Caso práctico. Cómo hacer la equitación más segura Parte III

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En caso de que no hayas visto la primera parte y la segunda parte pincha en estos enlaces.

La condición es que la amazona se monte a la cuerda las primeras vueltas hasta que le haya ayudado a hacer su asiento más seguro. Así por un lado no tiene que preocuparse con la dirección del caballo mientras se concentra en su asiento y por otro lado, el caballo, mediante la cuerda, mantiene una relación más estrecha conmigo que con ella. De esta forma al tiempo que trabajamos la confianza que me ha dado se va extendiendo a la amazona. Claro que, si tuviese la oportunidad de trabajar al caballo de forma continuada, esto se podría hacer directamente en libertad, pero el resultado es el mismo. Otra opción sería poner a la amazona en un caballo de escuela para mejorar el asiento, pero en esta situación no podía ser así. Tenían que entenderse entre ellos y rápidamente.

Los caballos actúan de forma diferente con unas personas que con otras, tiene que ver con la energía de las personas y la forma que utilizan ésta para comunicarse con el caballo. En este caso, mi energía le dejaba tranquilo y obediente después de trabajarlo un poco en libertad, pero al no haber sido la amazona, había que introducir esa nueva energía al caballo y cambiarla rápidamente para que el caballo confiara en ella también. Cuando se subió al caballo hubo dos o tres relinchos inseguros pero rápidamente todo cambió.

Hubo dos cosas importantes que provocaron este cambio en menos de cinco minutos:

  • Quitar peso del dorso mejorando el asiento
  • Aprender a pedir atención constante por parte del caballo

Con ello conseguimos que fuese un binomio que no necesitase de ningún intermediario para entenderse por lo que ya se les pudo dejar sueltos, sin cuerda. Y no es que fuese un binomio inexperto, ya que rutas a caballo hacen muchas. Pero algo había cambiado ahora, no sólo el caballo estaba más tranquilo, sino que la amazona tenía las herramientas suficientes para utilizar en caso de que esta situación se repita otra vez.

El nuevo asiento le permite llamar la atención del caballo cada vez que la pierda. Sin perder la comunicación con él, sin brusquedades, con un contacto suave pero atento.

Al día siguiente dimos una lección al caballo acerca de «centrarse» en el trabajo. Riendas más cortas, ritmo constante, trazado riguroso…Y para un caballo y una amazona que nunca habían trabajado en pista, estuvieron mejores que muchos que llevan años en pista…superaron mis expectativas en creces 🙂 Espero que continúe con estas ganas de hacer las cosas con el sentido común.

De los vídeos he sacado buenos momentos, no siempre iba así de bien el segundo día, pero hay que tener en cuenta que cuando cambiamos tantas cosas al mismo tiempo en tan poco tiempo, es normal que no siempre todo se quede funcionando bien para siempre.

Pero es muy importante que veamos que ahora hay momentos que no se habrían producido de la otra manera (sobretodo sin mejorar la posición). Se empiezan a ver reacciones y a sentir momentos que no se habían sentido antes. Esto, querido lector, es una fase en la que estamos aumentando de nivel. Estamos mejorando, progresando en la equitación porque de repente sabemos qué debemos buscar, lo hemos sentido y a partir de aquí, se abren un montón de posibilidades (más de las que ya tenía hasta ahora) en este deporte.

Ya no será nunca sólo un paseo por el campo….

Y a esto le llamo yo, aprender a disfrutar cada vez más de la equitación. La razón por la cual hago lo que hago y me encanta 🙂

Espero verte muy pronto Marina, espero que hagas los deberes, los ejercicios que hiciste a caballo y los que te propuse pie a tierra, y a todos los que estuvisteis, ¡¡son ejercicios importantes para que la próxima vez que nos veamos podamos seguir evolucionando rápidamente!!

Puedes ir a esta página para saber dónde y cuándo va a haber el próximo curso.

Puedes ver los vídeos de los cursos para ver si es algo que podría ser para tí en este enlace.

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¿Logras identificar el resto de los pasos del libro en estas publicaciones? Comenta esta publicación y comparte para que aprendamos todos de ella 🙂

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Caso práctico. Como hacer la equitación más segura. Parte II

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«Bajarse es de cobardes» se suele oír. Nada más lejos de la realidad. Bajarse en una situación que vemos que no va a mejorar, al revés, va a empeorar, sea por la razón que sea, es una decisión inteligente. Siempre y cuando, luego dejemos al caballo y al jinete en condiciones de volver a montarse otra vez y controlar la situación.

Si no has visto la primera parte pincha aquí

En el momento de bajarse, el caballo estaba en máxima tensión. Y esa tensión suele terminar siendo explosiva, lo suficiente como para provocar una situación peligrosa sin haber necesidad alguna.

Decidimos darle cuerda para ver qué tal reaccionaba a la presión-relajación, es decir, qué señales me mostraba al presionar y cuáles cuando yo relajaba. Para así evaluar el tipo de comunicación que tendría conmigo si la situación fuese otra. No fue posible. El caballo corría y corría. Casi se caía. Cada vez corría más, entonces decidí que había que dar otro paso atrás: Dejar que se expresase en libertad y a una distancia que no sintiera tanta presión debido a mi presencia como sentía a la cuerda:

Qué vimos con este trabajo:

Cuando le pedí por primera vez que se fuera se me quiso encarar, algo que corregimos sin más, y al llevarse la corrección, reaccionó huyendo un poco confundido y quiso salir por la puerta que estaba cerrada. Por un lado, dominancia, por otro lado inseguridad. Lo suficiente para empezar a trabajar.

Normas principales con las que empezamos a trabajar:

  • Tienes que salir de mi espacio cuando te lo pido
  • No puedes encararme con la cara tan alta invadiendo mi espacio con ese porte tenso y elevado
  • No puedes pararte en la puerta
  • No puedes darte la vuelta

Fueron suficientes para que empezase a atenderme en todo momento. A partir de ahí, empezó también a responder a mi relajación. Empezamos a pedir unos cambios de mano llamando su atención para que me diera la cara en vez de la grupa durante el cambio y…

Dejó de querer buscar al compañero, relajó toda la línea de arriba, merecí su confianza y su respeto y decidió que lo mejor para él era estar conmigo.

El paso siguiente era introducir la amazona. Su asiento y su energía no daban seguridad al caballo en ese momento, pero lo harían en breve. Una vez el caballo ha confiado en mi forma de ser, podré ayudarle a confiar en su dueña mientras hacemos unos cambios puntuales en el asiento y forma de pedir las cosas. Todo acabará bien porque su amazona tiene tantas ganas de hacerlo bien para su caballo, que no tarda nada en darse cuenta de los errores y hacer un cambio radical en un tiempo récord (sólo 2 sesiones montada 🙂 )

En el próximo post veremos la tercera parte, cuando trabajamos con la amazona y luego la ayudamos a formar de nuevo el binómio que tenían que ser.

Advertencia de seguridad: No hagas este tipo de trabajo sin alguien que sepa cómo y cuándo hacer cada cosa. No nos arriesguemos a probar de hacer cosas que vemos sin estar con alguien que sabe el porqué, el cómo y que pueda ayudarte en caso de peligro. 

¿Vas identificando los pasos del libro?¿Te vas dando cuenta que para solucionar un conflicto de vez en cuando hay que dar un paso atrás?:)

Estamos organizando los próximos cursos, si estás interesado en un curso en la Abadía durante el mes de noviembre, háznoslo saber por correo para que te demos las fechas!

 

Caso práctico. Cómo hacer la equitación más segura.Parte I

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Vamos a hablar de un caso práctico en el que aplicamos los cinco pasos del libro de una forma muy clara. Una situación vivida durante un curso, una amazona muy sensible y simpática, con un carácter fuerte y con muchas ganas de aprender, nos trajo su caballo. Esta publicación va dedicada a nuestra amiga Marina con Coco 😉

Les faltaba un poco de entendimiento en cuanto a la distancia que mantenían entre ellos pie a tierra, había alguna confusión montada cuando el caballo se ponía ‘burro’ y ella no terminaba de verlo claro en algunos momentos..

Vaya por delante que este caballo que es un caballo muy noble, aunque de naturaleza dominante y cuando les dejamos dominar, se vuelven inseguros y pueden tener reacciones que pueden resultar peligrosas para nosotros. No es el papel que deben asumir cuando están entre humanos. Una misma reacción puede ser normal entre caballos, pero puede resultar peligrosa para nosotros y es por ello por lo que hay que prestarles atención y corregir y educar al caballo en ese sentido. No quiero que se me malinterprete cuando digo que un caballo que tiene reacciones peligrosas sea un caballo peligroso, pero sí puede llegar a serlo si no lo corregimos o no sabemos interpretarlas.

Siempre junto a su compañero, esta vez bajó a la pista solo. Y cuando se sintió encerrado (acostumbrado a pasear por el campo junto a su amigo), hizo pasar a su dueña un momento un poco complicado. Me di cuenta de que no podríamos dar una clase como es debido sin antes trabajar otras cosas. El caballo nunca se mostró peligroso porque no tenía reacciones bruscas (aunque tampoco esperamos a ver si esto ocurría…).

Esta forma de comportarse no había ocurrido anteriormente, apareció al estar en una situación completamente distinta a la que está acostumbrado. Por lo tanto preferimos cambiar de estrategia y hacer una paso atrás en la evolución del caballo y de la amazona:

Veamos de la combinación de factores que estamos hablando en esta situación, y lo veremos clarísimo al final porque el resultado se lo lleva la amazona a casa para siempre:

  • El equilibrio de la amazona está muy por detrás del equilibrio del caballo. Eso en sí,  no está creando directamente la situación de relinchar y estrés en el que el caballo se encuentra en este momento, pero no logra obtener su atención, su control, esa posición es más un asiento de dejarse llevar por lo que ocurra que no de solucionar. Y cuando interviene (porque debe intervenir y tiene toda la razón en hacerlo), la forma de estar sentada a caballo no deja que sea sutil en las ayudas, por lo que agrava todo el momento de estrés. El caballo se siente más inseguro aún y la cosa puede escalar hasta puntos peligrosos que no llegaremos a ver porque cambiamos de estrategia antes de que algo ocurriera.

El paso uno del libro duró dos vueltas y un poquito de trabajo anterior de la mano que no vemos aquí pero que solemos hacer para ayudar a identificar el tipo de caballo y el tipo de situación que tenemos. Hicimos el diagnóstico, vimos el tipo de control que podría tener la amazona sobre el caballo en situaciones de conflicto, vimos que en más momento menos momento la situación podría ser desagradable y empezamos a actuar.

En el próximo post veremos lo primero que hicimos.

¿Te sientes identificado? ¿Te ha pasado alguna vez? Cuéntanos tu experiencia y dudas, es importante que sepamos cómo te sientes y cómo te gustaría que fueran las cosas, si lo has superado, también nos gustaría saber tu experiencia! De esto aprendemos todos los días, ¡ayúdanos a divulgar nuestro trabajo y dar la posibilidad de que todos aprendamos de nuestros errores y experiencias!

Durante los cursos cuando esto ocurre, trabajo al caballo en el sentido de demostrar a su jinete que es posible mantener un orden en el caballo, dejarle claras las normas y devolverle la seguridad, y luego trabajo con el jinete, cambio lo que creo necesario en el asiento y aplicación de ayudas y re-conecto el caballo a su jinete de una forma más segura y más eficaz a largo plazo.  Si tienes un problema parecido y quieres asistir con tu caballo a uno de nuestros cursos, puedes contactarnos y lo organizamos.

Comparte si conoces a jinetes aficionados a mejorar su equitación y la relación con su caballo!

¡Ayuda!¡No siento conexión con el caballo! Parte3 con vídeo

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Si no has visto la parte uno pincha aquí

Si nos has visto la parte dos pincha aquí

El caballo no engaña y no se puede engañar a un caballo…podemos querer poner hierros, quitar hierros, poner collares, quitar collares, montar con cabezada, sin cabezada, con silla o sin ella, trabajarlos a la cuerda con serretón, sin serretón, con jáquima, con un hilo de seda en la boca, o inventar mil formas y artilugios de trabajar a los caballos tocando en determinados puntos, con el clicker o con zanahorias para que haga piaffé durante tropecientos trancos seguidos, espaldas adentro infinitas y cambios de pie sin parar…si no hay conexión a esos tres niveles, el caballo lo demostrará 😉

Cuando durante cualquier trabajo que hagamos con el caballo, sentimos al caballo primero, luego pedimos, esperamos por una respuesta, insistimos, logramos una respuesta, cedemos, volvemos a pedir, volvemos a esperar por la respuesta, el caballo cede con más ganas, cedemos y le damos una voz gentil de agradecimiento y sentimos que por el caballo pasa una satisfacción genuina que se traduce en un pequeño gesto de cabeza o de dorso parecido a una pequeña alegría y acto seguido sigue en el ejercicio aún con más brillo que antes, no hay hierro, o collar o silla que sea la razón de la sensación maravillosa que en ese momento transmite el binomio. La consecuencia natural de esta conexión será que cada vez necesitaremos menos ayudas y menos artilugios debido a que el equilibrio mejora, la mecánica mejora, la conexión física con el jinete mejora y la comunicación fluye a un nivel que ya poco tiene que ver con las ayudas mecánicas que damos.

Cuando queremos que hagan un piaffé al tocarles en determinado punto, y no dejamos de pedir hasta que haga doce mil trancos, algunos buenos y otros malos, sin gran diferenciación por nuestra parte y sólo con el objetivo de que haga un piafé, estamos haciendo de los caballos unas máquinas que responden a ciertos estímulos haciendo determinados “trucos” para una selfie, para una competición, para nuestro placer, etc.  La consecuencia natural de este tipo de entrenamiento es, que cuando los necesitamos de verdad, cuando de repente pedimos que nos den más tranco, más expresión más brillo, más ritmo o nos ayuden en un obstáculo difícil en el que hemos perdido la rienda o el estribo o simplemente no hemos visto la distancia, no tendremos caballo disponible puesto que simplemente no sabrá qué hacer ya que no estará acostumbrado a colaborar, estará acostumbrado a obedecer órdenes.

¿Sientes la diferencia? El objetivo de esta publicación es que sientas realmente esa diferencia y la sientas a partir de ahora cuando veas diferentes jinetes practicando equitación. No para criticar, si no para tener la sensación de cómo te gustaría que fuese contigo y con tu caballo, cómo preferías que fuese. Una vez sabes cómo quieres sentirte montando, sabrás qué buscar, y empezarás a buscarlo viendo jinetes que realmente transmitan lo que quieres sentir y no lo que debes lograr porque sí.

Ten en cuenta que no siempre lo sentiremos, pero lo que es realmente divertido es encontrar formas de sentirlo, montar hacia esos tres o cuatro trancos más en que sentimos esa real conexión,  acortar y hacer una ligera cesión a la pierna para que el caballo ponga uno u otro pie mejor debajo de la masa, el caballo se pone cómodo,  pedir un aumento gradual en el que de repente le disparan las manos hacia delante y hacia arriba porque la espalda subió y se siente capaz de darlo todo, sentir esa explosión de libertad para luego apreciar el momento en el que acortamos y el caballo responde de inmediato al pedirle que alargue de nuevo, nos reímos por no esperarnos tal respuesta de nuestro amigo y le damos rienda larga para que respire y disfrute también del momento… O…Aumentar el nivel del recorrido y las alturas porque hemos logrado esa conexión durante gran parte del recorrido,  sabiendo que somos capaces de lograr esa conexión al nivel siguiente también… Sentir que después de una combinación de saltos con una distancia un poco delicada, tú y tu caballo de repente lo pasáis sin falta y sientes realmente que el caballo “crece un palmo” y va con orgullo al salto siguiente sabiendo que estás ahí, que sois dos,  que no es sólo porque el caballo sepa saltar, sino porque está recto, está fuerte, está flexible y conectado a tu equilibrio y flexibilidad de ayudas…

Esto es lo divertido de la equitación, y busco esa conexión todos los días que monto, todos los días que trabajo a un caballo sea el caballo como sea, de quien sea, el nivel que tenga, sea la raza que sea. Y cuando me equivoco, al instante siguiente, sigo buscando de nuevo esa conexión perdida. Esa conexión es como un GPS que me va diciendo, por aquí sí, por aquí no 😉

Durante los cursos trabajo muchas veces en libertad con algunos caballos. No porque lo encuentre estrictamente necesario (que en algunos casos se me ha revelado que sí lo es por razones varias), pero para:

  • Demostrar que este tipo de conexión es posible a distancia
  • Que es, claramente, la base «educativa» que necesitamos para montar después y evitar accidentes innecesarios.
  • Que es la base que trabajamos para lograr que el caballo ponga los pies donde debe ser para que todo el caballo conecte
  • Que adaptamos nuestro asiento para que esta base de comunicación pueda fluir al montar y al trabajar después los caballos.
  • A distancia podemos empezar a ver y sentir cómo y cuándo se pierde la conexión con quien está trabajando y nos podemos dar cuenta dónde  hemos pedido demás o no hemos cedido para que no responda, (o exagere en la respuesta) a cierta presión o cierta relajación. Nos daremos rápidamente cuenta de si el caballo está condicionado a ciertos estímulos o si conecta de verdad con nuestras peticiones.

Uno de los módulos de los cursos de corrección de asiento, empieza precisamente con una pequeña teórica sobre:

  • Identificación de los problemas comunes de comunicación jinete-caballo de los participantes
  • Como aprende el caballo y cómo pide/enseña el jinete, simplificado en un paso a paso
  • Respuestas que debemos esperar de nuestros caballos
  • Efectos de la tensión negativa del jinete y distinción entre reacciones positivas y negativas del caballo para el trabajo
  • Cómo debe ser la comunicación con nuestro caballo
  • Conexión entre la comunicación y nuestro asiento
  • La importancia de la intención en la comunicación
  • ¿Cuál es la sensación que debes tener en tu mano mientras pides o enseñas algo a tu caballo?
  • Ejercicios en grupo para relacionar nuestro equilibrio a nuestro asiento a caballo

La parte práctica está orientada a cada participante con su caballo de forma individual, valorando posibles problemas de conexión (de los que hemos hablado en esta publicación) y buscando la mejor forma de progresar.

Puedes ver en el siguiente enlace, un vídeo de Kronenbourg,  durante la clase que dimos en el Centro Ecuestre la Abadia donde buscamos establecer una conexión más seguida para que luego se pueda aplicar esa conexión durante los ejercicios de vaquera que es para lo que se está preparando este caballo de seis años.

Hago el trabajo al paso únicamente, nada de espectacular ni ejercicios espectaculares. Sólo «monta de bastidores».  Debemos cuidar siempre de utilizar nuestra mano conforme el contacto que el caballo nos esté dando, si retenemos constantemente con la mano encogemos el cuello del caballo, volvemos los movimientos más cortos, el dorso se «divide» y los pies dejan de funcionar. Ahí, en vez de tener un caballo, tenemos varias partes de un caballo que no conectan entre sí. Este vídeo demuestra cómo obtener la conexión con el caballo al paso mediante ejercicios simples y claros para el caballo. Es muy importante distinguir el trabajo de competición y el trabajo que se hace en casa. En los bastidores, no se compite, se entrena la flexibilidad, la pisada correcta, la conexión para que pueda haber una comunicación fluida más tarde, en competición:

Estamos preparando unos vídeos de Dante, mientras se hace un trabajo muy parecido pero al trote y al galope. También subtitulado para aclarar cosas que a lo mejor no se ven con tanta facilidad. Dinos si este vídeo te ha servido y compártelo para que podamos hacer más de este estilo!!