Tema del fin de semana: Contacto con el caballo

Durante el fin de semana en el Centro Hípico la Abadia (Guadarrama) revisamos cosas importantes como:

Subirse a caballo sin clavar la punta. (Ya, algo tan corriente verdad?) Pues los caballos no mienten y si tu caballo se mueve o se va cuando te subes, descarta que le pongas la punta del pie sin querer donde no debes. Un pequeño gesto del tobillo es suficiente, pero hay que practicarlo. Recordemos que el control sobre nuestro cuerpo es esencial cuando pretendemos trabajar el cuerpo de nuestro caballo.

Hemos hablado de contacto. No de ese contacto que superficialmente entendemos como tal, sino de conexión. Pero no de la conexión mística que muchos pretenden hacernos ver que se obtiene condicionando al caballo a hacer este o aquél ejercicio como respuesta a una orden por parte de su jinete. No. Una conexión que hay que ganarse mediante el trabajo gradual de enderezar al caballo, ordenar su cuerpo, enseñarle a pisar donde debe, permitirle que pase el movimiento desde los pies a la mano sin utilizar ésta para bloquear en momentos inadecuados… Ese tipo de conexión. La conexión que luego, más tarde, se volverá algo puramente intuitivo, algo que sentirá el caballo con una ligera intención del jinete, pero esto no aparece porque sí, ni cae del cielo. Hay que trabajarlo, hay que pedirle pequeñas cosas, recompensarle, seguir pidiendo o relajando en función del momento.

Sin un asiento que nos permita concentrarnos en el contacto que llevamos, simplemente no es posible. Y por ahí hemos empezado con Virginia y Mercedes cuando han traído el caballo al Centro Ecuestre la Abadia en Guadarrama para que trabajásemos juntas la conexión con el caballo a partir del asiento. Demostramos cómo era posible conectar a distancia para que no quedasen dudas, Kronenbourg al principio dio a entender claramente que le interesaba mucho más lo que había fuera que la conexión conmigo pero luego prefirió colaborar y trabajar juntos para superar esa inseguridad en relación a todo lo que le rodeaba. Una vez conectó conmigo todo fue más fácil. Luego montado, mediante trabajo de paso, vimos con Pedro, su propietario, que para poner a un caballo a la vaquera lo primero y más importante es que el caballo no pierda la conexión antes, durante y después de los ejercicios para que aprenda a no perder la impulsión hacia delante. El caballo tiene un dorso largo y es grande de tamaño, debe aprender a saber donde está y cuál es su espacio «personal» y cómo utilizar todo su cuerpo para sacarle el mejor rendimiento.

Dante, esta vez nos sorprendió. Dante agradece las pistas increíbles que tiene el Centro Hípico La Abadia y trabaja con una comodidad que no había trabajado hasta ahora. No parece importante, pero lo es. Cuando trabajamos a nuestros caballos todos los días en la pista, el piso tiene que ser bueno. Amortiguar, ser suave, equilibrado, derecho y con la consistencia adecuada al peso de estos animales. Y no hay duda que este centro apuesta por la comodidad durante el trabajo de los caballos. Tanto para el jinete como para el caballo.

Además, nuestras reuniones periódicas sobre cómo y qué mejorar con Nacho y Dante, están realmente dando su fruto. Hemos llegado al momento en que podemos realmente trabajar el contacto a través de las riendas. El asiento ya está lo suficientemente afianzado como para empezar a sentir ciertas cosas con regularidad a través de la mano. Eso ordena mucho al caballo y cuando lo monté, lo sentí a los pocos trancos. Sobre todo el último día de trabajo, que en este caso fue el lunes. Al alternar el trabajo de Nacho y el mío durante tres días seguidos, hemos logrado una consistencia en el trabajo bastante importante. El problema que tenía Dante a mano izquierda al galope sobre todo, está desapareciendo, precisamente porque hemos logrado trabajar su rectitud y está empezando a no perder la conexión una vez la tenemos.

Con Virginia y Mercedes, que de asiento tienen una forma parecida de estar, quitamos peso del dorso para equilibrarlo sobre el equilibrio del caballo. Dedicamos dos días a eso, pudiendo en el segundo ya, trabajar bien las transiciones a más y a menos sin perder el asiento y la conexión con la pierna. La evolución es tan rápida con esta forma de trabajar que ninguna de las dos se creían que después del primer día de esfuerzo practicando los ejercicios y que al principio dan la sensación de que nunca seremos capaces de hacerlos bien, estarían casi afianzados y conseguirían ponerse sobre el caballo al día siguiente 😉 Sonrisas y más sonrisas. Como me gusta lo que hago!!

Empezamos el trabajo con el caballo de Completo de Marina William, que estaba un poquito precipitado y ligeramente torcido, desordenándose durante los aires, corriendo un poco y dando la sensación de «caballo imparable». Pero es un buen caballo, con muchísimo poder y cuando lo ordenemos, Marina se dará cuenta de que si ahora ya disfruta de él competiendo, una vez ordenado se saldrá de sí! 😉

Organizaremos un nuevo curso a finales de septiembre en el Centro Ecuestre la Abadia, que cuenta con dos pistas cubiertas, tres naves de boxes grandes y con buenas camas donde puedes dejar a tu caballo durante el curso,  salas de aula para proyectar presentaciones teóricas, una pista de salto exterior y otra pista de doma exterior, todas con buenas medidas,  de geotéxtil muy bien cuidadas, un restaurante maravilloso donde ofrecen un excelente menú, cuentan con una escuela con profesores de salto y de doma, el personal del club es muy amable y además, si no está de gira por España,  contaremos con la presencia de Francisco Canales, famoso por sus espectáculos Ecuestres, que también es el jefe y director técnico del club. Los sábados suele ensayar su espectáculo en la pista cubierta del Centro y si te interesa y estás cerca, puedes acercarte y ver los ensayos mientras saboreas un menú en el restaurante con vista sobre las pistas;) Te sentirás como en casa gracias a la hospitalidad del club 🙂

Te dejamos una imagen-resumen de lo aprendido este fin de semana y en breve, podrás encontrar más información en EquierroresLab donde nos explayaremos sobre la conexión a caballo y la forma de lograrla mediante unos vídeos de caballos que voy trabajando a lo largo de los cursos. ¡Te gustará ver en directo todo lo que aprendemos en Equierrores! Echa un vistazo al formato en que dejaremos las cosas allí para que nos des tu opinión sobre cómo te gustaría verlo, con más texto, más vídeo, más presentaciones de diapositivas, etc. Pincha aquí para verlo, trabajamos una yegua de 5 años, y hemos puesto a disposición de nuevo la serie de «Como relajar a tu caballo cuando vas por el campo»

¡Ayuda! ¡Necesito poner orden en mi caballo!

No siempre es fácil trabajar a nuestro caballo de una forma ordenada y tranquila dentro del ambiente en el que se mueve. Se nos puede descontrolar muy fácilmente si no tenemos claro que el caballo necesita orden por nuestra parte, firmeza en determinadas circunstancias, cariño siempre, mimo en los momentos en que su energía le permite recibir mimos y consentimiento sólo con control y con perfecta conciencia de lo que eso supone. Lograr esto independientemente de todo lo que nos rodea a veces puede suponer un verdadero reto.

Este fin de semana en la Comunidad Valenciana hemos tenido los retos suficientes como para comprobar la gran necesidad de establecer el orden en la cabeza de nuestros caballos para que aprendan a controlarse. Y hemos visto claramente, que un caballo que de repente pierde la atención y nos arrastra para pelearse con otro perdiendo totalmente el control por parte de quien lo maneja, una vez que se le explica claramente que controlarlo todo (pelearse o defender al humano de los demás) NO es su papel, sino que es el nuestro, el caballo se relaja, pasándonos muy agradecidos ese papel. Un papel que no puede ser suyo cuando está en un ambiente muy alejado del natural en el que existe un entero padre y defensor, la yegua dominante y un montón de yeguas y potros que se rigen por las normas de la manada y viven en paz. ¡Si de repente un caballo entero se encuentra en un ambiente con otros cincuenta enteros, unos más dominantes que otros, el caballo estará encantado de no tener ese papel que no sabe cumplir!

Tal y como explicamos en el libro, es necesario tener muy claro lo que queremos y no queremos del caballo. Lo que le permitimos y no le permitimos. Si les consentimos cosas con las que a lo mejor no estamos de acuerdo, al final tendremos que recurrir a medidas más severas para hacer las correcciones. Si desde el primer momento, que salimos del box, les dejamos claro lo que sí y lo que no puede hacer, las cosas fluyen muchísimo mejor. Hemos tenido el ejemplo de un caballo muy muy tranquilo, que al ir consistiéndole pequeñas faltas de respeto le volvemos inestable. A partir de ese momento puede ser peligroso y, desde luego, muy desagradable en su manejo. Una vez se lo ordena, pasa a ser de nuevo el caballo tranquilo y con ganas de complacer y trabajar que era antes.

Una vez más se ha demostrado que es más eficaz montar utilizando nuestra intención más que las ayudas, ya que una vez tenemos una intención clara, la pasamos al caballo de forma automática a través de nuestro lenguaje corporal. Precisamente lo que mejor entiende el caballo. Tanto fue así que cuando la propietaria del caballo lo llevaba notó que el caballo reaccionó más a mi intención (aunque estaba lejos) que a la suya. ¡Y eso sin mover ni un dedo! Ella le estaba dando las ayudas correctas pero sin una intención real 😊

Seguimos el proceso que seguimos normalmente entrenando caballos, primer contacto, dejar claro quién suele poner las condiciones para compartir el espacio uno con otro, recordar dónde debe poner los pies y las manos a la cuerda mientras flexibilizamos los laterales del caballo y mejoramos obediencia, abordamos problemas principales montado y seguimos el 5 paso del libro «Cómo ganar la confianza de un caballo en 5 pasos» que es: Repetir todos los pasos anteriores hasta que salgan y fluyan 😉 Kalhua de Irene que lo traía ya con una buena base de trabajo, es listo, lo entendió todo muy rápido:

Hablamos de contacto, de comunicación, de disciplina sin palos, gritos o enfados, correcciones eficaces sin mezclar emociones, atención constante, comunicación a distancia y encima del caballo, cesiones a la pierna para poner los pies debajo y levantar las espaldas, logramos un asiento mucho más eficaz y seguro por parte de los participantes, logramos superar el reto de transmitir sensaciones ecuestres en inglés, de lo que también aprendimos todos y muchísimo más.

El mayor reto fue el calor, y lo superamos todos como héroes,con duchas y muchas risas. Un fin de semana desde luego, inolvidable. Miguel, esperamos verte pronto y reírnos un buen rato más, Stefan, you are the best! Conocimos personas maravillosas, Susi Paredes, tu capacidad de gestionar las cosas ha superado todas las expectativas, ¡Muchas gracias por todo!

Si te interesa aprender a tener a tu caballo más atento, más cariñoso y más colaborativo, pincha aquí para que te llevemos al curso online sobre «Cómo utilizar el LENGUAJE EQUINO en el día a día»

Ayuda! ¡Parece que mi caballo no quiere estar conmigo!

Entre compartir espacio con el caballo de la primera serie de imágenes y la segunda…parece claro que es preferible la segunda. Aunque sean tranquilos, y este caballo lo es (en estas imágenes Malagueño pasó de una cosa a la otra con unas cuantas indicaciones y correcciones sencillas), la educación con sentido común hace falta y no me canso de repetirlo…

Malagueño de Ángel, en el Centro Hípico las Espuelas

Cuando presenciamos situaciones en las que vemos claro de antemano un peligro posible, avisamos y luego ocurren tal y como las hemos previsto, no hay que darle más vueltas: ya no podemos ignorar ciertas cosas que se hacen con los caballos o que se les permite que hagan y que a largo plazo no resultarán agradables para nadie.

Ya he visto unas cuantas cosas ocurrir entre caballos y humanos cuando descuidamos la educación y afortunadamente lo veo venir y me siento en la obligación de decir estas cosas 😊

No es necesario tener miedo de ellos, pero sí respeto y cuando en algún momento sentimos miedo o estamos confundidos en relación a determinadas actitudes del caballo hacia o cerca de nosotros…es el momento de parar, reflexionar, e intentar aprender cómo transmitir disciplina y educación para evitar al máximo esos momentos de confusión e inseguridad.

Así, en momentos de conflicto no nos quedaremos paralizados ni sacaremos nuestras emociones negativas al corregir. Simplemente daremos una dirección clara al caballo sobre cómo queremos que actúe cuando comparte el espacio con nosotros.

Los caballos aprenden muchísimo de nosotros (de nuestra energía y emociones) en los momentos de conflicto…Aprenden lo bueno y lo malo. Somos los únicos responsables 😉

Reflexionemos sobre ello, ¿Cómo reaccionamos y qué sentimos cuando un caballo nos da muestras de la fuerza que tiene mientras compartimos espacio con él? Esta es la clave para que los caballos aprendan unas cosas u otras, y tengan la primera reacción de la imagen, o la segunda.

Pincha aquí para saber dónde estaremos dando cursos!

El libro habla sobre estas cosas de una forma más detallada 🙂

Pincha aquí para ver un caso práctico de una yegua que pasó de estar insegura, nerviosa y asustada con todo a juntarse a mí para trabajar juntas

Equitación: Hablemos de los malos y los buenos momentos

This entry is part 36 of 40 in the series Misión re-posicionamiento a caballo

Llevo tiempo dedicándome a ser una especie de intérprete entre caballos y jinetes. A los caballos los entiendo bien, conozco su esencia y me ayuda a entender al ser humano. Durante mi trabajo, me doy cuenta de que siempre encuentro algo con lo que me identifico en cada jinete y eso me ayuda a conectar con su caballo.

Al aprender a gestionar las emociones y el movimiento físico, tanto del caballo como del jinete, logramos unirnos en una relación magnífica. Y conforme vamos todos avanzando en esa relación, nos damos cuenta de algo muy curioso: Los caballos no están aquí para hacernos la vida complicada, ni para complacernos o hacernos felices… Ese no es su trabajo. Ser feliz o no serlo es únicamente nuestra responsabilidad. De nadie más.

Y parece contradictorio, pero únicamente asumiendo esa responsabilidad, podemos unirnos a la esencia de nuestro caballo transformándola en una relación inigualable. Asumir y dominar dicha responsabilidad es uno de los primeros pasos en la equitación que hay que dar. A partir de aquí se vuelve todo más fácil porque cuando nos damos cuenta de que debemos sentir la necesidad de ser felices sin que de ello dependa la actitud buena o mala de un caballo, todo cambia: Podemos empezar a entender de verdad que la confianza de un caballo no se traduce en que venga porque le damos zanahorias, o que se deje poner la cabezada mientras nos da unos empujoncitos “simpáticos” o porque lleva el cuello redondo mientras trabaja, ni porque obedece a todo lo que le pidamos porque sí, ni porque está condicionado a responder a una serie de ayudas sin más.

Para lograr gestionar nuestras emociones aparte de las emociones del caballo pienso que no debemos confundir la emoción negativa que sentimos cuando algo no nos sale bien o cuando el caballo no nos responde como deseábamos, con la necesidad que tenemos de hacer las cosas bien y que el caballo responda como queremos para ser felices. Si hacemos que nuestra felicidad dependa de cosas que no siempre podemos controlar, estaremos creándonos una frustración innecesaria y poco productiva porque, hay muchísimos factores que no siempre logramos controlar.

Si empezamos a entender que esa emoción negativa refleja un contraste que estamos experimentando en nuestra evolución, y que sirve para darnos cuenta de que algo tenemos que cambiar o aprender, nuestra felicidad dejará de depender de los resultados obtenidos y disfrutaremos del aprendizaje en sí.

(Hay un capítulo dedicado a esto en el libro “Como ganar la confianza de un caballo en 5 pasos”)

Este fin de semana, ha sido maravilloso en muchísimos aspectos, y uno de ellos merece la pena mencionar con orgullo. Porque sé que el trabajo de mis alumnos cuando no estoy es una de las claves para su éxito y porque cuando estoy, hago lo posible para contribuir deliberadamente para que las cosas mejoren y funcionen. No descanso hasta que no logro ver que algo cambia en ellos, tanto jinetes como caballos.

Y el cambio no siempre nos provoca alegría, porque como hemos dicho, a veces lo que cambia provoca cierto desconcierto y cierto (“gran, a veces maldito y frustrante”) contraste en relación a  lo que pensábamos y hacíamos hasta el momento. Pero al mismo tiempo, viendo que funciona con otros, nos despierta una curiosidad (a veces secreta, pero…el caballo es el espejo de nuestra alma ;)) y ganas de saber cómo lo pueden llegar a hacer otros que sí les funciona…

Estamos hablando del maravilloso contraste en la equitación que nos permite aprender: Esa frustración que nos hace ir hacia lo que queremos cuando vemos que lo que estamos aprendiendo funciona con otros y lo que estábamos haciendo no está funcionando con nosotros, esa frustración que nos invade cuando ya no podemos negar que algo tenemos que cambiar para que nos funcione como a otros les funciona… Maravilloso contraste, porque después con esa frustración tenemos dos opciones que son, una vez más, de nuestra única responsabilidad: Rendirnos y dedicarnos a otra cosa, o despertar en nosotros un gran afán de conseguirlo.

De rendirnos no hablaremos aquí porque no es ese nuestro objetivo aquí en Equierrores, pero con el afán de conseguirlo viene, indudablemente, la fe en que también somos capaces de hacerlo…y sin darnos cuenta, nos encontramos a diario practicando para que no sólo sea fe, sino una creencia firme de que lo vamos a conseguir y, una vez lo logramos, aunque sea un tranco, un momento, una fracción de segundo que sentimos que está resultando….estamos absolutamente seguros de que somos capaces y de que lo lograremos!!!

Me ha sido de gran satisfacción ver que alumnos a quienes ayudo regularmente están evolucionando como lo hacen, me recuerda ¡lo mucho que me gusta mi trabajo! Cuando un alumno de repente ve la luz, trabaja cuando no estoy en los deberes puestos en el curso anterior y cuando vuelvo veo que le sale bien, que ha avanzado y que el caballo está disfrutando del trabajo con su jinete, me quedo de nuevo sin palabras. Agradezco las oportunidades de ver estas evoluciones, estoy muy orgullosa.

Veamos a dos alumnos en diferentes cursos, el primero que dimos y el último. Se nota que empiezan a sentir buenos momentos y a partir de aquí…¡ya no hay quien los pare! 😉

Por otro lado, nos encontramos a alumnos nuevos  que tienen muchas ganas de aprender. Ver cómo después de unas horas dedicadas a sus caballos y a su asiento y comunicación con ellos pasan del contraste inicial (inevitable) a la certeza absoluta de que algo pueden cambiar para mejor, me dejan, en realidad sin palabras para describir la satisfacción que me trae.

Nuestro querido Malagueño del Centro Hípico Las Espuelas en Guadalajara:

Y su propietario, Ángel  que se sentía algo inseguro con su asiento encima de un caballo entero dominante como  Malagueño que necesita que le pongan normas y límites para que su expresividad no rebase la buena educación y el respeto por su jinete en todo momento:

Lo primero que hay que ajustar es el equilibrio de uno y de otro para que pasen a trabajar en conjunto y sea posible una comunicación que entiendan ambos. Ese es el primer paso práctico que solemos dar en el primer curso. Ahora, tocan deberes hasta el próximo!!

El sistema que utilizamos durante los cursos (ya sea en grupo o particular) es:

  • El primer curso es de dos días con su respectivo temario. A veces tres días dependiendo del número de jinetes y caballos. Cuando es particular suele ser un día (o lo que ocupen tres sesiones), una trabajando en libertad o pie a tierra, otra para el trabajo del caballo a la cuerda y otra montado.
  • Se toma conciencia de los errores en la comunicación. Se provoca SIEMPRE algún contraste. Es deliberado, sin él, no aprendemos. Y cuando ocurre, lo dirigimos hacia nuevos aprendizajes y subir de nivel.
  • Se practica durante el curso, los ejercicios pie a tierra y montados que permiten un cambio inmediato en la comunicación con los caballos
  • Se ponen deberes
  • Se da la opción de mandar un vídeo haciendo los deberes cuando no estoy, se comenta y se ajusta si hace falta.
  • Entre cursos, existe la posibilidad de contratar el servicio de comentar vídeos donde vamos viendo el progreso y dando más deberes si ya estamos evolucionando, esto permite un avance más regular.
  • Al curso siguiente se repasan los deberes, se introduce nuevo temario y se practica hasta que somos capaces de hacerlo solos. Siempre se pide  poco y bien de cada vez para que cuando tengamos que hacerlo solos no sea un gran problema.
  • Y vuelve a repetir el proceso 🙂
  • Se puede ir de oyente a los cursos y aprender de todo un poco puesto que ¡cada caballo es un mundo y cada jinete también!

Sobre todo estoy disponible para las fases en las que el alumno experimenta un contraste, para que sus emociones y actitudes con ese contraste sean constructivas y así lograr aprender en vez de desesperarse. ¡¡Esto para mí es casi tanto o más importante que las clases en sí!!