Error que tendemos a cometer cuando queremos «poner a los caballos debajo»

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Una yegua larga que tiene alguna dificultad en poner los pies correctamente debajo sin hundir el dorso. En este preciso momento, la yegua pone el pie izquierdo, se apoya sobre la rienda de fuera y cede en la interior.
 
 
Eso quiere decir que, la grupa está en su sitio, el pie empieza a entrar (aún le falta un trozo para que el momento de suspensión sea evidente, pero ya está mejor en esta imagen), el dorso está redondeando y…la espalda sube para dejarse dirigir por la mano hacia una incurvación, en este caso hacia la izquierda….
 
Me pregunto, cómo aún hoy en día, con tanta información sobre el tema se sigue pensando que todo empieza por la boca, el cuello y la cabeza?
 
Si los pies no avanzan bien y no cargan peso correctamente, no habrá buen contacto en la mano, ni los caballos podrán levantar las espaldas y trabajar en aquella actitud que todos deseamos que es de libro, con la cabeza y nuca aquí arriba y el culo sentado en el suelo.
 
Sí, claro, podemos dar tironcitos en la boca para ver si sube la cara y fustazos para que los pies sigan su camino hacia delante (pero abiertos y con el dorso hundido igual) pero…¿seguro que es lo que se quiere ver a largo plazo? ¿Caballos que no se saben llevar solos y dependen de la mano para sostenerse de pie?
 
Con cuatro miembros para equilibrase, ¿es nuestra mano la que le va a equilibrar a «tironcitos»?
 
Impaciencia. Es lo que tenemos más con caballos y lo que menos funciona…dejo aquí la reflexión.
 
¿Estás impaciente para lograr algo? Pues estás cometiendo un equierror 😉 Y no lo digo porque creo que los demás están mal y yo bien.
 
Lo digo por experiencia. Cada vez que me impaciento por algo relacionado con la equitación estoy dando pasos atrás en la evolución y el aprendizaje.
 
Pero cuidado, la paciencia tampoco es la solución:
 
Es el gusto por hacer las cosas como si tuviésemos todo el tiempo del mundo. Eso sí es solución para resultados duraderos. Y rápidos. Más de lo que nos creemos😉
 
 

Ganando el respeto y la confianza de un potro de 4 años que se asusta. Vídeo del trabajo.

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Veremos el trabajo realizado sobre un potro de 4 años bastante vivo y expresivo. En este vídeo en particular, utilizo el método que sigo para el trabajo en libertad y lo aplico a los ruidos externos para reforzar de este modo su confianza en mí al tiempo que vamos trabajando el respeto por mi espacio.

Si has leído el libro:

verás en este vídeo trabajo con todos los pasos que están descritos en él varias veces:

  1. Hago un diagnóstico de la situación una y otra vez
  2. Leo las señales y sigo controlando en qué situación se encuentra
  3. Gestiono mis propias emociones cuando el caballo responde de forma más brusca
  4. Disipo todas las tensiones que aparecen cuando el caballo se tensa, o llamándole la atención, o poniéndolo a trabajar de forma productiva
  5. Repito cada vez que el caballo se tensa de nuevo y me pierde la atención

Estos pasos son aplicables no sólo en libertad, como también a la cuerda, de la mano, montado y siempre que trabajamos a un caballo, ya que no sólo gestiona al caballo como nos ayuda a gestionar nuestra forma de lidiar con ellos y de pedir las cosas. 

Puedes ver aquí la página de los próximos cursos, para que sepas por donde andamos los próximos meses y para ver si te interesa asistir a alguno de ellos 😉 

 

Trabajando a un potro de 4 años. Pequeña demostración del trabajo en libertad

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This entry is part 8 of 9 in the series Trabajando caballos

A veces me preguntan si lo primero que un potro debe aprender es andar del ramal. Sí, claro, porqué no…no es que no pueda ser lo primero que aprendan y muchas veces será lo primero que hacen, por lo menos para llevarlos de un sitio a otro al principio… pero…a mí personalmente me gusta hacer algo antes…o más que antes, en cuanto hay una pequeña posibilidad de soltar al potro y trabajarlo en libertad, la aprovecho al máximo.

Aquí dejamos una pequeña demostración de lo que suelo hacer antes de empezar a ramalear.

Nota por si te pones a probar de hacerlo: El trabajo en libertad es algo fácil, pero no es sencillo de aplicar. Nuestro lenguaje corporal es fundamental.

En nuestros cursos de corrección de errores de asiento y comunicación solemos hacer una demostración de este trabajo con explicaciones donde puedes preguntar todo lo que desees. Creo que es necesario ir introduciendo este tipo de trabajo en el trabajo normal de un caballo sin que sea algo raro ni místico, sino adaptarlo como parte de la educación esencial de un caballo de cualquier disciplina y parte de la educación de un jinete de cualquier disciplina.

Ventajas

Así de pronto, se me ocurren unas poquitas 😊 :

  • Funciona,
  • es divertido,
  • bien hecho el caballo lo entiende perfectamente,
  • le quita excesos de energía,
  • aprende a equilibrarse,
  • muscula sin ganar una forma física incontrolable,
  • se establece liderazgo al mismo tiempo transformando la forma física en una energía positiva hacia la colaboración,
  • establece la base para una relación fantástica con nuestro caballo,
  • se pueden utilizar todos los conceptos de comunicación una vez estemos montando,
  • nos volveremos más finos en el contacto con el caballo cuando estemos encima,
  • buscaremos un contacto suave pero constante en vez de dejarlos sueltos o trincarnos de la boca,
  • sentiremos necesidad de mejorar nuestro asiento para poder comunicar mejor…

no veo por qué no se debería utilizar…

 

No cometas este Equi-error con un caballo claustrofóbico

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This entry is part 31 of 30 in the series ¡Ayuda!

El caballo es un animal claustrofóbico por naturaleza, los sitios cerrados le recuerdan las cuevas de los leones, lugar en el que nunca jamás se metería en estado salvaje.

La domesticación del caballo ha sido muy reciente en comparación con el tiempo que este animal lleva en el planeta, así que sus instintos “primitivos” siguen bastante activos. En algunos más que en otros, pero nos encontramos frecuentemente con caballos que tienen dificultad en aceptar la entrada en una ducha, en un box, entradas en camiones y remolques, etc. El hecho de que lo acorralemos para agarrarlo cuando el potro está cerril, agrava la situación aún más, aunque muchas veces sea la única opción a corto plazo.

Es importante tener esto en cuenta porque solemos cometer el error de, después de lograr ponerle la cabezada a un caballo (a veces un poco a la fuerza y sin contar con los niveles de estrés que le provocamos), pensamos que ya hemos logrado lo más importante y a partir de ahí ya podemos llevarlo del ramal y quizás subirlo al remolque sin preparar el terreno ni preparar al caballo psicológicamente para estar encerrado entre dos “muros”.

Algunos, acaban por ceder rápido la primera vez y subir pareciendo que no les importa demasiado, pero hay también caballos que no son tan explosivos, “sufren por dentro” y puede que en algún momento salga ese estrés contenido de otra forma, como, por ejemplo, no querer bajar del remolque, clavarse en el suelo y no dar un paso, ni hacia atrás ni hacia delante o defenderse hacia arriba en un momento dado.

Muchos no son claustrofóbicos y no dan ningún problema, y estos son los que nos engañan cuando trabajamos con otros caballos pues pensamos que todos son así 😊 Y nos encontramos de pronto con una realidad bien distinta y sin saber qué hacer en esos casos.

Esta imagen pertenece a uno de los vídeos que forman parte del curso on-line de educación del ramal, estamos trabajando a Trasto, un caballo muy claustrofóbico, y lo estamos preparando para estar tranquilo en sitios estrechos. 

Y cómo lo hacemos…

Hay que hacer un trabajo de base, seguimos con ejercicios básicos que hacen que el caballo no sólo confíe en nosotros, sino que también respete nuestras ayudas sin tener reacciones explosivas, y así empezamos a preparar el terreno para nuevas situaciones, una de ellas es precisamente el estar entre la presión que les supone estar junto a una valla y la presión de no poder pisarnos a nosotros.

Todo un reto

Hay caballos que sufren cuando se les acerca una persona para montarse, o cuando hay una persona de un lado y otra persona que se acerca por el otro lado, para estos, también es muy eficaz este tipo de trabajo. Así les ponemos retos que deben superar.

Este trabajo tiene un paso a paso y hay que “jugar” con ponerles la presión suficiente que puedan soportar y procesar en su mente, y relajar en el momento en que ellos dan señal de relajarse, aunque sea un milímetro. Hay que corregir lo justo cuando se bloquean o quieren darse la vuelta. Es fácil, pero no simple 😉 ¿un contrasentido? No.

¿Quieres participar en el curso online sobre la Educación del Ramal? Pincha en la imagen para ver toda la información: