El caballo no engaña y no se puede engañar a un caballo…
Seguimos confirmando esta realidad durante nuestros cursos y me alegro de que sea así, porque gracias a esta pequeña gran verdad, los caballos me ayudan a entender a las personas, algo que he querido saber hacer desde muy niña y nunca fui verdaderamente capaz hasta que me di cuenta que los caballos son mis intermediarios perfectos.
Como venimos haciendo, voy a recordar algunas cosas que aprendí del último curso hecho en El Cerrillo: