Aprender a gestionar las tensiones pie a tierra. Vídeo resumen de lo aprendido Abadia Marzo2019

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Como prometido en el post anterior, aquí va el vídeo resumen de lo que aprendimos;)

Disfrútalo y nos dices si te gustaría participar en un curso así, puesto que estamos ya organizando el próximo!

De los caballos que trabajamos pie a tierra, no conocía a ninguno con anterioridad. Tenía las informaciones necesarias para mantener las cosas seguras durante el curso, desde luego, pero no los había trabajado nunca.  A los peques los había visto en los espectáculos, se portaron todos de maravilla y aprendimos un montón de ellos!

A por un caballo sin ansiedad, sin tensión y atento a nosotros

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Una jornada fantástica. ¡Diferente y divertida donde además aprendemos un montón!

El caballo tenso es un caballo que no escucha, que no entiende lo que se le pide y que puede responder con actitudes peligrosas para nosotros. Durante el curso vimos 5 situaciones en las que suelo poner a los caballos para identificar el tipo de tensión con el que estamos lidiando. Eso nos ayuda a dirigir el trabajo y encaminarlo hacia una atención constante hacia nosotros. Como resultado, nos quedamos con un caballo libre de ansiedad o por lo menos un poco más relajado y atento que antes. En una jornada y dos sesiones no lo hacemos todo, pero establecemos una base sobre la que podemos trabajar en el futuro.

¿Con ponis?

Los ponis nos ayudaron a entender muchas cosas, imponen menos que los caballos grandes y para ello los elegimos para el curso. Primero hay que trabajar con confianza y adquirir las herramientas necesarias para aprender a disipar tensiones que son normales y comunes en caballos. Vimos que realmente son comunes y aplicando mediante un paso a paso, los ejercicios de la base de la educación equina de la misma forma que se aplicaría a un caballo grande, nos dimos cuenta de cómo funcionaban las cosas sin sentirnos en peligro. Los ponys del Centro se portaron a la altura de todos los objetivos que teníamos para este clínic 😉

Aprendimos que la tensión puede provocar tensión, pero que con la tensión y presión bien aplicada podemos disipar tensiones…parece contradictorio, pero es así. Debemos aprender a aplicar la presión justa para corregir o “incomodar” a un caballo que está teniendo una respuesta que no fue la pedida, y así hacemos que busque otras respuestas. También aprendimos la importancia de ceder en el momento en que el caballo ha encontrado la respuesta adecuada.

Sí, pie a tierra y del ramal.

Si lo sentimos desde el suelo mediante el contacto a través del ramal, cuando aprendamos a hacer el trabajo en libertad, sabremos qué sentir y a caballo sabremos qué buscar con el contacto físico.

Claro que a caballo necesitamos un asiento que nos permita sentir, pero esa es la fase siguiente ;). También nos hemos preocupado de ello este fin de semana. El domingo trabajamos con algunos jinetes en su asiento y la aplicación de ayudas. A veces puede parecer que no se avanza porque estamos trabajando en el asiento…no estamos galopando, ni saltando, ni haciendo juegos a caballo….pero cuando sentimos esas pequeñas cosas conseguimos que se nos queden para siempre, y si practicamos lo suficiente formarán parte de nuestra forma natural de montar…Es en ese momento cuando nos damos cuenta de lo mucho que hemos avanzado y que estamos mejorando. Las sonrisas al final de las clases lo demuestran…Ya sabemos que a caballo no me engañáis 😉

Transmitiendo el funcionamiento de la comunicación con los caballos al futuro de la equitación 🙂

Disipando tensiones antes de subir 🙂

Transmitiendo diferentes formas de sentir al caballo que pueden ser más seguras para el jinete …

El futuro de nuestros jóvenes jinetes está en la disciplina con ellos mismos para lograr educar a sus caballos en un lenguaje que ambos entiendan, está en el cariño y el respeto por el caballo y en una sesión hay momentos para todo.

Y además del curso…

Con nuestros alumnos particulares habituales, hemos aprendido que menos es más. Que cuando estamos educando a un caballo no hay nada peor que preguntas a medio hacer y respuestas a medio dar….

Hablaremos de ello en algún otro post, de momento, nos quedamos con que si constantemente pedimos cosas a medias y aceptamos medias respuestas, cada vez que necesitemos pedir algo de verdad habrá que ponerse serio. Siendo así, habrá que ponerse serio muchas más veces con un caballo y no es lo que pretendemos, pretendemos que nuestras ayudas sean cada vez más sutiles, no al revés. Me recuerda a los niños…Como siempre ;).

Dejo un pequeño ejemplo que algunos me fulminarán con sus miradas cuando la lean, pero es la realidad:

Si apretamos una vez la pierna, esperamos una respuesta y no la hay, es mucho mejor para la educación del caballo recibir un toquecito con la fusta con la pierna apretada (si no hay fusta, una patadita o movimiento de pantorrilla con el objetivo de que responda) y relajar la pierna una vez nos haya respondido, que no que le estrujemos tres vueltas enteras con las dos piernas y la única respuesta que obtengamos es venir a menos y encogerse porque le duelen las costillas desde hace tres vueltas. Si la madre le pide a su potro que ande y se ponga delante suyo se lo pedirá suave con el morro. Si no responde, a la segunda le pegará un mordisco en el culo. Lo dejo ahí, para que reflexionemos.

Son los mejores alumnos del mundo, hacen los deberes, nos vemos de tanto en tanto pero entre viajes, les comento vídeos, aplico correcciones dirigiendo el trabajo para seguir avanzando y doy deberes a distancia, y ¡la evolución es magnífica! Sé que a veces nos estancamos y tenemos que insistir en esto o aquello durante un tiempo, pero una vez se van superando las dificultades de asiento y aplicación de ayudas, la evolución es alucinante. Me encantó veros bien sentados a caballo, aplicando bien las ayudas, haciendo las cosas con calma y cariño pero con firmeza, con disciplina en vuestro trabajo y empezando a pedir ejercicios nuevos… Orgullosa no, lo siguiente 😉

El paso trote a veces parece muy fácil y muy simple…pedirlo correctamente ya es otra cosa;) Y sentir donde van los pies del caballo durante la transición es otra cosa más 😉 Mantener la pierna en su sitio pidiendo lo justo para que responda, el contacto constante, sentir el movimiento de los pies hacia delante y mantenerse ligero, todo en un círculo bien trazado ya es motivo para una gran sonrisa 🙂 Como siempre, poco y bien mejor que mucho y mal.

Desde hace mucho tiempo, considero que no hay un círculo bien hecho sin un buen asiento y un piaffé o un recorrido a 1,30 sin asiento es un auténtico desastre, un dolor de ojos para quien está viendo (y para el caballo, un dolor de dorso y boca).

En el próximo post dejaremos el vídeo-resumen del curso. Como siempre, no será sólo un vídeo, tiene explicaciones, imágenes y momentos de los que puedes aprender y sacar alguna conclusión.

Para terminar, todo el mundo salió con deberes para arreglar los problemillas que tenían con sus caballos en casa para que puedan trabajar hasta el próximo curso o particular, donde los veremos evolucionando con sus propios caballos 🙂

Ya sabes que puedes contactar por mensaje, facebook, etc para reservar tu plaza para el próximo curso, pedir información o ayuda con alguna cosa que te esté preocupando con tu caballo, intentaremos ayudarte en lo que podamos. (Avisamos que a veces, debido a estas cosas que tiene la informática, los mensajes se nos quedan en spam, o perdidos así que si no contestamos, por favor, insiste o pregunta por facebook lo que sea para que te atendamos en cuando podamos ok?)

Si aún no tienes la guía con 15 Normas Esenciales de Eduación Equina aquí la tienes:

https://equierroreslab.teachable.com/p/caballoasustadocooperaconnosotros

¿Cuando y cómo empieza la «doma» de un potro?

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Es muy frecuente recibir este tipo de preguntas, ya que se suele entender como «doma» el hecho de empezar a montar al caballo. Y, además, también existe la idea de que, con un potro, todo empieza a los 3 años.

Quiero adaptar este post a la realidad que tenemos y no a lo que debería de ser, porque en realidad, antes de los tres años hay mucho tiempo para dar a un potro la educación de base que necesita, que debería empezar al nacer, cuando aún es pequeño y de relativo fácil manejo, algo que nos facilita mucho la enseñanza de las normas de la relación humano-caballo. Claro que el tiempo invertido no es el mismo que cuando tiene 3 años, trabajar 20 minutos a un potro de unos días sería una tontería, pero unos minutitos cada varios días para empezar a enseñarle cosas como:

  • el control sobre su grupa, su espalda, cuello y cabeza,
  • la presión-relajación,
  • las consecuencias de una respuesta negativa
  • las consecuencias de una respuesta positiva por su parte (siempre adaptado a la edad y sensibilidad del animal)
  • el respeto por el espacio y que aprenda a atendernos a nosotros en lugar de estar pendiente de todo lo que le rodea en todo momento que estemos junto a él (adaptado a la edad también)

Este trabajo hará que a los tres años todo esté claro y montarlo sea mucho más fácil, y que el tamaño que tenga a esa edad ya no sea un obstáculo para nuestra integridad física.

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La realidad de la mayoría es que no hay ese tiempo o estructura de negocio para dedicar unos minutos todos los días al recién nacido (sobre todo si han nacido varios), y a los tres años como mucho saben ramalear. Es por eso por lo que cuando se venden, se les lleva con un serretón para que no sean tan “brutos” de trato. Estas cosas son fáciles de solucionar, aunque para muchos es un trabajo desconocido y para otros es innecesario “porque se ha hecho así toda la vida”. Una pena porque este trabajo da resultados a largo plazo.

Voy a intentar simplificar las cosas e intentar reducirlo en pocas palabras:

  • Cualquier caballo debe atendernos en todo momento mientras estemos compartiendo el espacio con él. Si no, corremos peligro.
  • NO es diferente con un potro.
  • Esta es la base de la educación para poderlo montar después minimizando los riesgos inherentes a este deporte.

El trabajo de educación bien hecho funciona y quienes han visto mi trabajo con los potros o reeducando caballos lo pueden confirmar:

  • Dejan de morder
  • Dejan de atropellar
  • Dejan de asustarse de todo con reacciones imprevisibles cuando sabemos tener su atención constante
  • Se relajan y disipan tensiones negativas emocionales en momentos de conflicto.

Es precisamente por esta razón que suelo empezar los cursos con el trabajo de un caballo en libertad y si el caballo está con exceso de energía mejor (mejor para la demostración porque cuando están fuertes de energía harán lo posible para demostrarme la fuerza que tienen e impresionarme con ella), para demostrar realmente que lo que hago funciona. Logro su atención constante sin ponerle un dedo encima. Y esto es una prueba de que comunicando bien el lenguaje no verbal con los caballos las cosas funcionan.

Los caballos que dan más problemas son aquellos caballos enteros a los que no se les ha educado desde muy pequeños y están, de alguna forma, frustrados con su situación. Es decir, no salen lo suficiente, comen más de lo que trabajan, no tienen las normas de educación claras con el ser humano, no cubren, etc. Esta frustración puede acabar en muchos comportamientos, agresión, ganas de cubrir todo lo que se encuentra, relinchos histéricos a toda hora, agresividad con otros caballos, imprevisibilidad cuando se acercan otros caballos o se trabaja entre otros, etc. Reeducar este tipo de caballos es bastante más difícil. No es imposible, pero es muy difícil captar su atención de una forma positiva debido a su frustración y exceso de energía que no siempre eliminamos trabajando. En este caso más vale castrarlos cuanto antes y seguir con la educación de base antes de montarlos.

¿Por qué digo reeducar si todavía no le hemos domado?

Digo reeducar porque muchos potros a los tres años, cuando supuestamente se les empieza a «domar» como lo entienden muchos, ya no se les doma, se les reeduca. Porque si han tenido contacto con el humano antes de los tres años y no se les ha establecido las normas mediante el respeto y confianza que se merecen ya están condicionados a tener ciertos comportamientos con el ser humano que no tendrían con su madre o los animales adultos de la manada si estuviera en libertad por decirlo de una manera. Algunos ya se han llevado sus «palos» del ser humano y otros simplemente nos tratan como si fuéramos otro potro de la manada con quien juega y mide fuerzas para mostrarle lo que vale.

Espero que haya quedado un poco más claro el concepto de «domar potros» para quienes tengan dudas sobre ello. Es importante también mencionar que no todo el mundo es capaz de educar potros y si lo que se desea es disfrutar de la equitación unas veces por semana, no recomiendo comprar/adoptar un potro ni un caballo inestable debido a malos tratos o abandono, ya que requerirá de un trabajo adicional que no siempre se le puede proporcionar. Y si lo hacemos, hay que asegurarse de contar con el apoyo de alguien que tenga experiencia y sepa cómo tratar la situación en cada momento, de otro modo es sólo cuestión de tiempo que nos hagamos daño.

Si ya has empezado a ramalear el potro, o quieres re-educar a algún caballo a que te atienda y respete del ramal, te recomiendo este curso online que puedes hacer a cualquier hora y a tu ritmo:

(Si no has hecho el curso Cómo utilizar el LENGUAJE EQUINO en el día a día, recomiendo que lo hagas antes, no es obligatorio pero te aclarará muchas dudas que puedas estar teniendo si tienes un potro o caballo falto de educación). Si ya lo has hecho, entra en la última clase para obtener el código de descuento para el curso de la imagen 😉

PIncha en la imagen para ver la información del curso

Si no tienes la Guía de Normas Esenciales de Educación Equina que regalamos cuando te suscribes, pincha aquí.

Cómo ordenamos al caballo para que trabaje más cómodo

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En este post vemos algunos vídeos del caballo Dante conmigo, con la finalidad de hacer una recopilación de momentos en que lo suelo montar un poco para ordenar un poco su actitud y el control sobre su cuerpo. Cuando voy a Madrid para ayudar a mis clientes habituales, monto un poco algunos de los caballos, los ordeno y trabajo con sus propietarios para intentar mantener ese orden y les doy deberes para cuando no estoy. Claro que no es lo mismo que cuando trabajamos todos los días y por eso mismo, cuando llego me gusta montar a los caballos, sentir cómo están y así, sé donde están los fallos hechos y lo que hay que mejorar. 

Así, el caballo me enseña lo que tengo que enseñar desde abajo a quien lo está montando. Es una especie de trato que hago con los caballos cuando empezamos a trabajar 😉

Al principio de cada aire (empezaremos con un vídeo al paso) puede parecer que el caballo no va pero es el ritmo que me permite mantener al caballo en equilibrio en ese momento. Es el que me permite que le mueva los pies y le indique dónde debe ponerlos. Esta cadencia me permite dar tiempo al caballo a que procese las peticiones e intente hacerlo bien. Una vez siento que los pone debajo, puedo empezar a pedir aumentos de tranco para que el caballo se vaya poniendo más y más cómodo. Es la forma que tengo para ordenarlo y que ese orden sirva para el «largo plazo», porque se siente más cómodo que cuando va con los pies abiertos y pisando fuera.

La idea es que se ponga redondo sí, pero a mi manera. Movilizando la espalda, la grupa, poniendo los pies cada uno en su sitio y relaje a través del movimiento para luego poder pedir más ritmo pero con control sobre las diferentes partes del cuerpo del caballo. De esta forma logro un contacto dinámico con el caballo.

Al galope a la izquierda el caballo tiene algunos problemas debido a que pone los pies rígidos para no meter el pie derecho debajo de la masa y debido a que ya alguna vez habrá habido pelea por eso, además de costarle físicamente. Psicológicamente se bloquea  y mi misión es desbloquearlo un poco cada vez que voy y que los deberes que dejo vayan ayudando en ese proceso sin ir directamente a la cuestión para que no se vuelva peor. Lo estamos consiguiendo aunque a la mínima se tensa y se cae sobre la espalda y hacia dentro, sobre todo durante las transiciones a menos en las que pierde un poco la comunicación y el contacto. Hasta que recupero el contacto, tengo que hacer algunas cosas, como relajar toda la zona izquierda sin que se bloquee más a nivel de mente. Todo un reto pero no imposible 😉 Tardaremos un poco más porque estoy a distancia pero lo conseguiremos!

De momento nos quedamos con el vídeo del paso de uno de los días que lo monté. 

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Gracias Nacho por dejar que me entienda con tu caballo 😉

Este es alguno del trabajo al trote:

Lo que a unos les parece aburrido, es mi pasión: Reequilibrar caballos que han perdido su equilibrio natural por el motivo que sea, relajar partes del cuerpo que van en tensión desde hace mucho tiempo, conectar con el caballo para poder facilitarle el trabajo de la disciplina para la que esté destinado…. No es un paso español, no es un piaffe, no es espectacular, puede resultar aburrido, pero es la base para todo lo que se quiera hacer con un caballo…

Un pequeño apunte sobre el trote sentado y el que cree que se puede hacer con cualquier caballo sin romperse la espalda: Verás, con algunos caballos, nuestro asiento no es fluido porque ellos tampoco van cómodos y van con el dorso rígido, provocando un movimiento poco saltado y poco amortiguado. Si el caballo es un poco largo y tiende a forzar un poco la mano, es prácticamente imposible hacer un trote sentado en que no parezca que vayamos como palos encima del caballo. Nos ponen rígidos. El secreto está en combinar trancos de trabajo al trote sentado mientras ponemos uno o el otro pie debajo con trote levantado para que relaje el dorso y lo suba. Poco a poco le vamos dejando más cómodos hasta que el trote sentado se hace posible. Lo de hacer trote sentado en caballos con dorsos rígidos sólo nos maltrata la espalda. Y si nos quitamos los estribos, peor aún…

Veamos ahora el trote. En su momento fue todo un reto relajarlo, equilibrarlo, ponerle los pies en el sitio para que se sintiera más cómodo en el trabajo. En la segunda parte del vídeo, cuando ya siento que se puede llevar sólo y relajo el contacto para que se de cuenta de que es capaz, se nota el resultado del trabajo hecho en la primera parte.   

Veamos ahora el trabajo de galope. Debo decir que Dante ahora está mucho mejor y su humano, nuestro querido Nacho, le ha logrado dar la vuelta a muchos problemas de tensión que tenía, pero es un trabajo interesante desde el punto de vista de los bastidores: es el trabajo necesario para no descartar a un caballo por pereza a aplicar la técnica de forma correcta y por resultar aburrido el explicarle poco a poco a un caballo con rigideces donde debe poner los pies y cómo debe mover su cuerpo para que se permita relajar dentro del trabajo de musculación y equilibrio básico.

En este caso, el caballo tiene suerte de ser de quien es, que se preocupa por este tipo de trabajo 😉

Veamos el trabajo:

Si quieres saber más sobre la tensión  negativa en caballos, cómo funciona, y cómo se disipa utilizando un lenguaje que él entienda, pincha en la imagen siguiente: