El bostezo del caballo durante el trabajo no es sueño

This entry is part 6 of 8 in the series Sobre señales del caballo

Mientras trabajamos los caballos no siempre están de acuerdo con lo que se les pide. No es por fastidiarnos ni es a propósito, simplemente están siendo caballos y tienen otras cosas que su instinto les dice que son más importantes. Claro que cuanto mejor educados están, menos resisten y, por lo tanto, mayor es nuestra responsabilidad para que no dejen de ser caballos. Sólo deben colaborar en el trabajo como caballos, ni como personas ni como máquinas.

Cuando no están de acuerdo podemos simplemente darles dos tirones o dos patadas para que atiendan, pero cuando nos preocupamos por tener una comunicación y queremos resultados a largo plazo, vemos que ellos nos hacen saber su estado de tensión mediante diferentes señales.

El bostezo es una de ellas. En este caso, este caballo en particular, cuando era entero y fue de mano en mano, una de las cosas que hacía precisamente en esta bajada, era salir corriendo para entrar en el picadero donde había una yegua que debía cubrir. Estas y muchas otras cosas han hecho que se acostumbrase a no respetar a quien está de la mano con él. Como no es el único caballo con esta mala costumbre es un buen ejemplo.

Equiconsejo: No es aconsejable que un principiante o a alguien con poca experiencia trabaje o quiera educar a caballos con muchas malas costumbres. Primero debemos aprender nosotros y luego aprender a enseñar al caballo de forma correcta y corregirle cuando haga falta. Para un principiante es siempre mejor un caballo que no tenga malas costumbres y no haya aprendido a ganar al jinete. Claro que por falta de experiencia, el caballo puede ganar algunas malas costumbres y debe aconsejarse siempre con un profesional de calidad para que le mantenga el caballo educado y le enseñe a educar a su caballo mientras trabaja con él. Cuanto mejor sea el carácter y la educación de base del caballo, menos problemas dará.

Aquí, en el vídeo de donde hemos sacado esta imagen estamos demostrando cómo funciona la educación previa a una situación de conflicto durante una de las clases del curso on-line. En este caso, el caballo tiene un poco de exceso de energía (que es una de las situaciones en puede salir todo lo malo que han aprendido a lo largo de los años) y voy a llevarlo a un campo de hierba que él ya anticipa. No es un gran conflicto ni nada espectacular porque no es la idea, queremos ver ejemplos que ocurren en nuestro día a día para que puedas identificarte con ellos.

Yo siempre suelo hacer un pequeño test a los caballos cuando los llevo de la mano, forma parte de los ejercicios de diagnóstico que suelo indicar para conocer un poco más sobre la relación caballo-jinete: es simplemente parar. Parar para ver su paciencia, su naturaleza, el nivel de educación, su estado de estrés, atención, etc, En este caso, como lo noté un poco tenso, paré para ver su reacción y a los pocos segundos, al ver que no íbamos a avanzar, bostezó. Liberó tensión y al mismo tiempo, a mí me sirvió para indicar que estaba tenso pero que estaba en proceso de relajarse, no estaba demasiado de acuerdo porque si lo estuviese, no bostezaría. Se relajaría, bajaría la cara, masticaría y todo él se relajaría.

Equiatención: Todas las señales que debemos aprender a detectar vienen acompañadas de una energía que el caballo emana hacia nosotros o hacia el ambiente. Cualquier estado de tensión por nuestra parte nos dificultará el acceso a ese tipo de energía (que es realmente la que comunica con nosotros mucho antes de la gestual o verbal). Muchas veces, creemos que estamos tranquilos pero nuestro lenguaje corporal, nuestra intención y energía le dice otra cosa al caballo. Ellos no engañan;). Del mismo modo que el caballo «lee» la energía de nuestros gestos y la interpreta de una forma absolutamente increíble, nosotros debemos también aprender su lenguaje observándolos, aprendiendo y estando entre caballos.

En esta foto no se aprecia bien, es mejor en los vídeos y mejor aún en vivo. Pero hay que empezar a tenerla en cuenta. Solo así acabaremos por sentirla en el momento.

Junto con otros pequeños gestos, concluyo que el caballo está tenso, no está demasiado de acuerdo con que yo me pare y él tenga que hacerlo también pues así se lo he enseñado y sabe que, si no responde a mis ayudas, hay consecuencias incómodas para él. Y cuando digo consecuencias, no digo palizas ni nada parecido. Consecuencias son límites que un caballo puede o no puede rebasar. Topes. Lo pondré incómodo si los rebasa. Le llamaremos educación.

Esta señal me pone en un estado de alerta para el resto del camino puesto que la falta de ganas de colaborar indica que su tensión se va acumulando y que a cualquier despiste por mi parte o conforme el campo de hierba sea más y más cercano para él, más impaciente se pondrá. En estos casos es importante que el caballo tenga una educación previa para que le pueda hacer recordatorios durante el camino de que estoy ahí y que debe respetar mi integridad física en todo momento. Sin estrés. pero sin despiste. No es peligroso ni tiene por qué ir mal, pero, si estamos trabajando y vemos esta señal es bueno mantener al caballo en orden en todo momento y ver cómo podemos acabar de liberar esa tensión que parece que está acumulada. Si está con exceso de energía, quizás es un buen momento para quitarle ese exceso, soltándolo primero y trabajándolo un poco en libertad.

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