Es lo que nos gustaría…
A veces escuchar la verdad puede salvar vidas…
Lo sé, todos queremos una relación especial con nuestros caballos y porque vengan cuando les llamemos o nos sigan un poco por todos lados… No significa que tengamos una relación especial. Nos conocen, y nos aceptan hasta cierto punto, pero no quiere decir que hayamos establecido un liderazgo, una jerarquía, una forma de compromiso de «yo te pido, tu buscas la respuesta, yo corrijo o espero si no la encuentras, tu sigues buscando mientras te doy las indicaciones para que las encuentres, yo cedo y relajo cuando la has encontrado» y así vamos repitiendo, exigiendo más de forma gradual, creciendo hacia una relación de respeto, confianza y trabajo en equipo.
Esto tiene que ocurrir a todos los niveles y para ello, debemos saber leer la energía de nuestro caballo en todo momento, adaptar la nuestra, poner la intención o no ponerla en el momento justo, utilizando nuestro lenguaje corporal en la medida adecuada ajustada casi al milímetro.
TODOS los caballos funcionan de esta forma pero los de carácter más difícil y fino, si no nos adaptamos a su forma de ser y apuramos realmente nuestras capacidades, no saldrá nada bueno del trabajo y nos frustraremos porque aunque vengan cuando les llamemos, sabemos en el fondo, que no tenemos aquella relación que nos gustaría tener. Y la culpa… Nunca será de ellos.
Cuando durante un clínic con caballos trabajo 3 días con un potro de carácter fino y al tercer día ya le tengo la montura, le cuelgo una bolsa en los estribos y le cuelgo mi peso con toda confianza, no quiere decir que cualquiera se puede acercar y hacer lo mismo y no quiere decir que el potro sea de plena confianza. Quiere decir que bien hecho es posible. Nunca nos engañemos porque pondremos nuestra vida en peligro.
Por mucho que cuando otra persona que le conoce desde hace más tiempo que yo, le llame por su nombre, el potro atienda, reconozca su voz o su presencia y le de de comer todos los días.
No funciona así. Es muy fácil pensar que con esa facilidad con la que el potro se ha entregado, su carácter es otro del que es y olvidarnos de que con la energía equivocada podría saltar en cualquier momento.
Es muy fácil no reconocer lo siguiente:
- Todas las señales interpretadas a tiempo
- Correcciones sutiles con lenguaje corporal
- Pausas activas hechas en momentos oportunos para evitar subidas de tensión en el caballo
- Respeto por su espacio en momentos determinados
- Pedidos de respeto por parte de quien trabaja con el caballo, sutiles pero eficaces
- Pedidos de atención constante sutiles o no tanto
- Adaptación de la energía de quien está trabajando con el caballo a la suya conforme aumenta o disminuye la tensión de las peticiones, cada vez más exigentes….
Todo esto forma parte de la construcción de una buena relación con nuestros caballos, ya sean de carácter fino como fácil y es aquí cuando se marca la diferencia entre tener una media relación de hace años y una relación completa y productiva en media hora, en un día, o en tres.
Lo que ocurre es que cuando son relativamente fáciles, nos saltamos muchos pasos y conceptos y ellos lo aceptan aunque te aseguro que una vez se aplican todos estos conceptos, la relación con cualquier caballo se vuelve otra, es otro mundo, también con caballos más facilones y dóciles. Cuando tienen un instinto un poco más apurado, son un poco más sensibles, tienen determinadas condicione físicas, han vivido en determinadas circunstancias o simplemente son más exigentes de trato, estos conceptos son fundamentales entenderlos y saber aplicarlos para no ponernos en peligro.
A veces duele, duele cuando otra persona en media hora se hace más con nuestro caballo que nosotros en mucho tiempo de tenerlo. Lo sé, a mi también me ha pasado así que me he tenido que aguantar muchas veces. Es la realidad. Y cuanto antes la aceptemos, antes estaremos dispuestos a aprender algo nuevo.
Si quieres saber como se construye una relación verdadera con tu caballo y aprender todos los conceptos de los que hemos hablado antes, apúntate al curso «Cómo utilizar el LENGUAJE EQUINO en el día a día» y entenderás qué camino debes seguir con tu caballo para lograrlo.
En nada, hablaremos de lo tercos que podemos ser a veces como jinetes por mucho que llevemos años en esto. 😏
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