Te presento a nuestra amiga Carla, a quien estamos ayudando con unos ‘problemitas’ que tiene con su caballo Arroyo.

Nos ayuda aquí a demostrar estos errores tan frecuentes y sobre los que nos gustaría llamarte la atención. Te recuerdo que ella conoce bastante bien a su caballo y sabe hasta qué punto puede insistir para evitar el conflicto. En este caso, sólo insiste lo necesario por razones evidentes de lo que podría pasar debido a los dos errores que se está cometiendo en la siguiente foto.

Mira a ver si los descubres 🙂

Vamos a ver los errores:

El caballo demuestra que está asustado de lo que nuestra amiga Carla lleva en la mano. En el peor escenario, si insistimos, puede ocurrir que el caballo se ponga  de manos, porque ya está tenso (lo demuestra con el labio tenso, la cabeza alta, y está como mirando de reojo hacia el spray, con miedo a lo que Carla pueda hacer) con lo que añadimos  dos problemas graves más a esta situación:

• Puede poner la mano dentro de ¡¡LA CABEZADA QUE HAY COLGANDO DE LA ANILLA!! Y romperse la mano directamente o algo más.
• ¡ESTÁ ATADO! Puede tirar hacia atrás, y hacerse daño en todos lados, la nuca, los corvejones, puede caerse resbalando, en fin, puede ser un drama si ese caballo tira hacia atrás, además del trauma que se le queda para el futuro. Y no aprende absolutamente nada bueno.

Recomendaciones generales:

No ates al caballo cuando estés haciendo algo que le asusta. NUNCA.

Si vas a atar a un caballo, mira primero si hay otra cabezada…y quítala. Por otro lado, es de buena educación, si nosotros atamos al caballo, nos vamos a montar y cambiamos la cabezada por  la del filete, que guardemos nuestra cabezada dejando el sitio a otra persona que vaya a necesitar de la anilla.

Afortunadamente la reacción que suele tener este caballo es sacudir un poco fuerte la cabeza y nada más pero………… actúa siempre como si pudiese pasar lo peor, cogerás buenas costumbres y tu caballo sera el primer beneficiado.