¡Ayuda! No siento conexión con el caballo! Parte 2

This entry is part 1 of 30 in the series ¡Ayuda!

Para el primer tipo de conexión, (si no has visto la parte uno pincha aquí)  se necesita tener un caballo sano, bien equilibrado enérgicamente, de saber cómo funciona la mecánica del movimiento del caballo, cuál es la que mejor se adapta a su forma de ser y adaptar el trabajo de forma que pueda sentirse en perfectas condiciones físicas para llevar a su jinete y ejecutar el trabajo que se le pide para cada disciplina. Evidentemente, cuando trabajamos esta parte, la parte emocional se vuelve cada vez más equilibrada a medida que le vamos disipando resistencias y aumentando la flexibilidad, fuerza y equilibrio físico.

El segundo tipo de conexión es una cuestión de adaptar nuestro asiento de forma correcta a la mecánica del caballo en cada fase del entrenamiento para luego lograr, a través de nuestro asiento, intenciones y demás ayudas, mejorar el funcionamiento general del caballo durante el trabajo. Es decir, acoplando nuestro asiento al caballo, hay que buscar la forma de pedir determinados movimientos del caballo para que éste se ponga cómodo, flexible y disponible para ponerse en forma y conectar con el jinete para trabajo de más nivel.

Darse cuenta del tercer tipo de conexión es una cuestión de sensación, porque quizás desde fuera uno no lo note, aunque si nos fijamos bien, algo sentimos que es diferente, aunque no sepamos decir el qué cuando vemos a un caballo que responde de forma mecánica y automática a ciertas ayudas del jinete. Se trata de una sensación de falta de conexión entre caballo y jinete, un desequilibrio entre el pedir, esperar una respuesta, aceptar la respuesta y ceder para pedir de nuevo con gentileza un poquito más…

Montando se nota muchísimo cuando tenemos un caballo que acepta de buen grado las primeras indicaciones que le llevarán a una actitud de disposición ante el trabajo. Al principio puede que haya alguna tensión, pero, pasados unos trancos, transmitirá de forma clara su respuesta desde los pies hasta nuestra mano. En este punto cedemos, relajamos y volvemos a pedir. Vuelve a haber una respuesta y la comunicación empieza a fluir, los ejercicios dan una sensación de movimiento progresivo…

Hay una gran diferencia a cuando nos subimos a caballos que sólo responden a las ayudas bien o mal dadas, en determinados puntos y determinados trancos pre-establecidos, saltan los obstáculos simplemente porque es lo que saben hacer pero en las vueltas, llegadas y recepciones parece que las manos nada tienen que ver con el dorso, con los pies y con el cuello por decirlo de una manera y en consecuencia, la conexión dos y tres con el jinete es prácticamente inexistente. No hay binomio, no da una misma sensación compartida por ambos. La sensación es de mecanismo y algún “movimiento ruidoso”. La sensación de movimiento progresivo es inexistente y da lugar a una brusquedad constante inesperada por el caballo.

Tener el tercer tipo de conexión es la diferencia entre sentir debajo un caballo que está dispuesto a colaborar y uno que no lo está.

En esta publicación te invito a reflexionar un poco sobre cómo llevas la conexión uno y dos con tu caballo. Es importante porque sin estas dos no llegaremos nunca a la tercera por mucho que queramos. Si no sabemos cómo conectar pie a tierra y a la cuerda, no sabemos cómo  cómo deben funcionar sus pies, dorso, espalda, cuello y nuca durante el trabajo, no llegaremos a entender el porqué y el cómo debemos estar sentados a caballo y cómo debemos aplicar las ayudas. Consecuentemente, la conexión tres será inexistente cuando estemos montando.

Una vez hayas reflexionado y creas que necesitas alguna ayuda, puedes ver dónde estamos organizando cursos en esta página o entonces pincha en contacto y dinos de donde eres para que te pongamos en la lista para que te informemos donde y cuándo será el próximo curso!

En la próxima publicación hablaremos de la conexión tres con más detalle y lo veremos en vídeo explicado con subtítulos para que no te pierdas los momentos clave 😉

Recuerda que la confianza del caballo es imprescindible para que la conexión sea constante y exista una comunicación en la que ambos nos entendemos.  Puedes empezar  leer el libro, que habla sobre los cinco pasos esenciales que debemos dar para ganar la confianza (y el respeto) de un caballo. Nos vemos en el próximo post!

 

Series Navigation¡Ayuda! ¡No siento conexión con el caballo!Parte1 >>

¡Deja tu opinión!

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.