Llegar a sentir la sensación correcta en la equitación para poder buscarla de nuevo

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Tantas veces nos encontramos con esos momentos en que estamos haciendo algo que hemos aprendido solos, o que nos han enseñado, hemos leído en algún lugar o visto hacer a otro jinete con más experiencia y no logramos la respuesta deseada. Ni nuestra, ni del caballo. Nos han dicho baja el talón y nos lo repetimos cuando no hay nadie: «venga, talón abajo», pero luego las piernas y las manos nos bailan igual y estamos igual de inseguros,  acabamos por no sentir demasiada utilidad en bajar el talón por lo que por instinto lo volvemos a encoger con las nefastas consecuencias que eso conlleva para la comunicación con el caballo y para nuestra seguridad y comodidad.

Quien dice el talón, dice «la mano baja o alta», «los hombros hacia atrás», «abre la rienda y no tires», «no tires para parar»….pero luego resulta que no tenemos ese control sobre la mano, ni le vemos la utilidad real de tenerla controlada, en realidad nos va mejor encoger un poco los hombros «por si acaso tenemos que reaccionar», si abrimos la rienda no nos hace caso, y si no le tiramos de las riendas, simplemente no se para….

El anterior curso en Julio, en el Cerrillo, lo dedicamos precisamente a establecer más sensaciones válidas, verdaderas y útiles para que los alumnos puedan seguir trabajando y buscando las sensaciones adecuadas,  porque si te dicen «baja el talón» pero no sabes que no hay que echar el peso en el talón, la pierna hay que mantenerla en una determinada posición (que hasta es muy cómoda una vez la hallamos), el equilibrio del cuerpo tiene que estar en el lugar correcto y que una vez sientes el porqué, el como y la influencia real que tiene en el caballo y en lo que queremos explicarle para que haga, realmente ese talón no bajará ni se irá a su sitio.

Lo mismo ocurre cuando intentamos  que un caballo no se asuste de algo, pie a tierra, o que queremos que no nos atropelle y que nos tenga en cuenta. Es fácil decirlo, pero si no mantenemos una postura correcta pie a tierra, no pedimos con la intención adecuada ni  con la intensidad que requiere su carácter, su sensibilidad y su educación, la cosa puede estar condenada al fracaso además de ser peligroso. Eso también hay que sentirlo, hay que ver cómo funciona, hay que ver cómo reacciona el caballo a nuestras intenciones y ver cómo proceder a sus reacciones.

Mi misión es corregir la posición y asiento de cada jinete que me encuentre por mi camino que lo quiera y lo necesite, me gusta hacerlo, doy todo lo que tengo para que eso ocurra y me gustan los resultados porque acabamos cambiando nuestra postura general hacia muchas cosas, no sólo hacia el caballo y sobre el caballo. Pero lo más importante, nuestros caballos cambian…su actitud es otra y nos entendemos claramente mejor. ¿No es eso lo que se busca en la equitación a cualquier nivel?

Los frutos van apareciendo y me gusta volver y ver que los alumnos han trabajado en las pautas de trabajo que voy dejando  🙂 En la imagen se ve una clara evolución de nuestro Pedro con su Indi a lo largo de los cursos y en el vídeo podrás ver un poco la variedad de temas que tocamos una vez empezamos a trabajar.

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El próximo curso es el 29 de Octubre y aún queda alguna plaza, si te interesa, déjanos un mensaje 🙂

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Algunas cosas aprendidas a lo largo del curso, seguimos aprendiendo y creciendo en la equitación

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Cuando de repente, en medio de una clase escuchamos:

“ Lo he sentido!! ¡Qué buena sensación! ¡Es verdad! ¡Cómo cambia la cosa! ¡Me siento mucho más seguro!¡Muchas gracias! ¡Estoy alucinando!

Y vemos que el alumno de repente se acopla al equilibrio del caballo, logra un contacto que le permite comunicar de verdad, su pierna se acopla al caballo y pasan a ser uno en vez de dos seres, se nos pone la piel de gallina y nos dan ganas de dar saltos de alegría por haber ayudado a alguien más a sentir lo que se puede sentir encima de un caballo. No es fácil, pero se consigue, y una vez lo sentimos…es que es otro deporte… es arte, son sensaciones que ningún otro deporte te puede dar:  Una sensación de complicidad, de amistad, de relajación en movimiento, de control del movimiento de dos seres que se encuentran en medio de tanta agitación en nuestro día a día, de control de nuestras emociones y las de nuestro caballo…

Claro que, en lugares como Villanueva de los Infantes, donde algunos de los mejores escritores de España se inspiraron y siguen inspirándose,  y con la gente maravillosa que me acogió en la Yeguada El Azafranar en Cózar, no podría esperar otra cosa sino un montón de intercambio de buenas sensaciones 🙂

De cada uno de mis alumnos y los caballos que trabajaron aprendí nuevas lecciones, y comparto contigo algunos de mis aprendizajes:

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Con Isabel aprendí que las súper mujeres existen :),  y que una de las mejores lecciones que podemos dar a alguien con caballos que le pisan y le empujan,  es que debe educarlo pie a tierra, y  que el hecho de empujar, rascarse en nosotros  y pasarnos por encima no significa cariño, significa abuso.  Cuando damos las herramientas para que alguien eduque a su caballo para que les tenga un mínimo de respeto sin tener que enfadarse o perder la paciencia, su forma de interactuar con ellos cambia, se vuelve más firme pero mucho más cariñosa al mismo tiempo, y el caballo deja de querer estar encima de ellos (inseguro) para pasar a estar con ellos (seguro de sí mismo). Puede parecer que no es gran cosa, pero después de meses de llevarnos pisotones, que de repente, en pocos minutos el caballo pase a respetar nuestro espacio pidiendo permiso para entrar y salir de él,  es otra sensación, tanto para quien está con el caballo como para el que lo ve desde fuera. Aprendí que una de las mejores sensaciones de quien está en medio de la pista es ver a un alumno que entiende lo que es el contacto real de la pierna y de la mano con su caballo. En el libro hablamos de confianza,  y en la práctica,  a caballo la prueba del algodón que nos indica si realmente lo tenemos con nosotros o no, es cuando se siente la confianza en la mano y la logramos controlar con las piernas.

Marina me puso mil veces la piel de gallina 🙂 porque sintió, sintió y sintió con una sonrisa de oreja a oreja cuando de repente notó que podía estar encima del caballo sin perder su asiento, sin ir contra su movimiento y controlando realmente el ritmo, el movimiento y el equilibrio del caballo. Me entraron ganas de dar saltos y más saltos recordándome que es para lograr transmitir estas sensaciones que hago lo que hago y ¡me encanta lo que hago!

Belén que no estaba segura de apuntarse o no, y aunque está empezando, me recordó que mi método para mejorar el asiento funciona a cualquier nivel, que a todos los niveles la seguridad y la integridad física son lo más importante y que aunque se note menos cuando estamos a un nivel más alto, la ansiedad e inseguridad que aparecen en determinados gestos de los jinetes, son siempre derivadas de una sensación de miedo a perder la integridad física y/o el control sobre el caballo. Puede ser sutil pero estar siempre presente. Sobre todo cuando  no actuamos sobre pequeños detalles en la posición de quien empieza a montar. Los pequeños vicios que cogemos en nuestro asiento cuando empezamos, pueden quedarse durante muchos años y son los que y no nos dejan avanzar realmente en la equitación como deberíamos.  Me gustó mucho ver que realmente sintió seguridad y la firmeza de su pierna a caballo. Ahora es practicar y practicar 🙂

Rafael me enseñó que los niños tienen otra comunicación con los caballos, es natural, es flexible, es agradable y de ellos tenemos todos mucho que aprender. No debemos dejar que los niños pierdan su identidad, machacándolos todos los días con cosas que al final poca importancia tienen. No debemos exigir de ellos más de lo que se exige de un adulto que es lo que terminamos haciendo,  porque los niños de naturaleza son trabajadores, curiosos, creativos y sin prejuicios. Dejemos que sean niños.

Teresa me recordó que la adolescencia es lo que es 😉  , nos volvemos indecisos y revoltosos, pero en medio de todo el tumulto de hormonas y sensaciones diferentes, a caballo demostramos nuestro verdadero ser y logramos ser mucho más gentiles de lo que damos a entender. Me recordó que potenciar el hecho de dejar que tomen el mando con gentileza sobre el caballo es de las cosas más importantes para los jinetes adolescentes, les da poder, les da sensación de recuperar ese control que parece que están perdiendo en su día a día. Mede no perdona los errores de quien pide mal algún ejercicio o de quien no está con la cabeza clara y totalmente concentrada en el trabajo, pero acepta de buen grado la simpatía y coherencia de quien se la da.  Los caballos así, nos enseñan que debemos tomar la responsabilidad por nuestras acciones (buenas o malas), y aprender esto durante la adolescencia es medio camino andado para un futuro brillante como persona.

Joaquín me recordó que es posible transmitir la sensación de mejor posición y control sobre nuestro cuerpo en muy poco tiempo, por mucho que digamos que somos rígidos, tengamos poco tiempo porque andamos de un lado para otro,  con las herramientas adecuadas para mejorar, es posible mejorar el control sobre nuestros movimientos cada vez que montamos si las utilizamos correctamente.  Y me recordó que los poetas están en todo al mismo tiempo, lo sienten todo, lo absorben todo.  La organización de todas estas sensaciones en forma de poesía debe hacernos quitar el sombrero 🙂 . Para el amante de poesía, aquí dejamos su segundo libro: Noche y yo.

Juan Antonio me enseñó que realmente hay personas con gran capacidad de organización y que están y saben estar en absolutamente todo :). Hierbabuena, me recordó que antes de dar a un caballo por perdido por estresado, hay que verificar muy bien si el estrés es realmente emocional o físico, y si es de los dos, cuál va primero para tener muy clara la salida y es importante echar mano de nuestra capacidad  de disipar tensiones con técnicas para aplicar  en caballos muy estresados. Es divertido, nada fácil pero muy muy gratificante ver la diferencia que es posible marcar en un caballo que ha entrado en un ciclo estresante junto a sus jinetes. Hay caballos que, por lo menos durante una época, necesitan un solo jinete que tenga las herramientas necesarias para tranquilizar la mente y el físico del caballo en cada momento. Sobretodo caballos que vienen con tratos menos “caballísticos” de otros lugares. Lo mismo para el tordito que montó Isabel y al que logró hacer entender que el camión del gas no es ningún león :). Me alegra muchísimo haber aportado mi granito de arena para estos dos caballos.

Nos faltó Jose, al que echamos de menos y nos hubiera encantado que estuviera con nosotros! La próxima vez no puede fallar y por los vídeos que ya me habéis mandado, Don estará listo 😉

Don me recordó que los caballos enteros piden normas y límites a gritos, y cuanto mejor cumplen las normas de gestión del espacio entre nosotros, más dóciles se vuelven.

Agradezco a Ángeles, Pedro y su hijo maravilloso, Jorge, que me “domaron” a mis hijos durante el curso : :mrgreen:  , además de su calurosa y divertida hospitalidad.

El próximo curso será en breve, pues quedó gente con ganas de participar y no lo hizo, los jinetes que participaron parece que tienen ganas de más y yo estaré encantada de volver a ir. Si estuvieses interesado en un próximo curso, por favor contacta con nosotros. De todas maneras, con tiempo avisaremos por email para las fechas si aún quedan plazas. El que primero contacte para saber información, primero está en la lista de nuestros participantes ya que las plazas son limitadas debido a la atención personalizada a cada jinete.

La yeguada cuenta con instalaciones muy adecuadas para trabajar, pues tiene cuadras libres, picadero cubierto grande, noria mecánica, duchas, sitio para preparar caballos, guardarnés, restaurante donde está Javi, un cocinero excelente y mucho campo para quien le apetezca dar una vuelta tranquila a caballo. Pincha en la imagen para saber más sobre la yeguada. Puedes hablar con Juan Antonio y le dices que vienes de parte de Equierrores, de paso le saludas de nuestra parte 🙂 :

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Un mes y medio compartiendo sensaciones ecuestres

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Estamos de vuelta después de un mes y medio muy satisfactorio: buenos alumnos, caballos, caras nuevas y muy buena gente como siempre. A finales de Julio estuvimos en un curso en la Yeguada El Azafranar en Cózar, cerca de Villanueva de los Infantes, donde durante dos días, tuve el placer de compartir sensaciones ecuestres con sus jinetes. Desde luego fue un dar y recibir constante, algo que me motiva a trabajar más y mejor. Hablaremos de lo que aprendimos en un próximo post, con más detalle, e iremos hablando de conceptos que tratamos a lo largo del curso. Agradezco a toda la gente de la yeguada, y a Isabel, por hacer que esos dos días fuesen una realidad.im_cozar_general01

A la semana siguiente en Madrid, en el Centro Hípico el Cerrillo de nuevo, un montón de sensaciones a diferentes niveles. Trabajamos de nuevo conceptos básicos y no tan básicos que a falta de verlos, entrenarlos y practicarlos constantemente, vamos un poco perdidos como jinetes. Agradecemos a Rosa su hospitalidad y amabilidad por dejarnos trabajar en sus instalaciones.

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Vamos a organizar un nuevo curso a principios de Octubre `porque algunos quedaron con ganas de más, así que será todo un placer volver ;). Si estás interesado, habla con nosotros para ver qué podemos hacer a nivel organizativo en cuanto a caballos y disponibilidad de plazas.

Las restantes semanas, por Gerona, fueron dedicadas a las yeguas Duna, Syra y Talaia. Como Duna y Syra ya no dan problemas, pudimos dedicar nuestro tiempo a la posición de Laura y Eduard, a hacer disfrutar a las peques: Ariadna con Duna y a su hermana pequeña con Syra. Gracias al trabajo pie a tierra hecho durante los veranos y reforzado en invierno por sus propietarios, la tarea de poner la silla, el filete y montarnos en Talaia fue fácil. En 4 días la teníamos montada y en pocos más ya iba por el campo como si fuese un caballo adulto. De nuevo, buena gente, caballos con buen corazón y 20 días de trabajo muy simpáticos. Gracias Josep, Maria Angeles, Laura y Eduard!!

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Más cosas:

Hemos visto a Alex Vilches de la Bruguera, ganar dos pruebas a 1,30 con Nanou de la Baie, y una prueba divertidísima llamada “Jump and Bike” donde además de hacer un recorrido de salto a caballo lo más rápido posible, los jinetes tenían que correr, saltar un salto y coger una bici para hacer un recorrido en ella por la pista. Prueba muy divertida en el Centro Hípico Alt Empordà en Llampaies. El ganador se llevó una tablet 🙂

Resolvimos también el problema de un caballo que iba enganchado de Carruajespoj-kon Esteve, y aún visitamos a un querido alumno, propietario de una yegua que nos es muy querida llamada Voilà. Me alegro muchísimo que esté tan bien tratada y mimada puesto que casi la vi nacer. Unos trucos para que trabaje con más ilusión por la pista le fueron muy bien :).

Estuvimos también en la tienda de Central Hípica ,cerca de Báscara que suele tener presencia en casi todos los concursos hípicos de la zona,  hablando con los ya conocidos por todos Joan y Lali, sobre alguna posible colaboración en el futuro, lo cual nos encantó, claro está 🙂

Nos faltó un curso en Valencia, al final fue imposible pero organizaremos uno en breve 🙂

Un mes de Agosto lleno de sensaciones y oportunidades para aprender. Gracias a todos los que nos siguen por mantener el contacto, espero llegar a todos los que nos transmiten sus ganas de aprender y compartir sus sensaciones ecuestres todos los días!!!

Gracias a Wim van der Horst y Helene Haspers por este fantástico verano 🙂

Cuando nuestro equilibrio a caballo es correcto

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En la imagen vemos la diferencia entre el jinete que no está sincronía con el equilibrio del caballo y el que sí lo está. La posición no es la ideal en la segunda foto porque los hombros hacia delante echan peso hacia las espaldas del caballo impidiendo que éste levante y avance las manos para luego avanzar bien hacia delante con todo el cuerpo, pero una cosa es cierta, si no mejoramos primero nuestra capacidad de “sujetar” y mantener nuestro peso encima de la línea de equilibrio del caballo, lo que hagan o no nuestros hombros será irrelevante, porque tal como el resto de nuestro cuerpo,  estarán trabajando siempre mal. Si estamos en equilibrio con el caballo y logramos mantenerlo con nuestro asiento flexible pero firme encima del caballo,  transmitimos ligereza al caballo y éste lo agradece. La colocación de los hombros viene después de este paso, porque su mala influencia sobre el equilibrio del caballo es bastante menor que si no vamos en equlíbrio.

Como siempre, empezar a correr sin saber caminar no nos lleva demasiado lejos 🙂

Los beneficios para el jinete son evidentes cuando llevamos el equilibrio junto con el del caballo, pero para el caballo son como la noche y el día.  La actitud del caballo cambia, el cuello se redondea, el dorso levanta, los abdominales trabajan, los pies entran… y aquí empezamos a tratar el aspecto más importante, desde el punto de vista de muchos jinetes, que es «cómo lleva el cuello el caballo», pero sería al revés:

Un buen equilibrio del jinete permite que la pierna trabaje de forma que los abdominales del caballo se tensen en la dirección adecuada y permitan que los pies del caballo avancen hacia debajo de la masa del caballo en vez de hacia atrás o hacia los lados. De esta manera el dorso se levanta de forma natural y con el movimiento de impulsión producido por la fuerza de los pies, el cuello se redondea automáticamente, dejando al caballo con una posición de cabeza más natural.

¿No es de eso que se trata la equitación?

A esto que me dedico cuando tengo la oportunidad de ayudar a jinetes que se juntan para hacer un curso conmigo durante un fin de semana. Ya sabes, si tienes un grupo de 6-8 personas que montan a caballo y quieren mejorar su equilibrio a caballo de una vez por todas, cuenta conmigo para organizar un fin de semana, ¡estaré encantada de echar una mano! Puedes contactarnos aquí para organizar algo en tu zona