A todos nos gustaría tener una mano suave a caballo. Pero, ¿sabemos realmente lo que implica tener la mano suave? ¿Significa tener poco contacto? ¿Mucho pero sólo cuando es necesario? ¿No tener ningún contacto? ¿Es montar sólo con el cuerpo y no ponerle las riendas al caballo? ¿Buscar algún especialista que enseñe a nuestro caballo a andar sin embocadura?

Claro que podemos hacer un recorrido sin embocadura y claro que se pueden hacer muchos ejercicios sin embocadura y sin cabezada cuando los caballos están puestos para tal, pero para la monta con embocadura, el problema no está en ella. Está en el concepto que tenemos sobre su utilización y sobre la utilización de nuestra mano.

Una mano suave en la equitación es una mano que enseña al caballo a aceptar nuestro contacto, algo imprescindible para lograr comunicarnos con ellos. Nosotros les enviamos nuestros mensajes y los caballos los suyos. Ocurre en todo momento pero es sobre todo en los momentos de conflicto cuando se revela nuestra forma de comunicar unos con otros.

Para que le podamos enseñar a aceptar nuestro contacto, debemos desde  el principio ofrecerle un contacto ACEPTABLE para él. No tenemos derecho a exigir que un caballo acepte un contacto doloroso (ir colgados de su boca), eso sería como darle una paliza sistemáticamente y pedirle que lo acepte sólo por el hecho de que tenemos el poder sobre  una boca sensible. No es forma de tratar a un animal que nos presta su lomo.

(El chico de la foto es Pedro…hablaremos de su evolución en el momento oportuno, estoy muy orgullosa de su trabajo, puesto que la diferencia que se ve en las fotos es fruto de su propio trabajo y ganas de mejorar su monta para ir a pasear por el campo con un caballo bien musculado y feliz.)

¿A quién conoces que tenga una posición eficaz, con una pierna firme y eficaz, mano sutil pero presente? ¿Alguien capaz de ayudar al caballo a utilizar sus capacidades en las más variadas situaciones sin que los defectos de su posición interfieran en el proceso?

La respuesta es que no hay muchos, pero no es porque solo haya unos pocos con talento, sino porque existe un paso importante entre el momento en que aprendemos a no caernos y el momento en que empezamos a trabajar nuestros caballos aunque sea para pasear, donde es necesario (por no decir obligatorio) afianzar nuestra base posicional. Lo que falla sistemáticamente es lo que suele pensarse: que la posición «mejora con el tiempo».

¡Nada más lejos de la realidad!

La posición no hace más que empeorar cada vez que intentamos aplicar nuevas técnicas de trabajo sobre el caballo antes de haber confirmado la base de una posición correcta. Sin tener una buena posición no se consigue tener una mano que actúe de forma independiente, por lo que irán apareciendo cada vez más vicios que nuestros profesores sólo podrán corregir de vez en cuando. A partir de un determinado nivel el trabajo del caballo se vuelve prioritario y en las clases no hay tiempo para todo. Es como un niño que está en sexto curso y tiene dificultades con la lectura.

Si eres profesor, y alguna vez has recibido alumnos de otras escuelas con poca base posicional, seguro que me entiendes. Si eres alumno, seguro que nos entendemos, yo también lo soy y sé de lo que hablo 🙂

La única forma de lograr subir de nivel montando a caballo es a través de una posición que lo permita. El Método 5 Minutos de Mano suave, en el que he estado trabajando los últimos 20 años que llevo a caballo permite re-establecer la base para dicha posición. Lo he desarrollado (a base de muchos errores) trabajando junto a jinetes de todas las disciplinas, nacionales, internacionales, olímpicos y especialistas en corrección postural. Lo estoy divulgando y me gustaría mucho organizar algún curso contigo, si tienes amigos que monten y que quieran mejorar su posición y os podéis juntar todos, estaré encantada de ir donde estéis y echaros una mano durante un fin de semana!

Puedes pasarte por esta página para ver información y aprender cositas sobre algunos de los workshops anteriores.