Eso mismo aprendimos durante este último curso en el Cerrillo (Diciembre 2016).
El primer día lo dejamos claro cuando entramos en el campo donde estaban los caballos. Uno se acercó para ver de qué forma nos podría decir lo que teníamos que hacer, otra yegua se adelantó rápidamente con clara intención de ocupar todo nuestro espacio para que nos quedase bien claro que ése era SU lugar.
«Nos gusta esto de que los caballos tienen su lugar, donde se sienten seguros, y no tenemos el derecho de invadir su privacidad y su espacio»…Eso es lo que me transmitieron los chicos que entraron conmigo en el campo con sus actitudes (ya sabes, el caballo no engaña…).
Rápidamente, ellos se dieron cuenta de que conmigo los caballos guardaban distancia y ellos los tenían encima buscando «golosinas» dando cabezadas y metiendo el morro en las chaquetas pisoteando un poco aquí y allí el espacio personal de mis compañeros de curso.
«¿No puedo tocar al caballo cuando viene? Es que es un animal tan lindo que es que no puedo resistirme a tocarlo y darle caricias»…decía una de mis nuevas amigas cuando yo le decía que la caricia en el momento equivocado puede enseñar todo lo contrario de lo que queremos a un caballo. :).
Acto seguido hicimos un trabajo en libertad con los tres caballos donde demostramos y aprendimos que sí, se pueden mimar a los caballos, pero después de hacerles entender lo que esperan de nosotros y nosotros de ellos. Antes no. Y resulta que después de las normas, los límites y las cosas claras para el caballo, él mismo nos acaba siguiendo a una distancia prudente, pidiendo permiso para acercarse, manteniendo siempre la distancia que le indicamos y resulta también que una vez establecidas las normas, las caricias, mimos sientan mucho mejor. A los dos. Jinete y caballo. Porque ahí sí es verdadero. Nadie impone nada a nadie, hay un acuerdo entre los dos para trabajar en conjunto.
Este trabajo establece la base para el trabajo montado. Es el mismo trabajo: Presión-esperar respuesta-relajación del mismo método de 5 pasos que hablo en el libro. Con pequeños gestos, grandes gestos, sutilezas o movimientos obvios y contundentes….todo dependerá del tipo de caballo que tenemos entre manos, de su forma de responder y de la educación que se le haya dado.
Durante el curso, tanto montados como pie a tierra aplicamos claramente los cinco pasos del libro con cada caballo que nos encontramos:
1- Identificar el tipo de relación que tiene con el humano
2- Lograr leer las señales que nos transmite para indicarnos el tipo de caballo que es, la educación y la sensibilidad que tiene.
3- Gestionar nuestra actitud ante las reacciones del caballo para poder utilizar nuestro cuerpo a favor del trabajo positivo
4- Gestionar constantemente las tensiones que van surgiendo durante el trabajo y disiparlas convenientemente
5- Las repeticiones condicionan los comportamientos
Podría escribir durante horas sobre todo lo que aprendimos durante el curso, hicimos tantas cosas en tan poco tiempo que faltarían paginas para escribirlo todo. Debajo del post te dejamos un vídeo-resumen de lo que fuimos tratando a lo largo del fin de semana. Algunas personas optaron por no aparecer en el vídeo, así que hay muchos momentos que quedan en el recuerdo de los dos días, pero gracias a todos, tanto los que salen en el vídeo como a los que decidieron no salir. Gracias a vosotros se aprendió muchísimo en muy poco tiempo!
Respondiendo a la pregunta de Claudio el último día: «Como te ha hecho crecer este curso?» (Claudio es coach con caballos, se nota…siempre con preguntas que nunca sé de donde me bajan y necesito tiempo para pensar en ellas…:))
Te respondo que sé que nos lees:
Sigo maravillada con la elección de ayudar a las personas que necesitan que les echen una mano con sus caballos. Y sigo pensando que mientras siga consciente durante los cursos, los demás podrán aprender gracias a los caballos y sus respuestas tan claras a nuestras actitudes, tanto pie a tierra como montados.
Los caballos (irónicamente), me mantienen los pies en la tierra, y me ayudan a interpretar a las personas en este mundo en el que muchos hablamos los mismos idiomas pero raramente el mismo lenguaje. Ellos descifran ese lenguaje complicado que cada uno utiliza y nos lo descomplican en pocos minutos.
A través del caballo, nuestra posición y asiento a caballo, nuestro lenguaje corporal pie a tierra nos delata de tal forma, que asustaría a cualquiera que no esté preparado para escuchar ciertas cosas sobre sí mismo y que no esté listo para mejorar y subir de nivel.
Por otro lado, tal como dices, cuando no aplicamos a las personas lo que aprendemos con los caballos, damos demasiado espacio a abusones y poco respetuosos que luego nos pisan y nos atropellan. 🙂
El próximo curso será en El Cerrillo el fin de semana del 1 de Octubre! Existe la posibilidad de alquilar caballo, traerse el caballo durante el fin de semana o venir de oyente. Pincha aquí para que te demos la información que necesites sobre el curso.