Una vez que lo descubrimos…nos pasa algo parecido a cuando descubrimos la rienda exterior 🙂
Poco a poco, a lo largo de las clases vamos descubriendo cosas nuevas. Cosas que ya nos habían dicho, seguro, pero en la equitación, hasta que no las sentimos y las asociamos a algo que ya entendemos no hay cambios, no hay mejoras. La verdad es que las palabras no enseñan…las sensaciones dejan lecciones de por vida.
Aunque luego no lo sintamos siempre, con sentir una vez lo que hay que sentir, ya sabemos lo que hay que buscar.
Hablemos de la rienda interior
En este caso, cuando tiramos de la rienda interior, o «jugamos» con ella de forma que el caballo se cierre y no vuelva a abrirse (creo que quien lo hace me entenderá) no estamos dejando claro al caballo lo que queremos de él. De ahí vienen muchas faltas de entendimiento, muchos dolores de boca, mucho caballo detrás de la mano con miedo a la mano y con miedo a equivocarse, mucho dorso hundido y mucho caballo que se va hacia arriba cuando ya la tensión es insoportable y hay demasiada confusión como para seguir hacia delante.
¿Le podemos luego quitar la embocadura para no hacerle daño? Si si, claro, es legítimo aunque peligroso si el caballo no está educado para eso y está educado a estar sometido y detrás de la mano con miedo a ella…cuando de repente se entere de que no lleva ahí nada que le duela…Al no estar educado y estar reprimido y frustrado lo primero que hará será huir. ¿Parece lógico, no?
Es más práctico aprender a funcionar con la mano para poder educar a nuestro caballo, para poder darle indicaciones claras y precisas de cómo y dónde queremos que ponga los pies y las manos. Aunque lleva su tiempo. Desde luego. No es de un día para otro, pero con poco que vayamos descubriendo de cada vez, evolucionamos muy rápido y son cosas que nos quedan para el «largo plazo». Verdaderamente útil.
Tiramos de la rienda interior hacia nosotros y …
Veamos lo que ocurre cuando tiramos de la rienda hacia nuestra tripa y hacia atrás. (Es muy posible que te suene, pues es un fallo muy común).
Primero veamos el resultado y la actitud del caballo. En la primera imagen vemos un equilibrio falso y un estiramiento de cuello falso. En la segunda, vemos un buen equilibrio, el caballo parece que se lleva sólo sobre el pie y la sensación que da, cuando le vayamos a avanzar la mano para que siga el filete hacia abajo, es que hará un estiramiento mucho más sano de la musculatura del dorso. Será luego, mucho más fácil de recoger y volver a «subir la nuca» que en la primera foto donde encoge el cuello. En la primera imagen también tenemos la sensación de que hay mucho peso sobre la mano izquierda del caballo, en la segunda imagen nos da la sensación de que ese peso es ligero sobre esa mano porque lo lleva más sobre el pie. Eso hace que el dorso parezca automáticamente más fuerte.
Aquí en la primera imagen vemos cómo funciona la mano pero la pierna no está, tendemos a querer controlar mucho lo que pasa delante olvidándonos de lo que hay detrás. En la imagen de abajo, estamos limitando el movimiento con la mano sin dejar que los pies trabajen, eso hace que los levante y no los ponga hacia delante si no, o hacia arriba, o hacia los lados. El caballo se ve incómodo. En la última imagen vemos la que hemos visto antes. Tiende a ponerse detrás de la mano por no entender realmente qué es lo que queremos.
Aquí en la tercera imagen vemos cómo, después de entender cómo funciona de verdad y sentirlo en el movimiento del caballo (lo hemos exagerado un poco mientras estábamos demostrando), el caballo está atento a lo que se le dice, no está tenso, la espalda se puede mover lateralmente y el pie está buscando el mejor sitio para colocarse. Fluye mejor el movimiento y está claramente dirigido hacia donde queremos que vaya. En la imagen de abajo vemos el resultado, el peso carga atrás, el pie está en buen sitio, el dorso está redondo y el cuello está en posición natural consecuencia de lo que está pasando atrás. Si en este momento avanzásemos la mano para que estirase el cuello, el caballo seguiría la mano hacia abajo manteniendo un contacto confiando en nuestra actitud. Eso es un gran logro.
¿Sueles cometer ese error con la mano? Deja tu comentario 😉