Hoy te dejo una de las consultas que vamos teniendo por correo de nuestros lectores. Muy interesante, espero que te sirva también:
Pregunta:
«Tengo una potra de 16 meses que va genial con la doma de cuadra y no se asusta de nada(plásticos,paraguas,ducha etc)pero cuando salgo a pasear se transforma en un animal nervioso y asustadizo respondiendo exageradamente a cualquier estímulo (una bolsa de plástico,un ruido,el mero espacio libre natural…).
Me gustaría disfrutar de estos paseos e irlos ampliando para que cuando pueda montarla no extrañe nada.»
Respuesta:
Siempre hago una serie de preguntas para conocer la situación y además, en este caso, esta es la respuesta que me pareció más apropiada teniendo en cuenta la poca información que tenía sobre el caso.
«Debo decir que es bastante normal que con esta edad se asusten de todo fuera, y en casa se sientan protegidos.
El objetivo para la potra debe ser que confíe en nosotros lo suficiente para que, cuando esté fuera, sepa que controlamos la situación y le sabemos explicar en un lenguaje que ella entienda, que mientras esté a tu lado no le pasará nada.
Esto tarda algún tiempo y hay que ponerle primero retos cerca de casa. Cuando los va superando hay que ir cada vez buscando retos más lejos de casa, pero siempre manteniendo la misma actitud hacia ella.
Cuando me respondas a las preguntas creo que te podré indicar mejor el camino a seguir ;)»
Respuesta:
Además de responder a las respuestas a las preguntas que hice:
«Hola Monique , gracias por tu respuesta tan rápida y por tu interés que contagias!
Con tu explicación ya has respondido prácticamente a mis dudas .Se trata de ir ampliando su espacio de «confort».Así lo estoy haciendo pero….intuyo que hay algo más relacionado con el rol del líder dentro de la manada.Cómo es posible que se asuste ( o se comporte como si le asustase) de un saco de plástico abandonado cuando en casa se lo restriego a drede por todos lados y ni se inmuta?. Es como cuando salimos con nuestro perro y éste pretende, adoptando una actitud de defensa protegernos de un enemigo imaginario.Necesita expresar su rol.
Observo que un caballo suelto en su entorno prácticamente no se asusta de nada ,o se aleja o se acerca del estímulo pero no se pone a bufar con las orejas tiesas y la cara en alto anticipando una huida.No sé sin en todos los casos…
He tenido PRE que podías dejarle un bebé en casa y estaban cansados de salir al campo pero….cuidado si se ponía en «modo huida»( sin ningún estimulo aparente y por el mismo recorrido)tenía que empeñarme hasta tranquilizarlo.
Otros sin embargo no han mostrado esa «necesidad» de expresar nada e iban confiados contigo a donde fueses.
Me apuntaré a tu curso que sin duda va de etología e iré aprendiendo más cosas .
Un cordial saludo.»
Respuesta:
«Ya tengo mucha información
En el curso te haré más preguntas pero ya tengo la raíz del problema.
El curso.. No le llamaría etología, quizás la etología sola, si queremos establecer una sociedad con el caballo guiándolo por un camino que le lleve a confiar en nosotros en un ambiente que no es el suyo, nos acabe por provocar más lío que otra cosa. Es necesario poner el comportamiento del caballo en contexto, analizar la situación caballo-jinete, buscar la forma de disipar tensiones provocadas por esa relación con su humano y el ambiente en el que vive y, a partir de ahí transmitirle mensajes que el caballo entienda.
Digamos que es sobre el LENGUAJE EQUINO simplificado y aplicado al día a día común con los caballos ;).
Por ejemplo, me dices que no sabes qué rol tiene ella o tienes tú. Justo en la primera clase del curso lo verás clarísimo pero te lo digo ya:
Dices que le gusta invadir tu espacio. Su rol es dominante contigo. No quiere decir directamente que sea muy dominante pero su rol contigo es que ella es la 1 y tú el 2.
¿Por qué?
Se da la vuelta cuando le apetece, protesta y quizás de vez en cuando la dejes porque no quieres forzarla demasiado y eso hace que ella vaya ganando terreno.
Cuando andas con ella de la mano tiende a invadir tu espacio. ¿Rol? Ella el 1 y tu el 2.
Cuando sale a la calle no va segura contigo aunque puedas pensar que sí. Por cada vez que dejas que invada tu espacio en casa y no le dices donde debe estar en ese momento (y no le queda perfectamente claro) la dejas más insegura.
¿Por qué?
Porque ellos no están hechos para liderarnos o dominarnos. No en nuestro ambiente donde hay plásticos, coches, hombres, perros, etc etc.
¿Que no le importa que le pases el plástico? Eso no significa que fuera de casa, donde ella se siente insegura y sabe que tu también le transmites inseguridad (porque no has asumido verdaderamente el papel de guía seguro, que le indica dónde, cuándo y qué debe hacer contigo en un ambiente que no es el suyo)… Se asustará.
Por otro lado, pasarle un plástico es diferente que encontrárselo, o pisarlo o verlo a lo lejos. Eso hay que practicarlo también en casa y si cambias tu rol, me parece que dejará de asustarse fuera, muy rápidamente.
Y para finalizar pero es lo primero que deberías estudiar en la potra todos los días, andar de la mano, tener un paddock y dar unas vueltas a la cuerda no parece suficiente para quitarle el exceso de energía. Debe darse unas carreras, debes trabajarla un poco suelta para que se suelte y se exprese. Hoy en día, si me es posible, nunca me llevaría un potro (y ya que estamos, ningún caballo) con exceso de energía a pasear por el campo, ni de la mano ni montada, es buscar problemas. (Y esta es sólo una de las cinco situaciones que encontrarás explicadas en detalle y con ejemplos en la segunda clase del curso, en la que no estamos seguros con nuestros caballos y muchas veces ni nos damos cuenta):
Cuando salen fuera de casa para aprender, deben:
1-Tener su energía baja
2-Saber cual es su papel con nosotros y saber con qué cuenta de nosotros.
Si no tenemos estas dos cosas, todo lo que ocurra fuera, será síntoma de estos dos problemas.
Ala, te acabo de hacer un diagnóstico completo y ni siquiera os he visto
Espero que te sirva. En el curso verás todo esto con ejemplos, vídeos con caballos diferentes, conceptos FUNDAMENTALES puestos en orden y demostrados, que jamás olvidarás y podrás aplicar muchas cosas a tu potra y futuros caballos que tengas, ya verás.
Un saludo y dime lo que piensas sobre lo que te explico aquí.»
Respuesta:
«Lo clavas Monique.
Pones los puntos sobre las IES.
No encuentro ni una rendija en tu discurso para hacer una réplica.
Tienes razón en TODO.
Y además subyace algo que ya insinúas:
– La pereza por nuestra parte para trabajar continuamente y …lo que es peor…buscar «atajos'» creyendo que ya lo tenemos.
Gracias de verdad
Te seguiré ,me he inscrito en el curso e iremos hablando si dispones de tiempo
Y el aprendizaje sigue del otro lado. Ya estamos en contacto en el curso. Si formas parte del mismo, conocerás a nuestro amigo y ahora sabrás lo que le motivó a inscribirse a nuestras clases online 😉
Si quieres seguir este caso y otros tantos que hay dentro del curso, contacta conmigo y hablemos sobre lo que te preocupa con tu caballo. Te indicaré si puede ser útil o no el curso. Si no lo va a ser y me doy cuenta, también te lo diré porque si no lo digo yo ya me lo dirás igual cuando entres, así que no vale la pena andar con rodeos 😉
Empiezo por simplificar el Equierror3 que acabará por simplificar los otros dos errores también.
El Equierror 3 de este tema era que solemos pensar demasiado y enfocamos mal nuestros pensamientos.
Enfocamos en lo que no podemos controlar que es «cómo invento una ayuda especial para no piafar en la ducha, otra para que no rasque, y otra para que no relinche, y otra para que no se de la vuelta y me empotre contra la pared con la grupa y otra para……»
Pffff me canso yo sólo de pensar en una ayuda para cada cosa!! Muy complicado.
Otros pensamientos que hemos visto en el post anterior sólo complican las cosas.
¿Por qué no elegimos un lugar, un sitio específico para que el caballo se ponga y cada vez que haga algo que no sea estarse quieto lo ponemos de nuevo en ese sitio, hasta que encuentre la respuesta obvia, que es quedarse quieto y tranquilo?
¿¿¿No te parece más fácil pensar así????
Da igual que piafe, que hacer el pino, relinche, mordisquee, se quiera dar la vuelta, haga la voltereta…. la solución será siempre la misma y nuestra respuesta a sus acciones siempre igual: volver a su sitio.
Resuelto el problema.
¿O quizás no?
Puede ocurrir que lo pruebes y que cada vez que le digas que vaya a su sitio, vuelva una y otra vez a lo mismo (le llamo efecto yo-yo) Como consecuencia, puedes quedarte con la sensación de que no lograrás los resultados esperados, te rindas y el caballo siga haciendo igualmente lo que le da la gana.
Sí, porque ya lo he visto una y otra vez. Y es lo que suele ocurrir cuando no nos hemos tomado el tiempo necesario para aprender una serie de conceptos primero.
En los cursos presenciales acabo por utilizar el tiempo que puedo estar contigo resolviendo cosas que no se pueden solucionar a distancia para explicarte todos estos conceptos fundamentales, de ahí que ahora, puedas estudiarlos a tu ritmo y a distancia.
Si te tomas el tiempo y haces una pequeña inversión (pequeña si, comparado con todo lo que te puedes gastar en cosas insignificantes para tu caballo), y entiendes de una vez por todas una serie de conceptos básicos sobre la comunicación entre caballos y la comunicación entre caballo y jinete, te llevarás contigo para el resto de tu vida un paso a paso para enseñarle cualquier concepto a tu caballo. Sólo cambiarán las ayudas pero el paso a paso será siempre el mismo.
Porque si sabes cómo pedirle o explicarle cosas a tu caballo…..¡tachááááááááááááán!
Ya no te pondrás nervioso (Equierror1 resuelto) cuando tu caballo se ponga «estresadito» porque sabrás exactamente el por qué ocurre,
Sabrás explicarle cómo debe hacer las cosas mediante un paso a paso (Equierror2 resuelto) y encima,
No tendrás tiempo de pensar. Actuarás y ya. (Equierror3 resuelto)
¡ ¡TOMA!! BUM!!! Los tres errores solucionados para siempre con prácticamente cualquier caballo mediante una inversión que puede ser igual o inferior al precio de un pantalón medio decente de montar a caballo.
¿Quieres más? Contacta conmigo, explícame qué dudas tienes sobre el tema «Caballo que no se está quieto» (puede ser en la ducha o en otro sitio).
Antes, si quieres, puedes ir a ver la información en la página del curso online Cómo utilizar el LENGUAJE EQUINO en el día a día, lee bien de lo que trata para ver si realmente quieres trabajar conmigo en esto puesto que no es para curiosos que esperan resultados de un día para otro (aunque aplicando algunos de los conceptos se pueden obtener resultados en pocos minutos no quiere decir que todo el comportamiento del caballo cambie para siempre con esos minutos).
Es para aficionados a los caballos que se comprometan a seguir las clases, responder a las preguntas que voy haciendo (allí mismo o en su cabeza por lo menos) y reflexionar sobre los conceptos de una forma objetiva para poder aplicarlos a su caballo y a su situación concreta. Estaré ahí para acompañarte junto con otros alumnos en el proceso.
Si estás en nuestra lista de suscritos y no estás en el curso trabajando conmigo, no pierdas más tiempo, ¡te espero del otro lado!
Si tienes el curso, verás que hay una clase específica sobre una yegua que está aprendiendo a estar quieta en la ducha con su propietaria. Si no la has visto corre a verla que la añadimos hace algunas semanas. Verás cómo funciona el proceso y cómo se pide para que esté quieta mientras le doy la clase. Si ya la has visto, cuéntame en el curso si lo has probado, si te ha funcionado y lo comentamos.
Veamos el tercero de los tres Equierrores sobre el caballo que no se está quieto en la ducha.
En el error anterior estábamos en un dilema sobre si nos teníamos que pelear constantemente con nuestro caballo para que se quedara quieto en la ducha.
Sólo decirte que los dos errores anteriores han despertado toooooodos estos pensamientos en un montón de gente que los ha leído:
El tercer Equierror sobre este tema es, que pensamos demasiado, demasiado rato y nos obsesionamos con las cosas más difíciles de controlar en vez de prestar atención a las cosas más simples.
Vamos a ver la última frase de la imagen y vamos a simplificar todo lo que pensemos sobre la misma:
«No apetece estar peleándonos todo el rato con el caballo y decirle constantemente lo que no puede hacer, tal como no piafar en la ducha, no rascarse, no relinchar una y otra vez, no andar de un lado a otro, etc, etc, etc.»
La vamos a simplificar con lo que SÍ y lo que NO. Y veamos si nuestro razonamiento se vuelve más productivo:
Sí, claro que el caballo debe saber lo que no puede hacer, pero si enfocamos nuestra energía y nuestro pedido a lo que DEBE hacer le daremos opciones al caballo para cumplir con lo que pedimos y además, todos los demás pensamientos desaparecerán porque nos concentraremos rápidamente en cómo debemos pedirle lo que DEBE hacer.
Y NO, no debemos pelearnos nunca. Eso está fuera de cuestión. Pelearse es agravar la situación de estrés en la que el caballo ya se encuentra.
Es posible que el caballo entre en una especie de «discusión» porque si de repente le explicamos lo que puede y no puede hacer, no se lo tomará en serio si nunca lo hemos hecho antes.
Pero si sabemos cómo explicarle las cosas, sabremos que no vamos a entrar en su intento de «discusión», le enfocaremos hacia lo que DEBE hacer y el caballo acabará por tranquilizarse y atender. En muy poco tiempo (comparado con lo que hacemos normalmente) lo tendremos encaminado hacia la solución del problema.
Sinceramente si no queremos dedicar una parte de nuestro tiempo a esos pequeños momentos que son GRANDES OPORTUNIDADES para entendernos de una vez por todas con nuestros caballos y cambiar una relación algo sinuosa en algo fantástico, entonces no queremos realmente comunicar con nuestro caballo ni que la equitación sea algo a dos. Queremos montar, queremos pasearnos por ahí, queremos vivir tranquilos, montar a caballo y ya está.
Es una forma de estar con los caballos, la respeto plenamente, especialmente si dejamos que este trabajo más específico lo haga un profesional. Perfectamente respetable.
No estoy de acuerdo, pero lo respeto si luego no te quejas de que tu caballo contigo no hace esto o aquello. Cuando no lo haga contigo, tendrás que conformarte con ver lo bien que va tu caballo con otra persona que no eres tú. LO MEJOR DE LOS DOS MUNDOS, no podemos tener.
Para ti que sí quieres comunicar mejor con tu caballo, en el post siguiente, simplificaré este error al máximo. Es más, de diré cómo simplifico este error y los otros dos anteriores. Y te diré cómo puedes llegar a simplificarlo tu también en muy poco tiempo (como máximo en 15 días si asistes a una clase por día) de una forma más práctica mientras te acompaño en el proceso, porque una cosa es entenderlo y otra cosa es aplicarlo en el día a día.
La solución que te propondré está diseñada para que nunca más tengas que pensar tanto, no solo en esta situación como en otras muchas situaciones 😉
Hemos visto las consecuencias del Equierror nº1 cuando tenemos un caballo nervioso en la ducha o en algún sitio atado.
Ahora hablamos del segundo Equierror que solemos cometer y poco a poco verás que respondo a la pregunta que nos hicimos al final del primer error (¿no lo has leído? pincha aquí).
El caballo no miente.
El Equierror 2 es el siguiente:
No le has explicado al caballo dónde debe estar y que puede estar tranquilo. Y si lo has hecho, ha sido en un lenguaje que él no entiende.
Si el caballo no sabe qué hacer en un lugar que para él es claustrofóbico y le produce estrés por la razón que sea, se pondrá inseguro y algunos caballos inseguros se quedan intranquilos.
Si le explicamos de forma que entienda dónde debe y no debe estar, acabaremos solucionando el problema mediante las repeticiones diarias y a veces, se lo dejaremos claro en pocos minutos.
¿Que luego se pone nervioso cuando te vas de su lado? Eso ya lleva una solución más elaborada, pero empieza por saber explicarle en diferentes sitios, lo que sí y lo que no se puede hacer. Es decir, educarlo. Y en este caso, es en la ducha.
Y me dirás: «ya, pero explicarle que no debe piafar, que no debe mover la grupa cada vez que le da la gana, que no debe rascar, que no debe poner la cabeza tan alta e imponerse cada vez que ve algo por ahí a lo lejos de forma que casi me empuja a mi contra la pared…implica que le esté diciendo que NO todo el rato y yo no quiero estar todo el rato que estoy con mi caballo peleándome con él. No me apetece«.