Ayuda! ¡Parece que mi caballo no quiere estar conmigo!

Entre compartir espacio con el caballo de la primera serie de imágenes y la segunda…parece claro que es preferible la segunda. Aunque sean tranquilos, y este caballo lo es (en estas imágenes Malagueño pasó de una cosa a la otra con unas cuantas indicaciones y correcciones sencillas), la educación con sentido común hace falta y no me canso de repetirlo…

Malagueño de Ángel, en el Centro Hípico las Espuelas

Cuando presenciamos situaciones en las que vemos claro de antemano un peligro posible, avisamos y luego ocurren tal y como las hemos previsto, no hay que darle más vueltas: ya no podemos ignorar ciertas cosas que se hacen con los caballos o que se les permite que hagan y que a largo plazo no resultarán agradables para nadie.

Ya he visto unas cuantas cosas ocurrir entre caballos y humanos cuando descuidamos la educación y afortunadamente lo veo venir y me siento en la obligación de decir estas cosas 😊

No es necesario tener miedo de ellos, pero sí respeto y cuando en algún momento sentimos miedo o estamos confundidos en relación a determinadas actitudes del caballo hacia o cerca de nosotros…es el momento de parar, reflexionar, e intentar aprender cómo transmitir disciplina y educación para evitar al máximo esos momentos de confusión e inseguridad.

Así, en momentos de conflicto no nos quedaremos paralizados ni sacaremos nuestras emociones negativas al corregir. Simplemente daremos una dirección clara al caballo sobre cómo queremos que actúe cuando comparte el espacio con nosotros.

Los caballos aprenden muchísimo de nosotros (de nuestra energía y emociones) en los momentos de conflicto…Aprenden lo bueno y lo malo. Somos los únicos responsables 😉

Reflexionemos sobre ello, ¿Cómo reaccionamos y qué sentimos cuando un caballo nos da muestras de la fuerza que tiene mientras compartimos espacio con él? Esta es la clave para que los caballos aprendan unas cosas u otras, y tengan la primera reacción de la imagen, o la segunda.

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El libro habla sobre estas cosas de una forma más detallada 🙂

Pincha aquí para ver un caso práctico de una yegua que pasó de estar insegura, nerviosa y asustada con todo a juntarse a mí para trabajar juntas