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Cuando un caballo no responde a nuestra pierna, es porque está tenso. Puede que no esté entendiendo lo que le pedimos, que esté asustado y no logre moverse debido a su propia tensión emocional, que no tenga los abdominales flexibles, que esté excesivamente enérgico y no esté receptivo a prácticamente ninguna de nuestras ayudas o que lo hayamos dejado insensible a nuestra pierna…existen muchas razones por las cuales nuestros caballos no responden a nuestras piernas y lo último que debemos esperar es que respondan alegremente a patadas sobre sus costillas. Sí, todos lo hemos hecho, en algún momento, pero no es lo que debemos enseñar a quien empieza a montar.
En el libro hablamos extensamente sobre cómo disipar tensiones en caballos y en todos los clínics y clases que vamos dando, es nuestra prioridad en todo momento. Una patada podrá provocar más tensión y será aún más probable que no responda a gusto. Sí forzado pero no a gusto. No se me malinterprete, un ligero toque en los costados en un momento oportuno no es una patada, y cuando tenemos un nivel avanzado de doma, sabemos dar un toque con la pierna (u otras ayudas utilizadas meramente como ayudas) con la intensidad adecuada y en el momento justo, provocando una respuesta positiva en nuestros caballos. Pero no empecemos la casa por el tejado.
Estamos hartos de ver caballos de escuela que no responden a las patadas, insensibilizados y muchas veces hasta resabiados de tanto iniciado al que se le enseña que para que el caballo ande, hay que darles patadas. Y estamos hartos de escuchar:
De nuevo, cuesta lo mismo enseñarlo bien que enseñarlo mal y cuesta el triple deshacernos de los malos vicios. Para que un caballo ande hacia delante, necesitamos seis fases:
- Debemos tener claro que queremos avanzar (actitud mental)
- Debemos comunicar con nuestro cuerpo al caballo que queremos una respuesta por su parte, abrazando al caballo con la pierna (siempre de acuerdo con el tipo de caballo y educación que tenga), accionando la musculatura que le permite levantar los abdominales y meter los pies para avanzar suavizando la mano (presión positiva)
- Esperar una respuesta (dar tiempo al caballo a responder)
- Liberar presión en el momento que obtenemos una respuesta
- Reforzar con ayuda extra en caso de no existir respuesta por parte del caballo
- Repetir el proceso hasta mecanizarlo física y mentalmente
No siempre tenemos la paciencia para enseñar esto a los alumnos, porque es mucho más fácil gritar desde el centro de la pista lo que grita el profesor de nuestro ejemplo. Pero si no tenemos paciencia para enseñar a nuestros alumnos la base, ¿para qué tendremos paciencia más hacia delante?¿para enseñar el qué?
Una vez más, sin una posición firme a caballo, todo este proceso no es posible por lo que es más fácil para un profesor decir al iniciado que le dé una patada y que el alumno se agarre como pueda si la reacción del caballo es más brusca. Citemos algunas ventajas del proceso anterior de 6 fases:
- Es el inicio de la necesidad de una posición eficaz a caballo y una posición eficaz es oro en la equitación.
- Evitamos muchos accidentes cuando un jinete iniciado se monta en un caballo enseñado y sensible a las ayudas sin que le pegue tres patadas para caminar.
- Comunicamos de forma lógica, utilizando nuestro físico y el del caballo para comunicar de forma eficaz.
- Una vez interiorizado, requiere una presión cada vez menor por nuestra parte para obtener una respuesta cada vez más rápida
- Mantenemos al caballo en un estado físico y psicológico cooperante con nosotros para el trabajo
Comparte este post si crees que puede servirle a alguien….al final, aprender bien las cosas no es sólo para los superdotados, lo podemos hacer todos. ¿Que luego tengamos más o menos arte? Eso ya es otra cosa 🙂
Si te apetece saber más sobre cómo utilizar tu pierna correctamente, puedes ver un equierror frecuente: «Equierror: Volver sordo a la pierna»
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