Ayuda mi caballo retrota III

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This entry is part 3 of 4 in the series Mi caballo retrota

Si no has visto la primera y segunda parte pincha aquí: Parte I, Parte II

En este post hablaremos sobre caballos que retrotan cuando van hacia casa. Esto se encuadra directamente el grupo de caballos que va en tensión psicológica, física y muscular, así que intentemos ver cual es nuestro problema en concreto con nuestro caballo.

De pequeña tenía una yegua árabe que, si hacíamos excursiones de 5 horas, la ida era maravillosa pero la vuelta era retrotando. Era tan desesperante que llegué a bajarme e ir 3 horas a pie de vuelta para no tener que ir encima de una “coctelera” hasta llegar a casa. Así al menos ella retrotaba pero yo iba a pie. Si en su momento hubiese sabido lo que sé hoy, hubiese sido todo mucho más fácil…

En primer lugar, debemos evitar los “últimos galopes” cuando estamos en las “últimas rectas” de llegada a casa. Es algo de sentido común, si aprenden que en esa última recta hacemos una galopada grande, ya sea solos o con otros compañeros, cada vez que nos acerquemos a esa última recta, el retrote será casi inevitable. Por supuesto si nuestro caballo está perfectamente puesto, atento a nosotros en todo momento, equilibrado a nivel muscular y a nivel emocional, podemos galopar donde nos apetezca que el caballo no dará ningún tipo de problemas, no se me malinterprete. Pero desde el momento en que el caballo retrota en la vuelta a casa, es porque alguna de las condiciones descritas arriba no están siendo tratadas. No nos engañemos.

¿Por qué no recomiendo galopar en dirección a casa?

Hay muchas razones que hacen que un caballo tenga prisa por llegar a casa:

  • lleva un jinete encima que no va bien sentado y ya lleva horas descoordinado con el equilibrio del caballo, o porque va sentado encima de la parte más sensible de su dorso (con el peso atrás) y ya no puede aguantarlo más
  • porque va tirando de su boca sin querer
  • porque sabe que cuando llega a casa tiene la comida preparada
  • porque está estresado de estar entre otros caballos. No está acostumbrado y quiere librarse de esa tensión lo más rápido posible
  • porque no está en forma, no tiene el dorso musculado y un largo etc.
Con el peso atrás y las piernas hacia delante, todo el peso se acumula detrás del equilibrio del caballo, en la zona del caballo que no tiene el apoyo de las manos ni de los pies. El caballo no logra remeter los pies porque no logra tensar los abdominales para levantar el dorso. El dorso del caballo no está hecho para este tipo de monta y acabará rompiéndose provocando toda una serie de síntomas: retrote, escaparse, ir detrás de la mano y no poder pararlo o no querer ir ni responder a la pierna, querencia, estrés constante, sustos por todo y por nada…

Debemos tener en cuenta que para nosotros puede ser un paseo lo más agradable porque no somos nosotros los que andamos, nos llevan y vamos viendo el paisaje, pero si nuestro asiento no es correcto, no llevamos la embocadura y silla adecuada, nuestras ayudas son un desastre y nuestro peso está en el sitio equivocado del caballo, para el animal es una tortura tener que aguantarnos durante nuestras egoístas horas de paseo y en cuanto el caballo siente que la dirección es hacia casa, quizás no ve el momento de llegar.

Si cuando retrota, le tiramos de las riendas, además de todo esto, le provocamos dolor en la boca…un motivo más para, a lo mejor, dejar de retrotar e irse hacia arriba o botarse para ver si se libra del de arriba de una vez.

¿Quieres sentirte caballo por un momento?

Como ejercicio final podemos intentar subir unas escaleras con un saco de patatas y en vez de redondear la espalda e ir un poco curvados hacia delante, echémonos hacia atrás y subamos igual las escaleras, a ver si somos capaces. Una sensación parecida tiene el caballo cuando nos lleva de paseo y vamos mal sentados. ¡Y el saco de patatas no nos tira de la boca!

Si montamos a caballo debemos tener claro que esto es un trabajo de equipo: Ellos nos llevan y nosotros tenemos la obligación de asumir la responsabilidad de aprender a llevar nuestro equilibrio bien a caballo, de aplicar las ayudas de forma correcta, de asegurarnos que nuestro caballo trabaja lo que come, de no dejar al caballo parado en un box más de 23 horas seguidas para luego sacarlos de paseo durante horas, de herrarle correctamente y a tiempo, de llevar un equipo que se ajuste al caballo, de muscular a los animales de forma correcta y equilibrarlos emocionalmente. Si no asumimos esta responsabilidad, o por lo menos hacer por querer aprender, por favor, comprémonos una bicicleta a motor que también nos lleva de paseo.

Si crees que puedes tener un asiento que no favorezca al caballo, lo más justo para el caballo es que descubras qué puedes mejorar para poder facilitar el trabajo al caballo. Yo te puedo ayudar. Tenemos un servicio de comentar vídeos en el que tú me mandas un vídeo, yo te comento lo que veo de asiento y te doy unas indicaciones para que apliques y trabajes. Estoy acostumbrada a hacer esto a distancia, no es nada nuevo para mi y si veo que no puedo ayudarte desde aquí, te lo diré ;). Pincha aquí para saber como funciona.

¿Qué podemos hacer si realmente estamos bien a caballo y seguimos con el problema del retrote hacia casa?

Hagamos salidas muy cortas para trabajar esto. Vayámonos hasta el sitio donde, si damos la vuelta empieza a retrotar y dejemos un poco de heno o zanahorias allí. Que no sea muy lejos porque tenemos trabajo por delante y la idea no es dejar al caballo exhausto. La idea es que aprenda algo.

  • Justo a la salida de casa trabajemos a nuestro caballo en unos ochos pequeños al paso (el caballo debe estar sano y se supone que ya lo hemos calentado a la cuerda o en libertad) durante el tiempo suficiente, que se dé cuenta de que está trabajando.
  • Vayamos hacia el sitio donde hemos dejado las zanahorias. Demos la vuelta y dejemos que el caballo vaya hacia casa al trote (sin perder el control).
  • En casa, trabajemos al caballo en círculos pequeños o en ochos durante unos segundos.
  • Salgamos de casa otra vez para luego dar la vuelta y dirigirnos hacia casa al trote si él quiere.
  • Llegando a casa volvamos a trabajar al caballo en ochos durante unos segundos (esta vez al trote corto), ochos pequeños para que sienta que le cuesta algún esfuerzo estar en casa.
  • Y volvamos a irnos.

Cuando hayamos repetido unas cuantas veces, nos daremos cuenta de que el caballo no tiene ya tantas ganas de ir hacia casa. Es ahora cuando viene lo importante, en cuanto sentimos tranquilidad al volver a casa, daremos unos pasos y volveremos al sitio reservado para darle las zanahorias. Nos bajamos del caballo, le aflojamos la cincha y descansamos un ratito allí. Le dejamos comer hierba, las zanahorias y le mimamos un rato. Luego nos vamos a casa, lo dejamos atado durante un rato después de la ducha y lo soltamos un poco. Al día siguiente, repetimos la sesión, pero ya más lejos. En este caso, no le demos de comer justo al llegar a casa, tendrá que pasar un buen rato hasta que coma para que deje de asociar la ida hacia casa a la comida.

Una vez sintamos que ha desaparecido el problema, hay que dejar de hacer el ejercicio para que después no sea algo perjudicial y empiece a defenderse para no ir hacia casa. Es importante que utilicemos el sentido común cuando estamos corrigiendo ciertos problemas. A partir de aquí, sabiendo que el caballo ha tenido este problema, durante nuestros paseos, parémonos algunas veces, bajémonos del caballo, dejemos que coman un poco de hierba, si hace falta nos llevamos una cabezada de cuadra y un libro y nos sentamos en el prado un rato mientras el caballo se relaja también. De esta forma evitaremos que tenga prisa para volver a casa. Siempre que surja el problema de querer ir rápido a casa, hagamos un proceso parecido adaptado a la sensibilidad y forma física de cada caballo hasta que desaparezca el problema.

Compra aquí el libro que puedes leer mientras dejas a tu caballo tranquilo comiendo 😉
Adquiere aquí el curso online que puedes estudiar mientras tu caballo descansa en medio del paseo 😉

El retrote significa siempre que el caballo no está cómodo con la situación y debemos cambiarla. Una cosa es el pequeño retrote cuando estamos pidiendo un ejercicio como por ejemplo poner el pie debajo mientras incurvamos al caballo, que le está costando y otra cosa es el retrote constante, cuando se juntan toda una serie de factores estresantes para el caballo para los que no le hemos preparado previamente.

En el post siguiente hablaremos del caballo que retrota porque va en tensión mientras va con otros caballos pero cuando va solo, va bien.

En la serie de vídeos sobre el caballo que va nervioso por el campo, te doy una serie de trucos y herramientas que puedes utilizar para relajar al caballo:

Equitación: Hablemos de los malos y los buenos momentos

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Llevo tiempo dedicándome a ser una especie de intérprete entre caballos y jinetes. A los caballos los entiendo bien, conozco su esencia y me ayuda a entender al ser humano. Durante mi trabajo, me doy cuenta de que siempre encuentro algo con lo que me identifico en cada jinete y eso me ayuda a conectar con su caballo.

Al aprender a gestionar las emociones y el movimiento físico, tanto del caballo como del jinete, logramos unirnos en una relación magnífica. Y conforme vamos todos avanzando en esa relación, nos damos cuenta de algo muy curioso: Los caballos no están aquí para hacernos la vida complicada, ni para complacernos o hacernos felices… Ese no es su trabajo. Ser feliz o no serlo es únicamente nuestra responsabilidad. De nadie más.

Y parece contradictorio, pero únicamente asumiendo esa responsabilidad, podemos unirnos a la esencia de nuestro caballo transformándola en una relación inigualable. Asumir y dominar dicha responsabilidad es uno de los primeros pasos en la equitación que hay que dar. A partir de aquí se vuelve todo más fácil porque cuando nos damos cuenta de que debemos sentir la necesidad de ser felices sin que de ello dependa la actitud buena o mala de un caballo, todo cambia: Podemos empezar a entender de verdad que la confianza de un caballo no se traduce en que venga porque le damos zanahorias, o que se deje poner la cabezada mientras nos da unos empujoncitos “simpáticos” o porque lleva el cuello redondo mientras trabaja, ni porque obedece a todo lo que le pidamos porque sí, ni porque está condicionado a responder a una serie de ayudas sin más.

Para lograr gestionar nuestras emociones aparte de las emociones del caballo pienso que no debemos confundir la emoción negativa que sentimos cuando algo no nos sale bien o cuando el caballo no nos responde como deseábamos, con la necesidad que tenemos de hacer las cosas bien y que el caballo responda como queremos para ser felices. Si hacemos que nuestra felicidad dependa de cosas que no siempre podemos controlar, estaremos creándonos una frustración innecesaria y poco productiva porque, hay muchísimos factores que no siempre logramos controlar.

Si empezamos a entender que esa emoción negativa refleja un contraste que estamos experimentando en nuestra evolución, y que sirve para darnos cuenta de que algo tenemos que cambiar o aprender, nuestra felicidad dejará de depender de los resultados obtenidos y disfrutaremos del aprendizaje en sí.

(Hay un capítulo dedicado a esto en el libro “Como ganar la confianza de un caballo en 5 pasos”)

Este fin de semana, ha sido maravilloso en muchísimos aspectos, y uno de ellos merece la pena mencionar con orgullo. Porque sé que el trabajo de mis alumnos cuando no estoy es una de las claves para su éxito y porque cuando estoy, hago lo posible para contribuir deliberadamente para que las cosas mejoren y funcionen. No descanso hasta que no logro ver que algo cambia en ellos, tanto jinetes como caballos.

Y el cambio no siempre nos provoca alegría, porque como hemos dicho, a veces lo que cambia provoca cierto desconcierto y cierto (“gran, a veces maldito y frustrante”) contraste en relación a  lo que pensábamos y hacíamos hasta el momento. Pero al mismo tiempo, viendo que funciona con otros, nos despierta una curiosidad (a veces secreta, pero…el caballo es el espejo de nuestra alma ;)) y ganas de saber cómo lo pueden llegar a hacer otros que sí les funciona…

Estamos hablando del maravilloso contraste en la equitación que nos permite aprender: Esa frustración que nos hace ir hacia lo que queremos cuando vemos que lo que estamos aprendiendo funciona con otros y lo que estábamos haciendo no está funcionando con nosotros, esa frustración que nos invade cuando ya no podemos negar que algo tenemos que cambiar para que nos funcione como a otros les funciona… Maravilloso contraste, porque después con esa frustración tenemos dos opciones que son, una vez más, de nuestra única responsabilidad: Rendirnos y dedicarnos a otra cosa, o despertar en nosotros un gran afán de conseguirlo.

De rendirnos no hablaremos aquí porque no es ese nuestro objetivo aquí en Equierrores, pero con el afán de conseguirlo viene, indudablemente, la fe en que también somos capaces de hacerlo…y sin darnos cuenta, nos encontramos a diario practicando para que no sólo sea fe, sino una creencia firme de que lo vamos a conseguir y, una vez lo logramos, aunque sea un tranco, un momento, una fracción de segundo que sentimos que está resultando….estamos absolutamente seguros de que somos capaces y de que lo lograremos!!!

Me ha sido de gran satisfacción ver que alumnos a quienes ayudo regularmente están evolucionando como lo hacen, me recuerda ¡lo mucho que me gusta mi trabajo! Cuando un alumno de repente ve la luz, trabaja cuando no estoy en los deberes puestos en el curso anterior y cuando vuelvo veo que le sale bien, que ha avanzado y que el caballo está disfrutando del trabajo con su jinete, me quedo de nuevo sin palabras. Agradezco las oportunidades de ver estas evoluciones, estoy muy orgullosa.

Veamos a dos alumnos en diferentes cursos, el primero que dimos y el último. Se nota que empiezan a sentir buenos momentos y a partir de aquí…¡ya no hay quien los pare! 😉

Por otro lado, nos encontramos a alumnos nuevos  que tienen muchas ganas de aprender. Ver cómo después de unas horas dedicadas a sus caballos y a su asiento y comunicación con ellos pasan del contraste inicial (inevitable) a la certeza absoluta de que algo pueden cambiar para mejor, me dejan, en realidad sin palabras para describir la satisfacción que me trae.

Nuestro querido Malagueño del Centro Hípico Las Espuelas en Guadalajara:

Y su propietario, Ángel  que se sentía algo inseguro con su asiento encima de un caballo entero dominante como  Malagueño que necesita que le pongan normas y límites para que su expresividad no rebase la buena educación y el respeto por su jinete en todo momento:

Lo primero que hay que ajustar es el equilibrio de uno y de otro para que pasen a trabajar en conjunto y sea posible una comunicación que entiendan ambos. Ese es el primer paso práctico que solemos dar en el primer curso. Ahora, tocan deberes hasta el próximo!!

El sistema que utilizamos durante los cursos (ya sea en grupo o particular) es:

  • El primer curso es de dos días con su respectivo temario. A veces tres días dependiendo del número de jinetes y caballos. Cuando es particular suele ser un día (o lo que ocupen tres sesiones), una trabajando en libertad o pie a tierra, otra para el trabajo del caballo a la cuerda y otra montado.
  • Se toma conciencia de los errores en la comunicación. Se provoca SIEMPRE algún contraste. Es deliberado, sin él, no aprendemos. Y cuando ocurre, lo dirigimos hacia nuevos aprendizajes y subir de nivel.
  • Se practica durante el curso, los ejercicios pie a tierra y montados que permiten un cambio inmediato en la comunicación con los caballos
  • Se ponen deberes
  • Se da la opción de mandar un vídeo haciendo los deberes cuando no estoy, se comenta y se ajusta si hace falta.
  • Entre cursos, existe la posibilidad de contratar el servicio de comentar vídeos donde vamos viendo el progreso y dando más deberes si ya estamos evolucionando, esto permite un avance más regular.
  • Al curso siguiente se repasan los deberes, se introduce nuevo temario y se practica hasta que somos capaces de hacerlo solos. Siempre se pide  poco y bien de cada vez para que cuando tengamos que hacerlo solos no sea un gran problema.
  • Y vuelve a repetir el proceso 🙂
  • Se puede ir de oyente a los cursos y aprender de todo un poco puesto que ¡cada caballo es un mundo y cada jinete también!

Sobre todo estoy disponible para las fases en las que el alumno experimenta un contraste, para que sus emociones y actitudes con ese contraste sean constructivas y así lograr aprender en vez de desesperarse. ¡¡Esto para mí es casi tanto o más importante que las clases en sí!!

Cerrillo Marzo 2018:Reacciones de los caballos en días de viento

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El último curso que hicimos en el Cerrillo fue peculiar. Aprendimos un montón. Fue un poco diferente.

Hacía muchísimo frío y un viento impresionante, lo notarás en los vídeos de las clases que dejamos en esta publicación.

Como es lógico, los caballos estaban con otra disposición. Los caballos que el club alquiló se portaron muy bien aunque como todos, también notaron el viento.

Estuvimos trabajando el asiento, desde luego, porque es algo que nunca se deja de trabajar en nuestros cursos, pero, surgieron una serie de situaciones, sustos y querencias que acabamos por corregir y aprender de ellas. Fue ameno porque algunas cosas las corregí yo, otras los corrigieron y solucionaron los alumnos mientras les daba indicaciones y otras situaciones fueron una mezcla entre la actitud de quien iba encima y una corrección puntual de mi parte para acabar de afianzar una corrección que estaba quedando a medias.

Felicidad y Alexandra esta vez alquilaron caballo, pero venían con algunas dudas en su cabeza sobre su caballo (algo gamberro como dicen ellas) al que esta vez no trajeron pero espero ver pronto, y mediante todo lo que fue pasando durante los dos días de curso sacaron sus propias conclusiones sobre lo que estaban haciendo bien y mal con el suyo.

Con ellas aprendimos un montón de cosas, que los brazos rígidos pasan mensajes rígidos, que los caballos no se cierran sólo de delante, que al trabajar realmente la dirección, la espalda y la grupa de los caballos éstos empiezan a ir cómodos y relajados, que necesitan el contacto constante de nuestras pantorrillas, que el miedo a galopar es comprensible cuando nos hemos caído y el dichoso miedo se ha instalado, pero se puede superar con algunas modificaciones en nuestro asiento sin dejar que el cuerpo se canse para no perder el asiento y el equilibrio,  y que el trabajo pie a tierra hay que hacerlo como una obligación con nuestros caballos, si no, se pueden volver peligrosos.

Dante es algo conocido por sus botes cuando algo le distrae, pero aún no lo había demostrado en los cursos conmigo hasta este fin de semana que me subí para sentir cómo estaba y al pasar unas bicis y unos caballos tuvo esa reacción conmigo. Un poquito antes la había tenido con su propietario y aprovechamos para poner fin a ese tipo de comportamiento. Una cosa es una vez que se escapan y se asustan, otra es por sistema, un caballo que cada vez que algo le distrae se bota. Eso no es admisible. Aunque sus botes no sean demasiado peligrosos, no es admisible y tiene que entender que eso no es comportamiento para tener cuando hay alguien encima.

Aprendimos que el exceso de energía es uno de los agravantes de esta situación así que la solución pasa por:

  • soltarlo un poquito antes,
  • darle un poco de cuerda para concentrarlo
  • corrección específica cada vez que tenga una reacción de estas

El viento no deja que los caballos oigan demasiado bien a lo lejos, se lleva los olores y los ruidos  o les llegan de repente, de ahí que estén más distraídos y asustadizos. Caballos muy muy bien puestos que escuchan constantemente a su jinete y han aprendido a dominar sus reacciones, tienen menos dificultad en los días de viento. Pero aun así es un buen día para poner a prueba nuestra rapidez de reflejos, autodominio y dominio sobre el caballo y sus reacciones

Indi también se asusta cuando aparecen personas llevando unas sillas de bar en la mano (no se había dado cuenta que venían ahí y se las encontró de repente).  Otra reacción tonta. Se da media vuelta y se arranca. Una vez más no es muy peligrosa la reacción, pero es muy desagradable y si alguien un poquito más flojo va encima, se sale de la montura en este tipo de reacciones.  Además, tiene que aprender a auto dominarse en estas situaciones. Con nuestra ayuda. Ayudando a Pedro a entender que cuando el caballo mira o se pone tenso hay que disipar de inmediato esa tensión porque es negativa y puede ir a más, logramos que el caballo volviese a su trabajo con concentración aunque todo volara a su alrededor (el trípode, las sillas, etc)

Trasto pasó por una prueba horrorosa, un helicóptero volando bastante bajito nos pasó por encima…Trasto ¡El susto en caballo! Evitamos una reacción de pánico en el caballo (porque realmente  entra en pánico y se mete por donde no cabe con tal de huir, es decir, tiene reacciones peligrosas porque deja de sentir, deja de ser consciente de que tiene alguien arriba y eso sí es muy peligroso). Pues Angeles se portó como una campeona, mantuvo la calma (dentro de lo posible, porque por un momento parecía que no creía que el caballo se tranquilizaría pero logró seguir las indicaciones y se mantuvo fiel a ellas hasta que el caballo se relajó :).

Norton volvió a probar a Virginia, que no se acababa de creer que el caballo pudiese ir por ese camino donde siempre tenía problemas y tenía que bajarse para que pasara. Se había creado un un círculo vicioso de ayudas medio dadas y respuestas medio conseguidas, que hacían que Norton no acabase de entender y quería siempre volver para atrás. Tuve que intervenir dos veces, ayudando a Virginia a colocar realmente la cabeza hacia donde había que ir y hacer que Virginia se lo creyera de verdad para que las cosas se solucionaran por si solas. Su sonrisa aún me aparece delante cuando pienso en ese día que la velocidad del viento era absolutamente desconcertante y ellos dos lograron superar el problema, espero que para siempre 🙂

Aquí os dejamos el vídeo. En Mayo en principio haremos otro curso en el Cerrillo así que, allí te espero si estás interesado. Si lo estás, ponte en contacto con nosotros porque te pondremos en la lista de espera para recibir la información sobre el fin de semana en cuestión!

Sensaciones y testimonios del fin de semana de curso Decathlon Barakaldo-Laukiniz_Equierrores:

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Si en un grupo de whatsApp formado antes de un curso, con personas que, la mayoría, no se conocen de nada, dejamos de atender el teléfono durante una hora y cuando volvemos al teléfono tenemos 300 mensajes por leer, la primera sensación ya es de parte de la misión cumplida 🙂

El buen ambiente se notó desde el principio, la buena y cariñosa organización de Jessica Lopez, que se ocupó de proporcionar las instalaciones para cada etapa del curso tanto en el Decathlon de Barakaldo para la teoría como en el Centro Hípico Laukiniz.   Los nervios de todos, la ansiedad de la situación de no conocer a nadie, el sol que no salía desde hacía tres meses y las ganas de aprender más de caballos, creo que nos unió a todos para este curso.

Durante la teoría en las instalaciones del Decathlon, nos dimos cuenta de que hay muchas cosas que parecen básicas pero las olvidamos con frecuencia, repasamos los cinco pasos del libro que escribí para luego verlos puestos en práctica durante los días siguientes y vimos una y otra vez que realmente funcionan.

Unos ejercicios simples que hicimos, nos pusieron en el equilibrio físico y psicológico perfecto para absorber todo lo que los caballos nos diesen los días siguientes. El ejercicio de las riendas fue revelador para muchos de nosotros en muchos aspectos y me alegro que nos llevemos esa sensación a casa, pues no siempre tenemos claro cómo se utilizan de verdad las riendas ni lo que debemos sentir.

La unión en el grupo creció durante los ejercicios, las ganas de ayudarnos unos a otros y de que todos lográsemos tomar conciencia de nuestro equilibrio que normalmente llevamos a caballo, reveló el gran ambiente que habría durante el curso, que luego se ratificó con creces!

Jeisser, un caballo sensible, algo gruñón  al mismo tiempo muy líder, fino, pero bastante inseguro, revelaba algunos problemas de comunicación a través de una falsa puesta en mano y un dorso algo hundido. Su reacción era correr, correr, correr y correr más y si no se le dejaba correr sus manos salían disparadas hacia arriba.

Empezamos por conocer el tipo de relación que tenía con su dueña, vimos las señales que el caballo revelaba en su presencia y en su ausencia, trabajamos en libertad con el caballo para que ganara una atención constante hacia nosotros, buscamos señales de relajación y disponibilidad para trabajar, modificamos el equilibrio de Jessica ligeramente encima del caballo, trabajamos al caballo de forma a que pisara fuerte y pusiera los pies por debajo de la masa, mejoramos la comunicación en la mano y…el caballo pegó un cambiazo notable!!

Y todos tuvimos la oportunidad de ver como se transformaba el caballo en cada etapa y aprendimos con su carácter y su forma de moverse.

Cobi, un caballo fino y amable, de la escuela del Club Laukiniz, enseñó a Maitane a mejorar su equilibrio a caballo, y a tomar decisiones claras y adecuadas al momento sin querer controlar demasiado pero tampoco dejando que el caballo hiciera lo que quisiera. Al aprender a dar cuerda nos dimos cuenta que los caballos de escuela tienen que ser re-educados de una forma constante, ya que cuando entienden que no hay demasiado mando, se aprovechan (no sin razón) y pueden jugarnos una mala pasada. Para la seguridad de los alumnos, verificamos que es de suma importancia que los profesores traten y corrijan a los caballos de escuela con la gentileza que se merecen para evitar accidentes innecesarios con alumnos inexpertos. Cobi fue un pequeño gran caballo profesor durante el curso 🙂

Con Zar que estaba colocando mal los pies durante el trabajo, solía tener algunas tensiones que no se entendían y que en ese día estaba sobrado de energía, disipamos tensiones, pusimos los pies en su sitio,  le pedimos atención plena hacia el trabajo y…..el caballo pegó también un cambiazo a la vista de todos!!

Y una vez más, todos asistimos a todo el proceso para aprender.

Zar en la primera parte de «rehabilitación»:): Confiar, respetar y comunicar conmigo:

Zar en la segunda parte de la rehabilitación: Poner los pies en el sitio a las dos manos, comunicando con un contacto recíproco con mi mano, sobretodo a la derecha que es donde tenía las defensas peligrosas:

Zar en la tercera parte de la rehabilitación: Ganar confianza en la mano y enseñarle a poner los pies en el sitio montado a la izquierda:

Zar en la cuarta parte de la recuperación: Montado a la derecha, poniendo el pie derecho en el sitio y confiar en la mano al mismo tiempo para que  aprenda a relajarse en vez de tensarse:

Cuando tenemos una gran caída y no logramos entender el por qué, el miedo se instala sin avisar y el miedo es una falta de control horrible que no desaparece hasta que empezamos a ver dónde hemos cometido el error y empezamos a cambiar algunas formas de hacer. Ese era mi objetivo con este binomio y espero haberlo conseguido aunque nos queda trabajo para cuando Mónica pueda montar otra vez 😉

Hicimos un ejercicio especial con las riendas pie a tierra que revela el tipo de monta que tenemos y casi el tipo de relación que tenemos con los caballos, además de simular un contacto y una utilización específica de las riendas para practicar cuando cada uno se monte en su caballo durante el curso o cuando llegue a casa si está de oyente 🙂

De nuestros queridos y especiales oyentes…aprendimos tantas cosas…sobre todo a dejarlos ser ellos mismos, intenté buscar la manera de ir al encuentro de la forma de ser de cada uno, a través de diferentes formas de explicar, ver y sentir las cosas. Sobre todo a través de nuestros caballos, todos pudimos ver muchas cosas transmitidas que no necesitaban de muchas palabras y es por eso que me encanta lo que hago:

Los caballos expresan por mí lo que yo no sé decir con palabras…

Ah, y avancé otro paso más en mi lucha contra mi pánico escénico:): Tenía que sentir al caballo de Jessica para poder transmitirle a ella un mensaje que no me salía con palabras y me monté en el caballo para sentirlo, trabajarlo un poco y demostrarle a su dueña que sí: Que nos equivocamos, que se nos cae al trote, que no sale perfecto ni nos sale todo siempre como queremos….¿Y qué?

Mientras venía de vuelta para Portugal, me llegaban estos mensajes y muchos más que me dejan de dejan de lo más emocionada :):

 “Voy a aprovechar este medio para realizar una pequeña crónica, comentario, expresión de opinión, feedback (o como se quiera denominar) sobre las actividades realizadas este fin de semana en Laukiniz y Barakaldo. Y las voy a hacer intentando que sean constructivas.

Lo primero es agradecer el buen trato recibido. En ningún momento me he sentido ajeno o un extraño. Eso creo que es por el trato cercano del equipo de equierrores, y en especial por parte de Monique. Me parece un acierto esa cercanía sin caer en falsos intereses.

En cuanto al curso ha sido muy adecuado y completo. Atendiendo a todo el mundo en su justa medida. La atención dedicada a las personas que aportaban caballos la he encontrado estupenda ( tanto a ellos como a los oyentes se nos han ido las horas sin darnos cuenta ).

 Sé que quedaron algunas cosas en el tintero..pero el tiempo es el que es y el campo sobre el que se trata muy muy amplio y extenso.

 Y ya, como apunte más específico… creo Monique, que las personas que tienen la suerte de compartir su vida contigo deben de sentirse profundamente afortunadas. Eres una gran persona. No cambies. «

Manuel Ángel

«Quería agradecer en primer lugar a Monique de Equierrores por el curso impartido este pasado fin de semana. 

Que fácil parece sentarse encima de un caballo y que difícil es conseguir tener un buen asiento, pues gracias a este curso y unas perfectas pautas explicadas, lo puedo empezar a conseguir. 
 
A veces dudamos si un curso nos será útil o no, pues por mi experiencia puedo asegurar que mereció la pena.
Si hacéis otro por esta zona, ponerme ya en la lista. 
Espero veros pronto Equierrores! «
Selina

«Para empezar darte a ti y a tu equipo ( Pedro y Ángeles , que dos grandísimas personas) las gracias por ser como sois y por hacer que todo pareciera como si nos conociéramos de toda la vida, así da gusto estar con gente y que el cuerpo te pida más… Por mi parte siempre que el tiempo, la distancia y los euros lo permitan intentaré asistir a más tanto de oyente otra vez como con alguno de mis caballos.

En cuanto al curso me pareció muy muy ameno, bueno y fácil de entender (aunque la ejecución en casa no sea tan fácil como lo haces tú jajaja).

              

Explicas las cosas muy claras, con términos que gente igual que empieza o aún anda en niveles pequeños es capaz de entender y a los que quizás llevemos más tiempo nos gusta oír y ver y sobre todo darle importancia a cosas básicas que cuando te enseñan parece que se les olvida o no le dan la importancia que tiene ( la distancia al ir a pista con tu caballito de tanda por ejemplo).

Cuanto más les lleva en el mundo del caballo menos se sabe jejejeje cada día aprendo algo nuevo y es lo mejor! Y más con gente como tú que se nota que le gusta lo que hace y los que te acompañan y el grupo tan bonito que nos juntamos que es algo que me gustó también mucho.  Buena gente buen habiente,todos compartimos lo de todos en el tema de los caballos. 

Resumiendo, un finde de 10 un curso de 15 y esperemos pronto tenerte otra vez aquí y está vez con caballo que me moría de la envidia! Jejejejeje 

Un saludo Enorme.»

Maite 

Algunos comentarios dejados en Facebook en la pagina de Deacthlon de Barakaldo:

Muchas gracias a Jessica López, a Decathlon de Barakaldo, al Club Hípico Laukiniz, a todos los participantes, y como siempre a nuestros protagonistas los caballos!

En breve publicaremos el vídeo del curso que tiene momentos muy agradables y partes de las clases que dimos 😉

Estamos ya organizando el próximo curso en Laukiniz para 15-16 y 17 de junio 2018. Si quieres participar, mándanos un mensaje pidiendo para que te pongamos en lista de espera. En cuanto salga toda la información te la mandaremos. Las plazas con caballo son siempre limitadas por la cantidad de trabajo que hacemos con cada caballo, así que sigue atento a los correos!