Los caballos inseguros buscan y atienden a quienes les transmiten seguridad para que la parte reactiva de su cerebro pueda descansar.
Este post se me ha ocurrido mientras respondía a una pregunta que me han hecho en uno de los cursos online de EquierroresLab y creo que merece la pena reflexionar un poco sobre ella.
El modo lucha-huye está diseñado para sobrevivir en momentos de peligro.
Un caballo que no está en su medio natural, necesita un jinete que le explique con gentileza lo que puede y no puede hacer para sentirse seguro.
Ellos no saben cómo actuar en nuestro medio. Y cuando no saben qué hacer, la parte reactiva de su cerebro (sea bloqueo, sea lucha, sea huida) permanece activa casi indefinidamente.
Eso les desgasta tanto físicamente como emocionalmente y cuanto más les dejamos hacer para no molestarlos, más pena les tenemos, menos límites/orden les ponemos, menos claro tenemos lo que debemos transmitir y cómo, más inseguridad les transmitimos.
Es por eso que existen tantos caballos que parece que fueron bien durante un tiempo y luego empiezan a perder los papeles.
Ocurre mucho con caballos de doma clásica, de salto y de competición, pero también con potros, caballos enteros y caballos de paseo que generalmente parece que van bien a base de grandes hierros. Una mano dura en momentos de tensión, juntamente con un asiento inconstante terminará desquiciando al caballo sin que, aparentemente se vea el real problema.
Por mucho que podamos pensar que ponerle un hierro más flojo o quitarle del todo el hierro puede solucionar el problema, nos damos cuenta de que tampoco es bien el caso ya que si el caballo no conoce los límites y no está realmente «con nosotros», es muy posible que nos pongamos en peligro si sólo tomamos esa medida.
Cuando aparece en sus vidas alguien que los sabe guiar y que les explica las cosas en un lenguaje que ellos entienden, se tranquilizan en muy poco tiempo y cambian radicalmente. (Generalmente ese alguien es partidario de un hierro más suave porque de entrada, sabe transmitir las cosas con el timing adecuado, por ello, tendemos a copiarles, pero esa no es la razón principal, y es por eso que luego, con nosotros, con ese hierro nuevo y más suave, nos seguimos sintiendo inseguros).
Con quien sabe transmitir los mensajes de forma que el caballo entiende comprobamos que cuanto más inseguros parecían, más el cambio se nota. Y si encuentran a dos o tres jinetes así, irán bien con todos ellos. Sin ningún problema.
Para saber qué situaciones hacen caballos seguros a largo plazo, para que aprendas a hacer un diagnóstico y a lidiar con un caballo inseguro hemos creado precisamente el curso «Cómo utilizar el LENGUAJE EQUINO en el día a día.
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