Cuando estamos acostumbrados a que nada de grave pase entre caballos, es natural que nos volvamos un poco descuidados. Cuando tenemos caballos muy tranquilos, estamos acostumbrados a que los caballos “no hagan nada”, son mansos, no muerden, no se escapan, no nos pisan, no cocean, no nos arrollan ni nos echan de su espacio de alguna forma y en suma, son bien educados, muchas veces no nos damos cuenta del peligro que podemos correr cuando las cosas no son así.

Quien pasa el tiempo entre caballos más problemáticos se vuelve mucho más cuidadoso en el trato con ellos y se echa las manos a la cabeza cuando ve errores cometidos o señales de riesgo que podrían llegar a ser muy peligrosas a largo plazo si las vamos dejando pasar. Corremos el riesgo de parecer un poco paranoicos, pero no es así. Hemos visto ya algunas  cosas, hemos visto pasar otras tantas, y desde luego que cuando vemos errores peligrosos, nos sentimos obligados a alertar a quien tranquilamente está acostumbrado que todo vaya bien.

En este caso, y me sentiría muy orgullosa de quien tome interés en leer lo que escribo, que lo comparta con los demás, nunca es tarde para avisar a quien todavía no lo sepa, y cuanto más sepamos, menos accidentes “tontos” tendremos. No podemos evitarlos todos, pero sí minimizar riesgos.

Esta vez se trata de cuerdas y manos y hoy tenemos dos consejos….

1. Hace poco vi un vídeo ilustrativo de cómo atar a un caballo y aunque las vueltas de la cuerda salieran perfectas, y la cuerda estuviese atada a una cuerdecita de seguridad, quien estaba ilustrando y atando al caballo pasaba la mano por dentro de cada vuelta para agarrar el resto de cuerda y seguir hacia la vuelta siguiente… esta persona, con un caballo que tire hacia atrás, podría haber perdido un dedo (o varios) a cada vuelta que le daba a la cuerda. Nunca, nunca pero nunca, pases la mano dentro de las vueltas que le das a la cuerda cuando atas a un caballo.  Empuja el resto de la cuerda hacia dentro de las vueltas  y no te despistes mientras estás atando al caballo. De esta manera podrás quitar tus manos de la cuerda cuanto antes  y evitarás quedarte sin dedos. ¡Las manos son muy valiosas, cuídalas!
2.  Nunca, nunca, pero nunca, enrolles la cuerda alrededor de tu mano cuando lleves al caballo de la mano como nuestro amigo Pedro  (hoy te he pillado un error que seguro que nunca más vas a cometer, y sé que no te importa que lo compartamos para que otros aprendan también 😉 ) cuando estés dando cuerda. Aprende a llevar la cuerda, practica el “soltar y agarrar” la cuerda y no te despistes NUNCA con esto. Basta que un caballo se arranque para quedarte sin unos cuantos dedos….Créeme, lo he visto…Y por mucho que llevemos guantes no nos salvamos de quedarnos sin un dedo si enrollamos mal la cuerda.  Debería ser de las primeras cosas que debemos enseñar a nuestros hijos si nosotros montamos y a todo aquel que empiece a montar y a tratar con caballos.

Comparte este post y deja tu comentario sobre lo que opinas:). Como siempre, ¡Muchas gracias por leer!

Así se enrolla y se desenrolla la cuerda cuando estamos dando cuerda:

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