El caballo debe llevarse solo (conversaciones con asistentes al curso de la Yeguada la Santa)

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Que el caballo vaya «en equilibrio» o «que se lleve solo», no es nada más que el caballo ponga los pies debajo de la masa para redondear el dorso y poder llevar nuestro peso con soltura.

Nuestro peso, sobretodo cuando el dorso del caballo no está aún bien musculado y hecho,  puede hacer dos cosas en el caballo: Sigue leyendo

La evolución en la equitación está hecha de pequeños momentos.

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Otro maravilloso fin de semana de curso, esta vez en la Yeguada la Santa (Plasencia).

Cuando veo que se junta buena gente, con mucha afición y con intención de mejorar en la equitación, se me disparan las ganas de ayudar en lo que pueda. Es mi campo, es lo que me gusta hacer, y empiezo a motivarme para lo que venga.

No conozco a nadie, llegamos el viernes (junto con Ángeles y Pedro) y creo que sólo conocemos a nuestro amigo Ricardo de otro curso que hizo con nosotros. Todos vienen con expectativas diferentes, unos siguiendo recomendaciones, otros leyeron el libro y siguen el blog, todos con personalidades diferentes y con caballos diferentes… confieso… el viernes tenía los nervios a flor de piel. Nervios controlados, eso sí, pero ahí estaban dando la lata como de costumbre: ¿Cómo y en qué podré ayudar a todas estas personas, cada una con su caballo? Y lo más importante: ¿Lograré cumplir con mi misión?

José Luis «Chewi» Cabrera, es el director de la yeguada. Hablo un poco con él y me doy cuenta de su gran experiencia, ¿lograré complementar el trabajo que está haciendo con algunos de los alumnos que iban a trabajar conmigo ese fin de semana?

Empieza la diversión, comenzamos a trabajar caballos en libertad el viernes y empezamos a hacer diagnósticos de los caballitos más complicados. Los nervios desaparecen al poco rato. Empezamos a aprender de cada caballo y de cada alumno. Me encanta. A la media hora estamos todos riendo y hablando unos con otros, preguntando, respondiendo; veo que las adolescentes y los adultos están disfrutando, preguntando y participando activamente. Nos espera un gran fin de semana. Y no me equivoco.

Los caballos responden. Bien o mal, pero responden. Algo que a lo largo del curso se vuelve un tema de interés: Mejor una respuesta equivocada que ninguna respuesta. Las buenas respuestas se pueden premiar, las malas se pueden corregir. ¿Qué más queremos? Estamos educando a los caballos, es una realidad, a veces no responden como queremos. No pasa nada. (Las «mamis» del curso están encantadas: un buen concepto para utilizar también con sus adolescentes 🙂 )

Otro tema importante que empezamos a ver el viernes: la gestión del espacio para mantener nuestra integridad física y para comunicar con el caballo. Es otra manera de trabajar caballos en libertad. Puede que sea un poco diferente de lo que se ve normalmente, pero dimos fe de que funciona. Con todos los caballos. Empezamos a ver que mediante la presión-relajación pie a tierra, los caballos comenzaban a «pedir conversación» y a estar atentos a lo que se les estaba pidiendo desde el centro.

También vimos las señales claras de tensión y de relajación. Buenas herramientas para luego cuando montamos.

Otro punto importante: El caballo debe estar atento a nosotros en todo momento. ¿Es fácil? No, es fácil decirlo, un poco más trabajoso hacerlo. Pero a lo largo de los dos días siguientes creo que todos captamos el concepto: lo vimos hacer, lo trabajamos pie a tierra y montados, nos salió algunas veces mal y en algunos momentos lo hicimos bien también.

Algunos momentos… suena a poco. Sí, en la equitación se avanza poco a poco, pero cuando sentimos un buen momento, hay que guardarlo en nuestro corazón. Esos momentos son sensaciones. Las sensaciones se quedan. No se explican, se sienten y luego se buscan porque nos hacen sentir bien y cómodos con nuestro caballo. Esas sensaciones son las que me gusta transmitir en los cursos mediante las herramientas que voy dando a cada uno para trabajar. No vamos a ser jinetes de alta competición en tres días, desde luego, pero si nos llevamos las herramientas necesarias para tener buenas sensaciones a caballo, creo que la misión se ha cumplido. Luego hay que hacer los deberes ¡y nadie acaba el curso sin deberes! 🙂

Debajo puedes el vídeo-resumen del curso.

Agradezco especialmente a Chewi, de la Yeguada la Santa (no tengo palabras), una organización top: logramos cumplir horarios, caballos impecables…  pero sobre todo, fuiste el responsable de un fin de semana inolvidable para todo el grupo, de eso estoy segura, muchas gracias. Es un placer trabajar contigo.

Si no fuese por ti, Jose Luis Serradilla, no hubiese sido posible el fin de semana, espero que fijemos rápidamente la fecha para el proyecto que tenemos en mente desde hace algún tiempo 😉

Ángeles y Pedro, ¿qué haría yo sin vosotros? 😉 Muchas gracias por todo, por la colaboración, por las imágenes, por la paciencia infinita que tenéis conmigo… ¡¡Desde luego que formamos un gran equipo!!

Gracias también a las mamis de nuestras niñas, por estar ahí, por apoyarlas, un gran mérito desde luego, porque en esto como en el día a día, hay que estar.  ¡Espero veros pronto de nuevo!

Próximo curso a principios de Marzo en el Centro Hípico el Cerrillo en Madrid, si te quieres apuntar con caballo o como oyente, ¡escríbenos!

Iremos hablando de cada uno en concreto, todos han dado permiso para utilizar las imágenes (¡muchas gracias chicos!), así que veremos un antes y un después  de cada uno de los participantes a caballo. Rayas rojas, verdes y naranjas incluidas 😉 , pero de momento, dejamos aquí un vídeo del fin de semana:

Error: Pensar que la confianza surge por el mero hecho de estar junto al animal o encima

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Eso mismo aprendimos durante este último curso en el Cerrillo (Diciembre 2016).

El primer día lo dejamos claro cuando entramos en el campo donde estaban los caballos. Uno se acercó para ver de qué forma nos podría decir lo que teníamos que hacer, otra yegua se adelantó rápidamente con clara intención de ocupar todo nuestro espacio para que nos quedase bien claro que ése era SU lugar.

«Nos gusta esto de que los caballos tienen su lugar, donde se sienten seguros, y no tenemos el derecho de invadir su privacidad y su espacio»…Eso es lo que me transmitieron los chicos que entraron conmigo en el campo con sus actitudes (ya sabes, el caballo no engaña…).

Rápidamente, ellos se dieron cuenta de que conmigo los caballos guardaban distancia y  ellos los tenían encima buscando «golosinas» dando cabezadas y metiendo el morro en las chaquetas pisoteando un poco aquí y allí el espacio personal de mis compañeros de curso.

«¿No puedo tocar al caballo cuando viene? Es que es un animal tan lindo que es que no puedo resistirme a tocarlo y darle caricias»…decía una de mis nuevas amigas cuando yo le decía que la caricia en el momento equivocado puede enseñar todo lo contrario de lo que queremos a un caballo.  :).

Acto seguido hicimos un trabajo en libertad con los tres caballos donde demostramos y aprendimos que sí, se pueden mimar a los caballos, pero después de hacerles entender lo que esperan de nosotros y nosotros de ellos. Antes no. Y resulta que después de las normas, los límites y las cosas claras para el caballo, él mismo nos acaba siguiendo a una distancia prudente, pidiendo permiso para acercarse, manteniendo siempre la distancia que le indicamos y resulta también que una vez establecidas las normas, las caricias, mimos sientan mucho mejor. A los dos. Jinete y caballo. Porque ahí sí es verdadero. Nadie impone nada a nadie, hay un acuerdo entre los dos para trabajar en conjunto.

Este trabajo establece la base para el trabajo montado. Es el mismo trabajo: Presión-esperar respuesta-relajación del mismo método de 5 pasos que hablo en el libro. Con pequeños gestos, grandes gestos, sutilezas o movimientos obvios y contundentes….todo dependerá del tipo de caballo que tenemos entre manos, de su forma de responder y de la educación que se le haya dado.

Durante el curso, tanto montados como pie a tierra aplicamos claramente los cinco pasos del libro con cada caballo que nos encontramos:

1- Identificar el tipo de relación que tiene con el humano

2- Lograr leer las señales que nos transmite para indicarnos el tipo de caballo que es, la educación y la sensibilidad que tiene.

3- Gestionar nuestra actitud ante las reacciones del caballo para poder utilizar nuestro cuerpo a favor del trabajo positivo

4- Gestionar constantemente las tensiones que van surgiendo durante el trabajo y disiparlas convenientemente

5- Las repeticiones condicionan los comportamientos

Podría escribir durante horas sobre todo lo que aprendimos durante el curso, hicimos tantas cosas en tan poco tiempo que faltarían paginas para escribirlo todo. Debajo del post te dejamos un vídeo-resumen de lo que fuimos tratando a lo largo del fin de semana. Algunas personas optaron por no aparecer en el vídeo, así que hay muchos momentos que quedan en el recuerdo de los dos días, pero gracias a todos, tanto los que salen en el vídeo como a los que decidieron no salir. Gracias a vosotros se aprendió muchísimo en muy poco tiempo!

Respondiendo a la pregunta de Claudio el último día: «Como te ha hecho crecer este curso?» (Claudio es coach con caballos, se nota…siempre con preguntas que nunca sé de donde me bajan y necesito tiempo para pensar en ellas…:))

Te respondo que sé que nos lees:

Sigo maravillada con la elección de ayudar a las personas que necesitan que les echen una mano con sus caballos. Y sigo pensando que mientras siga consciente durante los cursos, los demás podrán aprender gracias a los caballos y sus respuestas tan claras a nuestras actitudes, tanto pie a tierra como montados.

Los caballos (irónicamente), me mantienen los pies en la tierra, y me ayudan a interpretar a las personas en este mundo en el que muchos hablamos los mismos idiomas pero raramente el mismo lenguaje. Ellos descifran ese lenguaje complicado que cada uno utiliza y nos lo descomplican en pocos minutos.

A través del caballo, nuestra posición y asiento a caballo, nuestro lenguaje corporal pie a tierra nos delata de tal forma, que asustaría a cualquiera que no esté preparado para escuchar ciertas cosas sobre sí mismo y que no esté listo para mejorar y subir de nivel.

Por otro lado, tal como dices, cuando no aplicamos a las personas lo que aprendemos con los caballos, damos demasiado espacio a abusones y poco respetuosos que luego nos pisan y nos atropellan. 🙂

El próximo curso será en El Cerrillo el fin de semana del 1 de Octubre! Existe la posibilidad de alquilar caballo,  traerse el caballo durante el fin de semana o venir de oyente. Pincha aquí para que te demos la información que necesites sobre el curso.

 

Pequeñas cosas que no pasan desapercibidas cuando trabajamos con caballos

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El caballo no engaña y no se puede engañar a un caballo…

Seguimos confirmando esta realidad durante nuestros cursos y me alegro de que sea así, porque gracias a  esta pequeña gran verdad, los caballos me ayudan a entender a las personas, algo que he querido saber hacer desde muy niña y nunca fui verdaderamente capaz hasta que me di cuenta que los caballos son mis intermediarios perfectos.

Como venimos haciendo, voy a recordar algunas cosas que aprendí del último curso hecho en El Cerrillo:

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