Hoy fue el primer raid del caballo Jaguar de 5 años conmigo. Llevo como 4 semanas entrenándolo, antes ha hecho cosas, creo que hizo uno en Mayo de 40 km y luego medio que descansó, medio que se montó, la verdad es que no sé al cierto lo que se hizo con él. No he preguntado demasiado, prefiero sentir lo que tenga que sentir para hacer las cosas.
A las seis de la mañana estábamos preparando las cosas para cargar. Hoy, como suele pasar con algunos caballos que tienen alguna experiencia cargando pero no demasiada, tardó un poquito más en cargar. Algo en lo que habrá que trabajar de nuevo. La última cosa que queremos es llegar tarde a una prueba por culpa de un caballo que no hemos entrenado bien para cargar.
La inspección veterinaria fue razonable, el caballo pasó bien, pero estaba triando a histérico. Normal en un potro con ese carácter especial. Como iba junto con otro con el que iba a correr el raid, fue razonable.
A la hora de montarme montó un pequeño show, parecía un pura sangre inglés listo para correr. Se lo olía. Tuve que subirme rápido, pedir que lo soltaran para luego volver a pedir que lo llevaran de la mano. Cosas de caballos finos. (Además de falta de trabajo en la educación básica). Mejorará. Con el tiempo.
La primera fase la dediqué a ponerlo recto, a relajar lo más que pude, tuvimos algunos imprevistos con otros caballos, no fue una fase muy constante pero el objetivo que tenía en mente de prepararlo para que en la segunda fase pudiera ir más relajado y ligeramente más rápido lo cumplimos. Como ya había practicado en casa lo de enderezar galopando, en la prueba no fue muy difícil a pesar de tardar un poco más por el estrés de los demás caballos, etc. Pero, me encantó descubrir que al caballo le encanta galopar. Mucho más que trotar. Se siente a gusto galopando y el terreno, era fantástico para ello, así que dejé que fuera en el aire que mejor le sentaba. Siempre equilibrando, nunca dejando que pesara en la mano, hasta que él sólo encontró el equilibrio que mejor le iba. Cómodo. Para él. Y para mi.
En la primera asistencia, otro show, ¿botellas de agua acercándose? Jaja, sin reacciones demasiado tontas pero algún salto que otro hacia los lados se manejó para dar. Una vez tenía yo las botellas, mojarlo fue un poco…en fin. Complicado. Pero lo conseguimos. No bebió agua, estaba demasiado estresado para ello. Suerte que los promoción son 40 km y no más. Precisamente porque hay que entrenar todo esto sin acabar con los caballos ni deshidratarlos ni esas cosas.
Llegamos a la primera meta, a los 20 km en el tiempo ideal, quizás medio minuto antes o después, no recuerdo. Al llegar, el caballo que iba con nosotros recuperó en tres minutos y se fue al control, dejando al pobre Jaguar para atrás que se puso como una moto. (¿Lo de quedarse atrás, el problema que se intentó trabajar en casa? Lógicamente que el trabajo no está terminado! Y en prueba, la tensión escala a niveles bastante más altos): Daba pataditas con un pie y otro, relinchaba, se movía…Aún y así recuperó y fuimos a la inspección veterinaria.
El veterinario casi que nos manda para casa porque le tenía hasta miedo al caballo. Se movía, relinchaba, daba patadas con un pie y cada vez que se acercaba el veterinario se movía de un lado a otro…Pedí al chico que me estaba ayudando que me dejara agarrarlo y así lo hice. Se tranquilizó y logró sacarle las pulsaciones. Palabras del veterinario: «Lo más estúpido de todo esto es que el caballo está más que recuperado»!
Pero tardamos 8 minutos entre una cosa y la otra.
Merecido descanso de 40 minutos. El caballo sólo comía algo de heno cuando me quedaba con él en el padock. Tiene mucho que aprender 😉 Pero se relajó, se revolcó, se ensució, quedó un tordo marrón precioso (llovía) y tocaba la segunda fase. Y tocaba salir sólos…Pues el otro caballo recuperó antes y salió antes. El pobre potro estaba medio perdido, al subirme fue otro show, pero lo disimulamos bastante bien. Dimos una vuelta con alguien que lo llevaba de la mano, faltaban 30 segundos, y justo antes tuve que poner la aplicación del móvil funcionando para no tener que parar justo después de arrancar porque seguro que me montaría una gorda si lo hiciese. Tocaba salir galopando un poco fuerte para que no tuviese tiempo de inventar por ir sólo.
Salió dando saltos de un lado a otro, asustándose de todo lo que veía, relinchando por estar sólo, tuvimos que galopar un poco más fuerte de lo que quería pero no había otra. A los pocos minutos, pudimos relajar el galope, se dio cuenta de que no era tan grave ir sólo y nos dedicamos a disfrutar. Empecé a notar que el trabajo de la primera sesión fue productivo. Lo tenía recto y cómodo. Pude galopar con un contacto muy muy suave que él respondía a todo. Podía dejarlo galopar que no correría, estaba bien. Llovía mucho. Pero lo disfrutamos.
Iba todo perfecto, tiempo ideal, velocidad ideal, todo bien. Pero llovía, yo no tenía reloj, llevaba una aplicación en el móvil, algo que no recomiendo para nada, para ir viendo la velocidad media, km, tiempo, etc. Y llovía mucho así que cada vez que sacaba el móvil se mojaba, tenía que fregar el móvil en el pantalón, la huella digital no la leía, en fin, un engorro. Y en una de estas que estaba yo luchando con el móvil a galope, me perdí una indicación y seguí recto. Perdí unos minutos, tuve que volver atrás, y me costó uno de los primeros lugares de clasificación en la prueba, pues íbamos terceros de la primera fase, la chica que estaba en segundo llegó tres minutos antes de tiempo. Por lo que me informaron fue que si no me hubiese perdido hubiésemos quedado segundos. Así que, aplicación en móvil ni hablar para la próxima vez.
La aplicación se fue, dejó de funcionar, yo perdí un poco la noción del tiempo, sabía a qué hora debía llegar pero no sabría decir cuántos km me quedaban en todo momento, así que decidí jugar un poco con mi intuición pero no quería pedir un sobre esfuerzo al caballo sólo porque perdí unos minutos por mi culpa. Tuve que encontrar un compromiso. Decidí galopar siempre en el mismo ritmo hasta los últimos 2 km (aproximadamente). Si el caballo estuviese listo para pedirle un poco más al final, lo haría para recuperar lo que pudiese recuperar de tiempo perdido. Si no lo estuviese pues me tendría que aguantar. Esa era la decisión que tomé bajo un montón de lluvia.
Mi gran alegría fue cuando, al ver que faltaban dos km (me acordaba de la primera fase que dijimos que nos quedaban dos km en un sitio determinado, por suerte porque mi orientación no es de fiar), fue pensarlo…y el caballo parece que lo entendió. Levantó la espalda, y empezó a alargar el galope, gradualmente y yo le dejé. No sabía si era lo correcto, pero lo veía determinado. Vimos caballos a lo lejos y fui pidiendo permiso para adelantar. Adelantamos a dos o tres grupos que habían partido después de nosotros, a un galope potente y equilibrado. Me recordó la época que monté y galopé algunos caballos de carreras. Qué delicia. Y llegamos justo por detrás del caballo que había salido dos minutos después de nosotros…
Disfruté del caballo como una enana y me quiso parecer que él lo estaba disfrutando también puesto que no ablandó hasta que se lo pedí justo antes de la meta. Se puso al paso, me bajé, y lo tenía recuperado con 49 pulsaciones en 5 minutos (entre que aún no fui muy rápida en quitarle las cosas y llegar al veterinario, supongo que serían 3 minutos, pero en fin, todo es experiencia)….Desde luego que no le pedí demasiado. Ni hablar. Ese caballo tiene aún mucho para dar, y me alegro que haya acabado la prueba con esa sensación. Ese era mi objetivo, teniendo en cuenta que no entiendo nada de raid, y es verdad, es mi primero. Pero después de hablar con quien ya ha hecho este tipo de pruebas, entre otros, el propietario del caballo y una gran amiga que conozco desde hace muchos años con quien me identifico en forma de pensar y tratar a los caballos, Silvia Casamitjana, había trazado un objetivo para este caballo: Acabar la prueba dejándolo con ganas de más. Con sensación de esfuerzo hecho y misión cumplida, pero con la sensación de que puede con esto, y con mucho más.
Misión cumplida para esta prueba. A por la siguiente 😉
Claro que en la última inspección veterinaria, el caballo ya estaba bastante más relajado y sin tantas ganas de guerra, aún y así relinchó un par de veces cuando vio que su compañero ya estaba en el padock de descanso.
Jaguar es un caballo del propietario Nuno Carido que es propietario y entrenador de caballos de raid, si no me equivoco está 5 en el ranking nacional Portgués, de Quinta dos Pinheiros en Azeitão.
Publicamos esto para transmitirte que la base es la misma para todas las disciplinas, nunca había hecho un raid y conocí al caballo un mes antes. Así que si no fue todo como calculado, fue por errores míos. El siguiente y último raid que hice con este caballo, lo ganamos. Esta vez, no me equivoqué tanto. El caballo podía haber recuperado mejor, pero llovía, hacía viento, alguna indicación estaba caída y anduvimos buscando el camino durante unos minutos, uno de los pulsómetros no funcionaba, había mucha gente alrededor del caballo y él se agobia un poco con tanta gente…todo cosas que se pueden trabajar, así que, aunque ganó la prueba, podríamos mejorar muchas cosas en un próximo raid de promoción un poco más largo.
No es una gran hazaña, es un raid de promoción, pero para poder hacer pruebas mayores se supone que hay que entender al caballo primero para entender precisamente detalles como:
- Sabe ir con los demás?
- Sabe estar sólo?
- Le agobia la gente a su alrededor?
- Le pone nervioso trotar en el veterinario sabiendo que los demás están lejos?
- Podemos encontrar la mejor manera de bajarle las pulsaciones?
- Si le llamamos la atención haciendo algunos ejercicios de educación de base para que nos atienda (potros, enteros y caballos más histéricos) mientras le mojamos recupera las pulsaciones?
- Sabe galopar durante mucho rato seguido sin cansarse?
- A qué aire se encuentra más cómodo?
- Lo tenemos bien equilibrado en el trabajo de base?
- Podemos llevarlo con un contacto suave pero mantenerlo equilibrado?
- Le va bien que vayamos con las riendas totalmente sueltas pensando que le hacemos un favor? Seguro que le hacemos un favor? O podríamos ir con un contacto suave que no moleste que permita que le ayudemos a poner un pie aquí o allí o la grupa para aquí o para allá para enderezarlo y ayudarle a que utilice mejor su cuerpo?
- Bebe durante la prueba?
- Come, bebe y hace pis en el rato de descanso?
- Cuando vuelve a empezar la prueba empieza frío?
- Le ponemos una manta mientras espera y lo andamos al paso o lo dejamos tranquilo?
- Cómo reacciona a las subidas, bajadas, al que le pasen otros caballos, el llevar a un compañero a 100 metros delante, o detrás, etc etc etc
Sin entender la base de la comunicación entre jinete y caballo, no podremos mejorar estos pequeños detalles. A lo mejor nos daremos cuenta, pero no sabremos mejorarlos, y nos haremos con otros caballos más fáciles, quizás muchas veces perdiendo joyas de caballos que sólo piden que se les entienda. Y creo que esto no sirve sólo para caballos jóvenes e inexpertos. Estoy casi segura que los grandes jinetes de raid entienden de verdad a sus caballos. No sólo dependen de un buen caballo para esta disciplina. Digo los grandes jinetes, no los grandes binomios vencedores.
Y esto se aplica a cualquier disciplina. Si no entendemos al caballo, él no nos entiende, le pedimos cosas que no saben hacer sin habérselas enseñado, aunque tengamos éxito alguna vez como jinetes con algunos caballos, nunca durará.
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