Equierror en los alargamientos de trote

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El equierror que cometemos con frecuencia es montar para el espectador en vez de montar para el caballo…y con este error, viene el de tener a los caballos detrás de la mano para que «parezca que va redondo».
 
En esas condiciones, a lo mejor sí logramos un trote corto y cómodo (si el caballo es cómodo), pero una vez queremos alargar, el caballo corre, se precipita, nos fuerza la mano y volver al trote corto (y falso) es bastante más difícil, obligándonos a tirar de ellos para venir a menos. 
 
A nivel de embocadura, lo que interesa para mejorar el equilibrio y la expresión en el trote, es que los pies vayan donde deben ir, no lo que llevamos en la boca del caballo. En este pequeño vídeo, estaba haciendo una preparación para un ligero alargamiento del tranco.
 
No vale con sólo meter la pierna y aguantar primero con la mano para pedir el alargamiento. Hay que crear las condiciones para que el caballo se pueda expresar.
 
Una pequeña cesión a la pierna izquierda ayuda a levantar la espalda interior, enderezar el pie izquierdo y a preparar a la yegua psicológicamente para el orden en sus trancos en vez de precipitar hacia delante sobre las manos y sacar los pies por detrás, mientras «alarga».
 
Al principio, el alargamiento es menos expresivo, sí, y todos tenemos miedo que el caballo no «saque las manos» lo suficiente como para dejar al espectador con la boca abierta.
 
Pero a largo plazo y poco a poco (más rápido de lo que uno se imagina), le sacamos un brillo natural a su expresión y su tranco, dando al caballo una sensación de poder y auto confianza que lo va dejando listo emocionalmente para disparar hacia arriba y hacia delante en los siguientes alargamientos.
 
Cuando esto ocurre, (y a veces nos pilla por sorpresa porque ni nosotros creemos que es capaz), el propio caballo toma una actitud que nos transmite algo así como: «Estoy más que listo, ¿cuándo puedo disparar?» y basta pensarlo para que vuele (aunque sean pocos trancos al principio).
 
Una de las pruebas de algodón (a parte de ser una sensación única e inconfundible), es que la transición al trote de trabajo al final de la diagonal (o antes de que pierda el equilibrio) es suave y fluida; con un pequeño gesto, ellos entienden lo que se espera de ellos porque están en equilibrio y la preparación para entrar en la esquina o en el próximo ejercicio, es muchísimo más fácil que si los llevamos colgados en las manos con una gran embocadura (o pequeña, da lo mismo, en las espaldas es en las espaldas). 
 
Si esa transición es suave, nuestros deberes están bien hechos. 
 
Un secreto es hacer pocos trancos de todo, pero bien e ir comprobando que el equilibrio está en su sitio. Muchas repeticiones. Es mucho más eficaz hacer cinco repeticiones de alargar acortar y pequeñas cesiones a una y otra pierna de pocos trancos, que hacer treinta diagonales alargando machacando al caballo en cada alargamiento.
 
De esta forma, teniendo en cuenta no sólo la mecánica como también la psicología de los caballos, serán capaces de dar, lo que nadie creía que tenían para dar, mucho menos ellos mismos…
 

Trabajando a un potro de 4 años. Pequeña demostración del trabajo en libertad

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A veces me preguntan si lo primero que un potro debe aprender es andar del ramal. Sí, claro, porqué no…no es que no pueda ser lo primero que aprendan y muchas veces será lo primero que hacen, por lo menos para llevarlos de un sitio a otro al principio… pero…a mí personalmente me gusta hacer algo antes…o más que antes, en cuanto hay una pequeña posibilidad de soltar al potro y trabajarlo en libertad, la aprovecho al máximo.

Aquí dejamos una pequeña demostración de lo que suelo hacer antes de empezar a ramalear.

Nota por si te pones a probar de hacerlo: El trabajo en libertad es algo fácil, pero no es sencillo de aplicar. Nuestro lenguaje corporal es fundamental.

En nuestros cursos de corrección de errores de asiento y comunicación solemos hacer una demostración de este trabajo con explicaciones donde puedes preguntar todo lo que desees. Creo que es necesario ir introduciendo este tipo de trabajo en el trabajo normal de un caballo sin que sea algo raro ni místico, sino adaptarlo como parte de la educación esencial de un caballo de cualquier disciplina y parte de la educación de un jinete de cualquier disciplina.

Ventajas

Así de pronto, se me ocurren unas poquitas 😊 :

  • Funciona,
  • es divertido,
  • bien hecho el caballo lo entiende perfectamente,
  • le quita excesos de energía,
  • aprende a equilibrarse,
  • muscula sin ganar una forma física incontrolable,
  • se establece liderazgo al mismo tiempo transformando la forma física en una energía positiva hacia la colaboración,
  • establece la base para una relación fantástica con nuestro caballo,
  • se pueden utilizar todos los conceptos de comunicación una vez estemos montando,
  • nos volveremos más finos en el contacto con el caballo cuando estemos encima,
  • buscaremos un contacto suave pero constante en vez de dejarlos sueltos o trincarnos de la boca,
  • sentiremos necesidad de mejorar nuestro asiento para poder comunicar mejor…

no veo por qué no se debería utilizar…

 

Cómo ordenamos al caballo para que trabaje más cómodo

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En este post vemos algunos vídeos del caballo Dante conmigo, con la finalidad de hacer una recopilación de momentos en que lo suelo montar un poco para ordenar un poco su actitud y el control sobre su cuerpo. Cuando voy a Madrid para ayudar a mis clientes habituales, monto un poco algunos de los caballos, los ordeno y trabajo con sus propietarios para intentar mantener ese orden y les doy deberes para cuando no estoy. Claro que no es lo mismo que cuando trabajamos todos los días y por eso mismo, cuando llego me gusta montar a los caballos, sentir cómo están y así, sé donde están los fallos hechos y lo que hay que mejorar. 

Así, el caballo me enseña lo que tengo que enseñar desde abajo a quien lo está montando. Es una especie de trato que hago con los caballos cuando empezamos a trabajar 😉

Al principio de cada aire (empezaremos con un vídeo al paso) puede parecer que el caballo no va pero es el ritmo que me permite mantener al caballo en equilibrio en ese momento. Es el que me permite que le mueva los pies y le indique dónde debe ponerlos. Esta cadencia me permite dar tiempo al caballo a que procese las peticiones e intente hacerlo bien. Una vez siento que los pone debajo, puedo empezar a pedir aumentos de tranco para que el caballo se vaya poniendo más y más cómodo. Es la forma que tengo para ordenarlo y que ese orden sirva para el «largo plazo», porque se siente más cómodo que cuando va con los pies abiertos y pisando fuera.

La idea es que se ponga redondo sí, pero a mi manera. Movilizando la espalda, la grupa, poniendo los pies cada uno en su sitio y relaje a través del movimiento para luego poder pedir más ritmo pero con control sobre las diferentes partes del cuerpo del caballo. De esta forma logro un contacto dinámico con el caballo.

Al galope a la izquierda el caballo tiene algunos problemas debido a que pone los pies rígidos para no meter el pie derecho debajo de la masa y debido a que ya alguna vez habrá habido pelea por eso, además de costarle físicamente. Psicológicamente se bloquea  y mi misión es desbloquearlo un poco cada vez que voy y que los deberes que dejo vayan ayudando en ese proceso sin ir directamente a la cuestión para que no se vuelva peor. Lo estamos consiguiendo aunque a la mínima se tensa y se cae sobre la espalda y hacia dentro, sobre todo durante las transiciones a menos en las que pierde un poco la comunicación y el contacto. Hasta que recupero el contacto, tengo que hacer algunas cosas, como relajar toda la zona izquierda sin que se bloquee más a nivel de mente. Todo un reto pero no imposible 😉 Tardaremos un poco más porque estoy a distancia pero lo conseguiremos!

De momento nos quedamos con el vídeo del paso de uno de los días que lo monté. 

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Gracias Nacho por dejar que me entienda con tu caballo 😉

Este es alguno del trabajo al trote:

Lo que a unos les parece aburrido, es mi pasión: Reequilibrar caballos que han perdido su equilibrio natural por el motivo que sea, relajar partes del cuerpo que van en tensión desde hace mucho tiempo, conectar con el caballo para poder facilitarle el trabajo de la disciplina para la que esté destinado…. No es un paso español, no es un piaffe, no es espectacular, puede resultar aburrido, pero es la base para todo lo que se quiera hacer con un caballo…

Un pequeño apunte sobre el trote sentado y el que cree que se puede hacer con cualquier caballo sin romperse la espalda: Verás, con algunos caballos, nuestro asiento no es fluido porque ellos tampoco van cómodos y van con el dorso rígido, provocando un movimiento poco saltado y poco amortiguado. Si el caballo es un poco largo y tiende a forzar un poco la mano, es prácticamente imposible hacer un trote sentado en que no parezca que vayamos como palos encima del caballo. Nos ponen rígidos. El secreto está en combinar trancos de trabajo al trote sentado mientras ponemos uno o el otro pie debajo con trote levantado para que relaje el dorso y lo suba. Poco a poco le vamos dejando más cómodos hasta que el trote sentado se hace posible. Lo de hacer trote sentado en caballos con dorsos rígidos sólo nos maltrata la espalda. Y si nos quitamos los estribos, peor aún…

Veamos ahora el trote. En su momento fue todo un reto relajarlo, equilibrarlo, ponerle los pies en el sitio para que se sintiera más cómodo en el trabajo. En la segunda parte del vídeo, cuando ya siento que se puede llevar sólo y relajo el contacto para que se de cuenta de que es capaz, se nota el resultado del trabajo hecho en la primera parte.   

Veamos ahora el trabajo de galope. Debo decir que Dante ahora está mucho mejor y su humano, nuestro querido Nacho, le ha logrado dar la vuelta a muchos problemas de tensión que tenía, pero es un trabajo interesante desde el punto de vista de los bastidores: es el trabajo necesario para no descartar a un caballo por pereza a aplicar la técnica de forma correcta y por resultar aburrido el explicarle poco a poco a un caballo con rigideces donde debe poner los pies y cómo debe mover su cuerpo para que se permita relajar dentro del trabajo de musculación y equilibrio básico.

En este caso, el caballo tiene suerte de ser de quien es, que se preocupa por este tipo de trabajo 😉

Veamos el trabajo:

Si quieres saber más sobre la tensión  negativa en caballos, cómo funciona, y cómo se disipa utilizando un lenguaje que él entienda, pincha en la imagen siguiente: 

En las clases de equitación las palabras no enseñan…

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Cuando vemos a un jinete en esos momentos en que acaba de entender a su caballo, acaba de ver qué necesita en ese momento, lo siente, lo entiende, actúa en conformidad y luego cede la presión que ha necesitado ejercer para que el caballo lo entienda a él también, sabemos que ese jinete ha sentido lo que debía sentir en su equitación. ¡Esa sensación vale más que 1000 parabas de quien está haciendo de intermediario entre caballo y jinete desde fuera!

Cuando hay un intermediario, es responsabilidad de éste que el caballo mejore, que el jinete sienta cosas nuevas, que se acoplen los dos y a veces es necesario que ese intermediario se monte en el caballo para ordenarlo.

No hay nada de malo en que se monte en el caballo un poco antes de la clase. Nada más real y nada más efectivo que sentir al caballo, sentir donde está más rígido, ordenarlo, enderezarlo, tranquilizarlo, cadenciarlo y recordarle que se pondrá cómodo con determinados movimientos que le pedimos y que, una vez tiene los pies en el sitio y relaja el dorso tendrá mucha más fuerza, se sentirá más seguro y podrá permitirse el lujo de relajarse con un jinete encima. Esto hay que recordarlo una y otra vez a los caballos cuando sus jinetes están aprendiendo a entenderlo también. Así se vuelve más fácil hacer de intermediario, pues el caballo le transmite por sensaciones lo que su jinete debe aprender 😉 Mucho mejor que las palabras, las sensaciones que un caballo nos puede transmitir!

En este vídeo veremos un trozo de una clase dada a Nacho con su caballo Dante sacado de un vídeo que mandamos a nuestros alumnos más fieles para que se vean, con explicaciones de lo que están haciendo bien y mal, para complementar esa clase dada in-situ. Cuando lo vemos después, hay siempre cosas que podíamos haber dicho en su momento y que se nos escaparon. Es un refuerzo de la clase presencial por decirlo de una manera. Para el jinete, verse montado es un lujo, es lo mejor para hacer una auto-crítica sin tener que dar explicaciones a nadie y es una forma de volver a sentir determinadas cosas que a lo mejor cuando estamos practicando solos no logramos sentir 😉

Gracias Nacho por dejarnos publicar tu clase:) Este post va dedicado a tí, a tu capacidad de trabajo y a tu confianza en mi forma de trabajar! La imagen es para que recuerdes el antes y lo mucho que has mejorado desde entonces!