganas de decirle lo que tiene que hacer (a veces sin querer, pero su cuerpo muestra algún tipo de intención que él no acaba de entender). En medio de esta inseguridad, lo más efectivo para él en ese momento podría ser mostrarle a ese ser lo grande que es y la fuerza que tiene envistiendo o enseñando los dientes o saltando de forma imponente a su alrededor… (aunque conozca a ese ser humano, estamos hablando de una inseguridad evidente que está sintiendo el caballo en relación a todo lo que le rodea en ese momento puntual)
Esa última reacción, ya provoca en aquel que es inseguro un colmo de emociones que luego se pueden analizar de todas las maneras posibles, pero si no nos recomponemos y lo dejamos con ese recuerdo, lo que le acabamos de enseñar al caballo es poco o nada, o peor, cuando estés inseguro: “haz todo eso que acabas de hacer y el peligro a lo mejor se irá…o no.”
Estoy segura de que en algún momento dado todos hemos pasado por situaciones en las que no hemos interpretado demasiado bien lo que ocurrió y las actitudes del caballo, yo la primera, y algunas bien peligrosas de las que he sacado muy buenas lecciones :). Afortunadamente ahora, muchas de ellas las veo venir de lejos.
Lo que ocurre realmente es lo siguiente:
El caballo está en territorio doméstico, con lo cual no se siente seguro porque no es su ambiente natural entre otros caballos, donde saben perfectamente cuál es su lugar en la manada y cumplen todos con su función para colaborar. Existe paz y entendimiento. También se los comen los depredadores, pero eso forma parte del ciclo. En su día a día viven como lo que son: Caballos y seres vivos, no humanos. En terreno doméstico, el caballo tiene que lidiar con unas emociones humanas que no entiende de la misma forma que las entiende un ser humano y con una jerarquía que demasiadas veces no está establecida entre el humano y el caballo. Eso lo puede volver muy inseguro y puede que pase a ejercer una función para la que no está preparado, volviéndose inestable. Puede presentar las actitudes que he descrito antes y muchas más, alternando entre inseguridad extrema y dominancia extrema si se siente realmente amenazado.
Muchos de los problemas que surgen cuando queremos juntar a caballos en un paddock y que se lleven bien, son derivados del hecho de que no estamos juntando caballos que saben ser caballos. Estamos juntando caballos que están condicionados a esas emociones humanas e ininteligibles por los caballos. Es decir, son inestables emocionalmente. ¿Y qué pasa cuando juntamos a dos o más seres inestables emocionalmente? Estalla la bomba. Y luego queremos arreglar los problemas de todo el grupo en el que quizás, por lo menos dos o tres son inestables. Es necesario ser un líder muy capaz y con mucho talento para solucionar los problemas de un grupo así dentro del grupo teniendo en cuenta que, en su estado salvaje, los caballos se integran o no se integran y los que no se integran porque quieren competir con el jefe, pues se tendrán que ir porque lo echarán. Y si se tiene que ir, acabará siendo vulnerable, delgado y una presa fácil.
En el caso doméstico, quizás es más adecuado trabajar a cada caballo por separado, para que vuelva a ser caballo, hacer que pase por aceptar nuestra seguridad y calma las veces que haga falta y en los conflictos que haga falta. Así, le incentivamos a que confíe en nosotros (y la confianza implica necesariamente, el respeto por nuestro espacio en todo momento pase lo que pase). Una vez confía en nosotros, gradualmente le iremos dando iniciativas con las que se sienta seguro de sí mismo. Un caballo seguro de sí mismo, tendrá más facilidad en integrarse en un grupo que uno que no lo es.
Una reflexión
¿Estamos emocionalmente capacitados para hacer sentir a nuestros caballos nuestra seguridad? Y si no nos sentimos así, ¿qué resultará cuando estén juntos dos seres inestables? En un box, en un paddock, mientras les ponemos la montura, mientras trabajamos en la pista, en una pista de competición, en una ruta…
¿Qué es ser emocionalmente estable? cuando hablo de ser emocionalmente inestables, no significa que estemos locos, nada más lejos de la realidad. Simplemente, quiere decir que de vez en cuando no controlamos nuestras emociones mientras estamos trabajando con nuestros caballos, nada más. Nos pasa a todos, pero hay que aprender a enfocar nuestras emociones de forma racional en esos momentos.
Los caballos son unos excelentes profesores en ese aspecto ¡nunca se les engaña!, afortunadamente.
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