Mi caballo sale pitando cuando se asusta y no sé por qué

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Cuando un caballo se asusta o tiene una reacción imprevista al reparar en algo que llame su atención habrá algo que marque la diferencia entre que salga pitando o se relaje. Esta diferencia la marcamos nosotros como jinetes con nuestra posición y lo que transmitimos con ella. Es nuestra posición la que siempre nos delata a través de la forma en que nos movemos, cómo reaccionamos incluso a través de lo que pensamos justo en ese momento.

Justo después de que el caballo se asusta de algo, sea demostrándolo saltando hacia el lado esquivando el “monstruo”, queriendo dar la vuelta, arrancándose un poquito o parándose de repente listo para salir disparado en el segundo siguiente, el caballo presta atención al mensaje que nosotros le transmitimos.

Si en el preciso instante que el caballo nos presta atención (generalmente giran las orejas hacia atrás una milésima de segundo, no sólo para sentirnos, si no para “ver” si el camino está libre por detrás suyo) el mensaje es claro, firme y tranquilo, el caballo seguirá nuestras órdenes: seguirá su paso normal, entrará en círculo si así se lo pedimos, avanzará con paso firme, o reducirá la marcha en caso de haberse arrancado un poco a los pocos trancos asimilando lo que acaba de aprender: “eso no es ningún león, me lo acaba de confirmar “el jefe”. No necesito huir aunque siga estando un poco tenso y asustado”.

Por otro lado, si en el preciso momento en que el caballo nos presta atención siente que le damos un tirón en la boca, lo ponemos en círculo estando nosotros en tensión y tirando de las riendas, un apretar de piernas diferente de lo normal, o un pequeño o gran desequilibrio repentino encima de su lomo, su instinto de huida se activará porque le acabamos de decir que hay un león y que hay que irse de allí cuanto antes (en el libro explico esto a través de un ejemplo práctico, de forma más detallada). Claro que si le tiramos hacia atrás, como explico en el vídeo de la parte I, es probable que canalicemos su instinto de huida hacia arriba y es cuando los caballos se ponen de manos y muchas veces se caen hacia atrás.

En el vídeo “Como no girar a un caballo” podrás ver  lo que debes hacer o…lo que no debes hacer con la mano :).

Nuestras emociones se transmiten al caballo a través de nuestro cuerpo y nuestra posición. Si nuestro equilibrio es bueno y nuestra posición es firme y flexible, con un poco de práctica lograremos manejar nuestras riendas de forma correcta en estos momentos críticos, transmitiendo al caballo nuestra capacidad de solucionar cualquier problema que nos encontremos.

Si nuestra posición no es equilibrada, nos moveremos inesperadamente encima del lomo del caballo y agarraremos las riendas colgándonos de su boca aunque sea por un pequeño instante. Ese es, el momento exacto en que le decimos al caballo (aunque no sea nuestra intención): vámonos que esto no es seguro. Si el caballo sale pitando y estamos mal equilibrados, nuestro movimiento descoordinado e involuntario hará que se instale el pánico en algunos caballos más sensibles y menos confiados. Si de nuestra voz sale un “ooouh, ooouhh” mezclado con la emoción miedo, el timbre de nuestra voz, reforzará aún más la sensación de inseguridad en el caballo. (Por mucho que nuestra intención fuese tranquilizarlo con nuestra voz).

Nuestra posición mal equilibrada y poco firme encima del caballo es la responsable de  por:

  • Nuestro miedo a caernos (prueba estar en desequilibrio junto a un precipicio y verás si no te entra el tembleque aunque afirmes categóricamente que nada temes 🙂 ) El miedo está ahí y no es malo que lo tengas, es una señal de que algo tienes que cambiar. (en breve un post sobre el dichoso miedo al que todos irónicamente tanto tememos)
  • El miedo del caballo, ya que un cuerpo moviéndose desequilibrado encima suyo le transmite desconfianza en los momentos críticos
  • La reacción involuntaria de colgarnos de la boca del caballo. Si el caballo no está huyendo todavía y no se ha ido hacia arriba con las manos, esto hará que entre en pánico, porque aparte del miedo, ahora sentirá dolor.

Si el caballo depende sólo de nosotros para superar sus miedos, (pues si depende de la reacción de los caballos y sus jinetes de todo un grupo a su alrededor, la historia es otra) nuestra posición desequilibrada deja un mensaje claro en ese momento: El león se ha disfrazado de plástico. Toca largarse de allí.

A largo plazo, el mensaje es: TODOS LOS PLÁSTICOS SON LEONES.

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2 comentarios en “Mi caballo sale pitando cuando se asusta y no sé por qué

  1. O sigui que cada bossa de plàstic del camí es un lleó! Si serà tanoca la xiliua dels dimonis! Que transmetem les nostres pors al cavall està claríssim. Però també que el cavall ens transmet a nosaltres les seves pors. El problema és qui fa la primera jugada. I és el cavall el que s’espanta. I el problema suposo que és rebre aquesta senyal de pànic sense que s’ens encomani. O sigui estar inmunitzats. I aixó vol dir tenir confiança en nosaltres mateixos, cosa no sempra fàcil pels aficionats de paquetilla com jo mateix. Com sempre, m’agrada molt llegir-te. Petons.- LLuís

    • 🙂 Después del primer «chock» que nos provoca el susto del caballo, debemos enfriar rápidamente y saber transmitir al caballo que lo que ha visto, sea una bolsa de plástico, sea un perro a lo lejos, sea una hoja que se cae de un árbol no nos da miedo a nosotros. Eso es lo que debemos aprender a hacer. Cuanto más veces le logramos transmitir que el plástico no es un león, más perderán la reacción de «susto». Si el caballo se asusta, nos pasa el susto y nos quedamos asustados, no le estamos transmitiendo un mensaje de confianza 🙂

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