¡Ayuda! ¡Mi caballo no se deja duchar la cabeza!

This entry is part 16 of 30 in the series ¡Ayuda!

Un error que cometemos con frecuencia cuando duchamos a un caballo es dar por sentado que la cabeza del caballo y el agua son compatibles. Pues bien, no lo son.

El caballo en libertad, hace lo posible para que no le entre agua en las orejas porque cuando le entra agua abundante en las orejas mientras está cruzando un río por ejemplo, pierde la noción del equilibrio y se ahoga. Esto es algo que me contaron de pequeña mientras cruzábamos el río, más tarde lo leí en algún otro lugar y desde luego que tiene mucho sentido, pero si hay algún veterinario entre los lectores que nos lo confirme, se agradece.  De todas formas, el agua y el interior de las orejas no es compatible. Yo lo recordé siempre como una herramienta más para buscar la forma adecuada de bañar la cabeza de los caballos, ya que veía mucha gente que se enfadaba mucho cuando los caballos levantaban la cabeza al sentir el agua cerca.

No es fácil que le entre mucha agua en las orejas, las tienen protegidas por pelos, la distancia al exterior y por todos los movimientos que son capaces de hacer con ellas, el sistema vestibular que es el responsable por el equilibrio se encuentra en el oído interno y las otitis no son tan frecuentes como en los perros por ejemplo, pero, el instinto le dirá al caballo que no debe recibir agua dentro de las orejas, y de ese instinto proviene la reacción que algunos caballos tienen de levantar la cabeza, ponerse de manos y tirar hacia atrás (en algunos casos), frente al agua en la cabeza.

Además, tendemos a darle presión al agua cuando duchamos a los caballos y seguimos haciéndolo cuando apuntamos a las orejas. La mayoría de caballos posicionará las orejas para que no le entre el agua, pero dependiendo de como reaccionemos, el caballo pondrá las orejas de forma a que sin querer, le entre el agua y encima con presión. Y a muchos, cuando nos llegan a las manos, ya les ha entrado agua alguna vez y saben que es muy molesto por experiencia.

No vale enfadarse desde el momento que sabemos que esto es su instinto y que su instinto sirve para protegerlos. Tampoco vale decir que al caballo no se le puede duchar la cara así que toca lograr lavarle la cara sin provocar en el caballo todas esas reacciones que nos mojan, que nos frustran de forma a que algunos les peguen, les regañan y chillan para que se estén quietos y otros acaban por pasar una esponja para no molestar al caballo.

El primer paso es hacer que el caballo confíe en que nunca dejaremos que le entre agua en el oído. A partir del momento en que tenemos la confianza en ese sentido, cada vez será más fácil darle esa ducha. (Si no tienes el libro «Cómo ganar la confianza del caballo en 5 pasos» puedes bajártelo aquí, ya que el procedimiento para ganarse esa confianza está descrito en el libro).

Llegará un momento en el que le podremos poner agua a presión porque el caballo se las manejará para que no le entre el agua en las orejas sin tener reacciones bruscas. Eso sí, siempre nos posicionaremos con el agua de forma a darle esa libertad al caballo.

 

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