Has cambiado algo en mí, que nadie ha logrado cambiar en la vida

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En las nubes después de otro fin de semana de curso de nuevo en Madrid en El Cerrillo propiedad de Rosa Fernández donde me hacen sentir como en casa. Ángeles, Pedro y su familia contribuyen desde luego a ello, al recibirme una vez más en su casa con mucho cariño. Pedro con sus habilidades gastronómicas deleitándonos con sus menús y Ángeles con su cariño y hospitalidad.

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La sonrisa de las personas a las que ayudo a cambiar ciertas cosas en su equitación o en su trato con el caballo es impagable. Quienes en realidad cambian las cosas en los jinetes son los caballos, yo soy una mera mensajera,  pero el retorno de esas sonrisas es tan grande que no tengo medida para describirlo.

“Has cambiado algo en mí, que nadie ha logrado cambiar en la vida, los caballos no mienten y tienes toda la razón, me acabas de descubrir la esencia de lo que he estado haciendo mal en mi vida hasta ahora”, me dice María Luisa mientras echa a llorar y me da un abrazo…

Tú lo has dicho María Luisa, los caballos. Ellos son los que te ayudan a descubrir estas cosas pues yo sin ellos no sería capaz de demostrarte absolutamente nada…

Bárbara, ese entero…me dio trabajo,  cuando, en el trabajo de libertad lo vi venir directo hacia mí con ganas de acabar conmigo, no le veía sus cualidades, pero después con tu propio talento lograste sacarle el brillo que llevaba escondido desde hace tiempo.  Tienes un buen caballo, (aunque debes caparlo sin pensarlo dos veces y darle una educación de base rigurosa), y tu sonrisa lo dijo todo :). El trote que lograste sacar a tu caballo te dejó sorprendida y lo que hicimos fue que encontraras un contacto suave pero constante con la boca del caballo para comunicar mejor lo que querías de él…¡El cambio fue alucinante!

“Es que no me apetece dejar de trotar, va tan bien y eso no ocurre muchas veces…” Me dijiste Marina cuando te pedí que cayeras al paso 🙂 ¡¡¡¡Nunca me supo tan bien que un alumno me dijese que no quería hacer lo que le estaba pidiendo!!!! Una vez más, fueron pequeñas cosas que cambiamos y la diferencia fue grande…

Ángeles, no creías que sería posible acercarle el spray a Trasto o montarte de nuevo sin que se moviera… Estabas equivocada y me alegro de poder decirte esto :). Logramos mejorar tu posición para quitar tensión en tu zona lumbar, y eso amiga mía, para mí es lo  más importante…pues no montar por dolor de espalda es el peor castigo que  nos puede pasar a los que nos apasiona montar….

Pedro, como nos reímos… Logré sacarle la mala leche a Indi, en el trabajo pie a tierra se enfadó conmigo al meterle en cintura después de tanto desorden, pero al día siguiente otro gallo cantaba…menudo cambio… Montado, lograste galopar sin sentirte incómodo y tampoco querías dejar de galopar… Algo que era un suplicio, pasó a ser agradable y adictivo porque verás que cuando te acostumbres a esa posición y ligereza, no vas a querer otra cosa 🙂

Me voy con muy buen sabor de boca del Centro Ecuestre el Cerrillo

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¡¡Muchas gracias Rosa por tu hospitalidad!!

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