Ayuda! ¡Mi caballo cabecea!¿Cual es la diferencia entre parar el movimiento con las riendas y tirar hacia atrás?

Nuestro caballo puede cabecear por varios motivos, por vicio y aburrimiento, por dolor en el dorso, por dolor en la boca, por falta de movimiento hacia delante y por algo que ocurre con frecuencia: Porque le dejamos.

Desde luego que hay que descartar todas las demás opciones para estar seguros de que lo hace porque se lo permitimos. Aquí vamos a ver como se soluciona cuando estamos montando.

4 errores que solemos cometer cuando esto ocurre:

  • Llegar demasiado tarde en la corrección
  • Corregir demasiado fuerte y ya con alguna emoción negativa mezclada
  • Quedarnos siempre tensos para llegar a tiempo por si vuelve a hacerlo
  • Tirar de la boca del caballo cuando ocurre

En suma, no hemos aprendido a decir que no de una forma contundente, asertiva y eficaz. Y cuando hablamos de decir que no, desde luego que se trata del mensaje que le transmitimos y no de las palabras porque de entrada, el caballo no entiende las palabras. Entiende la energía que asocia las palabras o gestos que transmitimos. Así que, hay que aprender a encontrar el momento adecuado y la energía adecuada a cada situación. Simple. Pero no fácil 😉

En el vídeo siguiente veremos un poco de una clase individual en uno de nuestros cursos en la Yeguada la Santa, la explicación de cómo solucionar este problema sin cometer demasiados errores.

Importante decir que una vez hemos dicho que no al cabeceo, la pierna debe reponer cualquier rotura en el ritmo y la cadencia del movimiento hacia delante.

Gracias querida Clara por ser tan ilustrativa 🙂

Si te quieres apuntar al próximo curso, pídenos que te pongamos en lista de espera para el curso siguiente en la pagina de contacto.

Aquí encontrarás la información sobre donde vamos a hacer los próximos cursos, iremos manteniendo esa página actualizada para que veas donde los estamos organizando y te apuntes al que esté más cerca!

Principales conceptos sobre nuestro asiento a caballo que aprendimos el fin de semana

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Conceptos básicos, teóricos y prácticos. Pero nos olvidamos fácilmente de ellos…a cualquier nivel.

Esto es precisamente lo que aprendemos durante los cursos. Y no fue diferente en el último curso en el Cerrillo. Tuvimos muchas y variadas sesiones y eso es lo que hacen nuestros cursos tan interesantes, no sólo para los alumnos. Para todos, los que escuchan, los que montan, los que están de paso y ven la diversidad de las sesiones, para los caballos que estamos trabajando y para mí.

Comenzamos con una breve presentación con unos conceptos básicos pero frecuentemente olvidados y luego los pusimos en práctica durante los dos días en todas las sesiones. Son válidos para todos los niveles pero no siempre se nos ocurre volver a la base para solucionar nuestros problemas de comunicación.

¿Cuáles fueron esos conceptos?

  • Recordamos que el caballo aprende en 4 pasos
  • Que nosotros enseñamos en 6 pasos
  • Cómo debe ser la comunicación en pocas palabras pero cada una de ellas esencial para que nos entendamos con nuestros caballos
  • Vimos que el asiento no es siempre el de libro, es mucho más que sólo asiento, es el hilo de comunicación entre caballo y jinete
  • Vimos el tipo de respuestas positivas y negativas que podemos obtener de nuestros caballos mientras estábamos enseñando o pidiendo cosas
  • Practicamos una serie de ejercicios pie a tierra que nos dan otra percepción de nuestro asiento cuando estamos a caballo.

Todo esto fue puesto en práctica en las diferentes sesiones que hicimos con cada caballo, hicimos un simple test de la gestión del espacio con nuestros caballos, aprendimos que el miedo desaparece en cuanto estamos bien sentados a caballo y tenemos las herramientas esenciales para andar, parar, girar y sobre todo, venir a menos sin tener que tirar de las riendas. Nos dimos cuenta de que, cuando se hace bien, realmente funciona para TODOS los caballos.

Nos dimos cuenta de que cometemos errores de forma inconsciente, y que sólo los corregiremos si los aceptamos, intentamos tener conciencia de los mismos y practicamos con determinadas herramientas y ejercicios para mejorar. Los cursos sirven precisamente para encontrar herramientas en nosotros y en los caballos que podemos pasar a utilizar siempre.

Nos dimos cuenta de que cuando hay contracturas y otras tensiones, ya sean físicas o psicológicas, las ayudas normales dejan de funcionar y hay que aplicar herramientas específicas que el caballo entienda, para disipar dichas tensiones, para luego volver a pedir normalmente. Recordamos que eso forma parte del capitulo 4 del libro en el que se basa mi trabajo con los caballos:

Demostramos que un ligerísimo cambio en el asiento cambia todo el equilibrio del caballo, facilita el movimiento hacia delante, cambia la expresión en la cara del caballo y pasa a trabajar más a gusto, y muy importante también…el miedo de quien va encima se va disipando…

Vimos que las ponys… tanto la de tres años como la de 18-20 que había empezado a atacar y a morder, también son equinos, se comportan como tal y hay que tratarlos como tal. Sobre todo la que atacaba hizo un cambio muy muy grande en su actitud cuando seguimos los cinco pasos del libro:

  1. Diagnosticamos el tipo de relación que suele tener con quienes la tratan a diario
  2. Vimos las señales que utilizaba para demostrar que no estaba de acuerdo con la situación
  3. Yo tuve que entrar en el recinto con la máxima atención, presencia y calma posible para actuar en el momento adecuado, cuando probó su táctica “feroz” 🙂
  4. Establecimos normas para compartir el espacio, le di a entender que yo ponía las normas, pero que no la dañaría, disipando todas las tensiones en todo momento
  5. Repetí hasta que…

El resultado apareció. Ella confió y se entregó completamente.

Vimos que la tranquilidad, la dirección y la acción de los caballos empiezan por nuestra propia mente, no por las ayudas físicas que les damos.

Aprendimos también que aunque parezca contradictorio, a un caballo que huye de la pierna, le hace mucho más falta de lo que creemos, pues con la pierna logramos darle la confianza que necesita para precisamente aceptar las ayudas y no huir de ellas.

En el vídeo puedes ver un poco los conceptos en la práctica:

Y seguro que me dejo cosas, de lo mucho que aprendimos, y seguiremos aprendiendo.

Lo que digo siempre, me encanta mi trabajo, me voy siempre muy muy satisfecha, con la sensación de haber dejado a los caballos más tranquilos y atentos y a los jinetes más conscientes del buen hacer con sus caballos y con muchas ganas de ver el progreso en el próximo curso!!